Muchas de las prácticas que realizamos en la actualidad, como enviar emails, chatear, leer la prensa, confirmar vuelos, comprar y blogear son cuestiones inimaginable hace tan sólo quince años y, sin embargo, parecen ser tan naturales, como siempre hubiesen estado ahí (mis primeros mails los envié a principios de los noventa, con el coordinador). Uno de mis propósitos de mis cursos de emprendimiento e innovación es que los participantes se inserten y adapten a esta nueva cultura de la era digital, pero también que desarrollemos como sociedades la capacidad de producir valor en ella, sea social, artístico o económico, pero que adoptemos un modo creativo y activo en la red, que es el mandato de esta nueva era. Aquí va un artículo de El Mecurio celebrando los quince años de la web y sus efectos sobre el comercio:
WWW. A 15 años del desarrollo de la web:
Internet cambió el comercio
La creación de la primera página web remeció la economía mundial a tal punto que dio origen a un nuevo paradigma de los sistemas productivos.
Álvaro Rodríguez Vial
Hace 15 años, en agosto de 1991, en el laboratorio suizo de CERN se llevó a cabo un experimento que cambió el curso de la economía: se “subió” la primera página web a Internet. Nacía lo que hoy conocemos como la triple “W” y, de paso, el invento más revolucionario de la era digital.
Atrás quedaban décadas de uso militar y exclusivamente académico. Internet comenzaba su camino hacia la masificación y el mundo no volvió a ser el mismo: en poco tiempo, oleadas de capitalistas de riesgo comenzaron a oler billetes en cuanto proyecto montado en una página web se les apareciera por delante.
Surgieron los primeros “browser” o “visualizadores” de la red: Mosaic, dependiente de la Universidad de Illinois, en 1993. A los pocos minutos fue aplastado por NetScape (creada por ex desarrolladores de Mosaic), que incorporó gráfica e imágenes. NetScape fue la primera compañía en captar la atención de la bolsa de valores de EE.UU.: cuando sus acciones salieron a la venta, en agosto del 95, triplicaron su valor en la primera jornada. Pero la gloria duró menos que una burbuja, pues tras una sangrienta batalla con Microsoft, la guerra por el browser más masivo terminó ganándola Microsoft Internet Explorer (con una acusación por monopolio a cuestas).
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Pero Internet y la web en estos 15 años han sido harto más que visualizadores.
Empezaron a brotar compañías como los buscadores WebCrawler, Excite, Yahoo!, Lycos y AltaVista, y otras como MCI y WorldCom. Más tarde, nació una de las gigantes que le cambió la velocidad a Internet: Cisco Systems, que en marzo de 2000 alcanzó una capitalización de US$ 400.000 millones, sobrepasando por poco tiempo a la misma Microsoft.
Hubo capitales para lanzar sitios y vender de todo. Entre 1995 y 2000 el Nasdaq, principal índice tecnológico de EE.UU., se quintuplicó. Pero todo era demasiado de película como para ser cierto: luego de estar en su cúspide, a mediados de 2000 el Nasdaq se vino al suelo, y miles de compañías con bajo flujo de caja quebraron o simplemente se fusionaron.
Sobrevivieron las más fuertes, que lograron desarrollar modelos de negocios inexistentes hasta hace 15 años: Amazon (con una bodega equivalente a ocho veces el Estadio Nacional), Yahoo!, eBay y Google. Esta última, con una capitalización de US$ 117.000 millones, superior a los US$ 98.000 millones de HP y muy por encima de los US$ 51.000 millones de Dell, o los US$ 19.000 millones de SUN, los grandes del hardware.
Transacciones, transacciones
“La web -www- fue una killer application (aplicación asesina), según la jerga tecnológica. Todos tuvieron que entrar en ella. Todos tienen que saber usarla. Todas las empresas tienen que tener su propia página web. Si no, sacrifican parte del mercado. Fue una verdadera revolución el poder mover datos, imágenes y audio a través de la red. Gracias a la web es que hoy es posible todo lo que se conoce como desarrollo digital”, dice Alberto Mordojovic, gerente general de Magenta.
Sólo Internet, la web y su impacto en las comunicaciones virtuales hicieron posible la masificación de la subcontratación intercontinental, que llevó a empresas manufactureras a trasladar su producción a lugares en el extranjero mucho más baratos. Incluso, las grandes moles de Silicon Valley tienen subcontratadas a compañías (muchas de ellas en Asia) para la elaboración de piezas y partes. Para qué hablar de las funciones de respaldo de oficinas y call centers que fueron estratégicamente reubicadas en el extranjero -especialmente en India- en los centros de servicios de negocios en Bangalore e Hyderabad.
Pero el impacto en los negocios también ha sido dramático: los vendedores online establecieron un récord en EE.UU. en 2005. Exceptuando los viajes, el año pasado se gastaron US$ 82 mil millones en compras a través de Internet, un 24% más que en 2004. Las ventas online de ropa, software, juguetes y productos para el hogar aumentaron en más de 30%. Y la mayoría de estas cosas fue enviada o entregada por empresas de reparto.
