1. Mantener vivo un compromiso con horizontes ambiciosos de transformación que impliquen emocional y existencialmente a todos los actores. En mi experiencia a los equipos que ejecutan las políticas y ???muchas veces- también a los destinatarios se les olvida el horizonte de hacia dónde se mueve un país, una región, ciudad o comuna que se está transformando, a partir de grandes esfuerzos políticos, sociales y económicos. Al mismo tiempo se les olvida desde dónde vienen: se burocratiza el espacio de cambio, se torna aburrido y ???bajan las defensas??? para sostener una política de desafío.
2. Establecer promesas de resultados y ???productos??? finales de cada política. Salvo las promesas de infraestructura, las políticas en las áreas ???intangibles??? tienen promesas de inversiones, intervenciones como las reformas, capacitaciones y seminarios, pero no establecen los ???productos??? o resultados de los programas. En Chile hay una queja porque los resultados de educación no mejoran en las mediciones en primaria y secundaria, pero tampoco hay una promesa de dónde debieran estar los resultados luego de una década de reforma. Pero tampoco hay una promesa de qué debiera producir la educación luego de de doce, quince, y hasta veinte años de formación en muchos estudiantes. En desarrollo económico los programas de promoción de empresas tienen sesudas teorías de desarrollo, programas complejos de postulación, gastos en tecnologías, asesorías, mercadotecnia, viajes, de todo, pero no establecen cuántas empresas nuevas, cuánto crecimiento de empresas emergentes, ni cuánto empleo adicionales crearán.
3. Establecer indicadores de medición y estándares de evaluación exigentes. Si bien es mejor vivir bajo techo, con agua potable y electricidad, como le ocurre a casi la totalidad de la población chilena, los indicadores de medición de políticas de vivienda y de eliminación de la pobreza son, por lo menos, complacientes desde el punto de vista de la experiencia de los afectados. He escuchado patéticas discusiones entre los vecinos de poblaciones pobres en torno de si les toca o no ???el puente??? que es un programa de ayuda a las personas en pobreza extrema, donde una persona que tiene casa con televisor ???no es pobre???, aunque viva con más de cinco personas en 30 metros cuadrados y estén todos desempleados. Comparado con África de seguro que en Chile y América Latina hay menos pobreza relativa, pero eso no da para celebrar.
4. Compromiso legal y de honor de medir, declarar y asumir consecuencias de las mediciones. Los programas terminan y no hay evaluación de los resultados producidos, sino informes de la transparencia en los recursos y medición de las intervenciones. Pero no hay autocrítica, no hay disculpas, no hay sancionados por todos los estropicios que de seguro toda política nacional masiva tiene en el camino. Los ciudadanos (las microexperiencias que no cuentan en las estadísticas) simplemente deben quedar agradecidos de lo que alcanzaron a percibir. Muchas veces por ???razón de estado??? es más importante que las cosas parezcan bien hechas, aunque no lo estén.
6. Incorporarse a la revolución de las tecnologías de comunicación. Salvo excepciones valiosas de gestión por internet como Impuestos Internos en Chile, todavía queda mucho por salvar la ???brecha digital??? al interior de las entidades públicas, pero no una brecha material sino ???mental???, de pensar ???en digital??? al diseñar los resultados, mediciones, gestión, interacciones y difusión de lo programas. Como nota de folklore persiste una ideología de ???la tecnología deshumaniza??? y algunas autoridades y funcionarios no promueven el cambio tecnológico, por ilusoria ???rebeldía???. Es necesario pasar del sitio web a herramientas electrónicas de interacción social que producen, además de productividad, en sí mismas nuevas realidades de autonomía, participación y creatividad en los ciudadanos.
5. Considerar a los actores implicados (destinatarios de los servicios, organizaciones gremiales, privados que ???concesionan??? servicios de transporte, infraestructura o educación) como clientes de las oficinas del gobierno. Los inversionistas y emprendedores pequeños que se embarcan en proyectos asociados al gobierno sufren todas las consecuencias de los ???tiempos institucionales???, la pérdida de documentos, la firma que no salió, los limbos de responsabilidad entre oficinas diversas (pase a la otra oficina), los plazos perentorios de recepción pero indefinidos de respuesta. Muchos empresarios terminan quebrados, con sus vidas destruidas y los beneficiarios perjudicados. El papel del ministerio de educación en el proceso de jornada extensa de los colegios es buen ejemplo de este tormento.