Cuando Sergio Melnick habla de tendencias es cuando más lúcido aparece. Como todo aspirante a gurú, ese es su espacio en que se luce, y como intelectual visionario, se equivoca siempre (o casi) que se inmiscuye en la vida real concreta. Ser ministro de Pinochet o intentar hacer crítica política irónica que le sale ingenua y superficial son muestra que ese no es su territorio. En TV (tolerancia cero) tiene un rol similar a Fernando Villegas, pero su falta es que tiene partido (la religión del mercado) y Villegas no. No es el único, Alejandro Guillier, asesora al Gobierno. El caso es que me reconcilio con Melnick (serán los años) cada vez que lo escucho ayudarnos a entender los desafíos del futuro. En su nota de La Segunda, no queda muy claro cuál es esa mente virtual de internet, pero si es meridiano en mostrar la avalancha de la información que traen herramientas como Google y los equipos inalámbricos, cosas que nos cambiarán la realidad para siempre. Sus detractores se equivocan en descalificar sus predicciones, basados en que fue ministro de la dictadura o porque aún es poca la gente a bordo de la red. Esto último es justamente el desafío, apurar el tranco para subir masivamente a la población a este nuevo mundo de aprendizaje, relaciones y creación de valor. Es otra mente:
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Google: una apuesta a la mente colectiva
Sergio Melnick
Los computadores están muriendo. Suena paradójico pero así es. La máquina no es lo mismo que la tecnología, como no lo es el gobierno y el Estado, o el lenguaje y el idioma, o la mente y el cerebro.
Cuando se dice que el computador está muriendo, ello se refiere a la máquina, no a la tecnología de la computación, que está vivita, coleando, y creciendo de manera exponencial. Sólo faltan 20 o 25 años para que la capacidad de proceso de los computadores sea equivalente a la de un cerebro humano. Hoy está entre una araña y una lagartija. Pero se desarrolla a velocidad exponencial. En unos pocos años más, un chip de computador podrá tener mil millones de transistores. Un supercomputador podrá procesar 100 mil millones de operaciones por segundo. ¿Para qué requiere la sociedad esa tremenda capacidad de proceso? Esa es la clave a seguir.
El computador que está muriendo es el que conocemos hoy, simbolizado en el ???PC??? en sus diversas formas, y que es hijo de la analogía con el cerebro humano. En esa dirección ha avanzado de manera quizás prodigiosa. Pero el mundo viaja ahora en otra dirección.
Hoy la civilización ya ha empezado a construir algo así como una ???mente colectiva tecnológica???, cuya guía ya no es el cerebro. El computador sólo servirá para acceder a esa ???mente???. Y para eso sólo basta un teléfono digital moderno. Es la revolución en curso.
Cuando se pide una búsqueda al rey Google, éste buscará en más de 10 o 12 billones (miles de millones) de páginas, que es probablemente sólo un 10% de las que existen. Todo esto está lejos de nuestro alcance mental. Se trata literalmente de otra ???realidad???.
El desafío ahora es la administración del conocimiento, no su acumulación. Esa pelea está perdida. Ese es el desafío educativo real moderno, no la LOCE ni el pase escolar.
Google está embarcado en el proyecto de levantar la biblioteca virtual más grande de la historia y llegará pronto a más de 10 millones de volúmenes. Una gran biblioteca del siglo 15 tendría quizás unos 2.000 volúmenes. Ya se han sumado al esfuerzo de Google varias universidades americanas. Sólo por ahora, todo eso es gratis. El Parlamento Europeo ve eso como amenaza y tiene también el proyecto de una biblioteca virtual similar.
Es duro lo que voy a decir, pero el libro está obsoleto. Es una herramienta del conocimiento del siglo 16, que simplemente no es ???competente??? para el movimiento actual de la información. Es simplemente muy lento y los libros no saben hablar ???entre sí???. Que el libro esté obsoleto no significa que la lectura lo esté: ahora se leerá más que nunca, pero de otra manera. Antes de la escritura, la fortaleza humana estaba en la memoria, que fue ???sacrificada??? por el libro. Le ha llegado el turno a este maravilloso gigante.
Todo esto es parte de lo que se llama internet 2.0. Una nueva forma de internet en que todo se trabaja ???allá arriba??? en forma colaborativa, a diferencia de la 1.0, en que las cosas estaban en lugares de ???alguien??? a los que la red permitía acceder. El ejemplo clásico es la wikipedia, que ya reemplazó a la enciclopedia británica como paradigma del saber.
Google ya se hizo de YouTube, porque las imágenes son más poderosas que el texto. El 32.% de los usuarios de YouTube ve menos televisión por visitar el portal, y quitarle audiencia a la TV sí que es gracia. También es una señal que debemos empezar a ???ver???. Si lo piensa bien, verá que ningún canal tiene buenos portales de internet o al menos innovadores, ¿por qué será?
Todo el conocimiento está siendo depositado en la nueva mente tecnológica de la humanidad. Ahora están apareciendo herramientas como las ???infonubes??? personales, de manera que podamos administrar todos nuestros datos, música, imágenes y programas en ???la red??? y no dependan ni de los aparatos (máquinas) que tenemos ni del lugar donde estamos. El e-mail es lo más obvio.
No cabe duda de que ganaremos nuevas velocidades, y un acceso al conocimiento como nunca antes, pero almacenado fuera de nosotros. La gran pregunta es ¿y cuál será el costo de este nuevo salto? No es fácil saberlo, pero me temo que será el olvidarse, quizás para siempre, de la mente colectiva original, vínculo básico a la espiritualidad humana.
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Interesante y muy real.