“En síntesis, la existencia de la web ha implicado disminución de costos de transacción por los canales digitales desarrollados; desaparición de los intermediarios; generación de nuevos insumos tecnológicos que sólo nacieron gracias a la masificación y desarrollo de Internet, lo que ha mejorado la productividad de las empresas; precios más competitivos para oferentes y para consumidores, en parte por la posibilidad de cotización simultánea, en línea y en tiempo real”, dice Jorge Rivera, académico de la Escuela de Economía de la U. de Chile.
“La web vino a motivar la generación de comunidades de grupos etarios y culturales, constituyéndose en nuevos consumidores, con necesidades de expresión insatisfechas y con la cualidad de saltarse los traders o intermediarios. Una de las industrias más golpeadas han sido las agencias de turismo porque la venta de pasajes y reservas de hoteles o arriendos de autos los puedo hacer en minutos desde mi computador. Lo crucial ha sido el ahorro de costo y tiempos: todo hacia el aumento de la productividad”, comenta el director de la oficina de Investigación de Yahoo! para Europa y América Latina, el chileno Ricardo Baeza-Yates.
Otro dato: cuando se masificó la banca electrónica, el ahorro promedio por transacción en Chile, considerando cliente y banco, fue de al menos US$ 1,68 por transacción, lo que implicó ahorros de poco más de US$ 387 millones entre junio de 2000 y junio de 2002.
Según un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago y la UC, el 33% de las empresas chilenas utilizan Internet como canal de ventas. Sin embargo, la modalidad B2B (business to business, empresa a empresa, movió US$ 6 mil 673 millones en 2004) es muchísimo más significativa que la B2C (business to consumer, empresa a consumidor, apenas US$ 80 millones). Asimismo, el 59% de las empresas chilenas utiliza mecanismos electrónicos para comunicarse con sus socios comerciales: “La herramienta de comunicación más utilizada por las empresas nacionales corresponde a los sitios web corporativos (28%). Los pagos electrónicos aparecen como el segundo mecanismo de relación más relevante, confirmó el estudio.
“La Internet nos ha facilitado la vida. Más del 90% de los chilenos pagamos los impuestos por esta vía, además de las cuentas telefónicas, cable y cuanto servicio exista que puede ser cancelado sin moverse del escritorio. Se acabaron los viajes inútiles al banco. El email (chat, voz a través de Internet y otros métodos de conectividad instantánea) es el aspecto más sobresaliente y de alto impacto. El trabajar en tiempo real con personas en distintos rincones del planeta ha permitido acortar los tiempos de decisión, ha creado el teletrabajo (offshoring) y ha abierto una infinidad de negocios y oportunidades difíciles de dimensionar”, afirma Alejandro Fosk, fundador de Certifica.com, compañía que mide el comportamiento de más de 25 millones de usuarios de la región.
Como corolario, la web es todo un mundo. Y eso que aún quedan mundos por explotar en la esfera de Internet.
EN CIFRAS
Más de 80 millones de sitios web con dominio registrado hay en el mundo.
50 minutos dura en promedio una sesión de “navegación” por la web al mes, según Nielsen//Netratings.
43 segundos dura en promedio la visita a una página web.
39 páginas son vistas en promedio por cada sesión de Internet.
26 horas y 16 minutos es el uso promedio mensual de un computador en el mundo.
358.000.000 de internautas había en 2000 en el mundo. En cinco años se triplicó.
16,87% del tráfico por Internet se concentra los días miércoles, el día más “activo” de la red, según la consultora OneStast.
11,2% del tráfico ocurre los días sábado, siendo el día de menor “volumen”.
54,6% de los visitantes a un sitio revisa sólo dos páginas por visita.
16,56% visita tres páginas por sitio. Y sólo un 6,14% ve seis o más páginas.
En Chile
US$ 13.200 millones en ventas registró la economía digital (comercio electrónico, servicios, software y aplicaciones, telecomunicaciones e infraestructura) en 2005, según un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago.
73% de las empresas en Chile tienen conexión a internet.
US$ 8.250 millones alcanzaron las transacciones por vías electrónicas. Para 2006, se espera un aumento de 25%, hasta los US$ 10.250 millones.
98% de las ventas estimadas para 2006 se espera que provengan de operaciones entre empresas y de éstas con el Estado.
6.700.000 usuarios de internet hay en Chile. Esto es, el 41% de la población. Para fines de 2006 se esperan 7.000.000 de internautas chilensis.
La ruidosa revolución
Internet cambió el paradigma de los sistemas de producción y de transacción mundial.
A partir de agosto del ’91, la actividad económica y empresarial quedó marcada por nueve rasgos:
Completo alcance y acceso (la web hizo visible y posibilitó alcanzar una enorme masa de clientes, así como de acceder a un mayor número de proveedores, sin restricciones geográficas).
Total conexión (entre personas y sistemas, transformándose la red en una herramienta para articular y automatizar procesos).
Interactividad (la comunicación no es un sistema unidireccional, sino que permite el diálogo. Internet no es un canal sino un medio de comunicación).
Simultaneidad (acceso y alcance simultáneo de información, imposible para sistemas tecnológicos anteriores).
Ubicuidad (todo el mundo puede comunicarse con todo el mundo).
Tiempo real (el tiempo de acceso y difusión de información es cero).
Compatibilidad (todo el desarrollo tecnológico se estandarizó para “comunicarse” en la web).
Bajos costos (de comunicación).
Personalización (relación uno a uno entre comprador y vendedor, y la personalización de productos y servicios directamente con la demanda).