En nuestra querida patria somos extremadamente porfiados hasta en las porfías. Salvo los años de cordura a fines de los ochenta, en que estiras y aflojas más o menos, se encontró el acuerdo de convivencia que nos permitió entendernos como país hasta hoy, antes y después, ahora, el liderazgo en Chile tiende a avanzar como un carro desbocado, desoyendo toda voz hasta que termina en profecía autocumplida.
Me desespera asistir a la ceguera de casi todos los líderes en relación a los desafíos de Chile en el mundo global. Parece que lo único importante es el presente inmediato, aunque no ven que este presente fue inventado (imaginado y promovido) hace años y hasta hace décadas. No importa, basta con la cuña para la tele, la salida ingeniosa o el viaje de propaganda a Francia o Dinamarca. Esta semana nos felicitábamos por ser los elegidos por Monsanto para producir semillas ¡trangénicas! Por cierto que tendrá ribetes positivos (ver), pero seguro que peligros comprobados también tiene (ver). Entre la tecnocracia del mercado, la burocracia del plan y los bufones televisivos, necesitamos más líderes disruptivos que nos ayuden a abrir el mate.
Esta semana en Terapia Chilensis estuvo Felipe Lamarca con una lúcida y provocadora conversación: un líder empresarial pidiendo más Estado, más impuestos y más solidaridad ???por razones ???empresariales??? (escuchar). Aquí comparto el indignado artículo de Mario Waissbluth en Quépasa, ¡inspirador!:
Continúa:
Quépasa
¿Es Chile un sapo?
Se dice que si un sapo es lanzado al agua hirviendo, salta, pero si se le coloca en agua fría que es calentada lentamente, nunca saltará. Estamos tan pero tan ocupados en sacarnos la mugre mutuamente, que ni siquiera nos damos cuenta de que el mundo nos va a pasar por encima. A continuación dos ejemplos de cómo se deben hacer las cosas.
Por Mario Waissbluth
Irlanda
Navegando, navegando, me topé con el Ireland National Development Plan 2007-2013, publicado en enero de este año. Fresquito del horno. Si no cree, googlee. Me produjo espasmos de envidia, de la mala. Es un documento elaborado por el gobierno de este país de 4 millones de habitantes, que sabe que en el mundo global nadie le hará ningún favor.
El informe se redactó habiendo recibido previamente 77 contribuciones de órganos regionales, empresariales, el Consejo de Competitividad, la Homeless Agency, la Asociación de Criadores de Purasangres, el Concejo Municipal de Fingal y quien quiera que quiso mandar sus propuestas.
Viene firmado por el primer ministro, el vice-primer ministro y el ministro de Finanzas. Constituye la continuación del Plan 2000-2006 y, bajo licitación pública, fue evaluado externamente -para verificar su consistencia- por el Instituto de Investigación Económica y Social. Si esto no es transparencia y participación ciudadana, no sé lo que es.
Ciertamente no es un conjunto de promesas vagas -“lineamientos”, “se privilegiará la?”, “se propenderá a?”- ni un saludo a la bandera. Traduzcamos un párrafo textual:
“Transforming Ireland -A Better Quality of Life for All es el mapa de ruta del futuro de Irlanda. Para optimizar nuestras opciones necesitamos este mapa, que focaliza los desafíos centrales en: a) La remoción de los cuellos de botella en infraestructura que impiden un desarrollo económico y regional balanceado; b) Equipar a nuestros niños y jóvenes con la educación y competencias necesarias; c) Crear y mantener oportunidades de empleo de alto valor; d) Redistribuir el ingreso; e) Crear estrategias regionales de desarrollo para comunidades rurales; f) La protección del medio ambiente. El financiamiento proviene completamente de los recursos de nuestros contribuyentes y está diseñado para generar un retorno económico real. En los próximos siete años invertiremos 184 billones de euros (nótese: aproximadamente US$ 10.000 anuales por habitante), incluyendo 54 billones para infraestructura económica, 20 billones para la empresa, ciencia e innovación; 26 billones en capital humano, 34 billones en infraestructura social y 50 billones en inclusión social”.
Todo bien detallado, ítem por ítem, año por año, con propuestas osadas e innovadoras. ¿Se habrán vuelto locos estos compadres? ¿Volvieron a la planificación soviética? ¿Ya no creen que la mano del mercado lo orienta todo? Raro, porque harto capitalista que es ese país.
Australia
Sigamos sufriendo. Google ahora nos permite adentrarnos en el National Food Industry Strategy de Australia, elaborado por su Ministerio de Agricultura hace cinco años, en consulta con entes empresariales, rurales, etc. Vamos viendo lo que dice: “Una agenda de acción que involucra a todos los actores en el desarrollo de la estrategia… la industria identifica las tareas y acciones necesarias para desarrollar su potencial (…) si esta industria va a continuar desempeñando un rol clave, es necesario un cambio radical de pensamiento, políticas públicas y esfuerzo de la industria, y una gran cooperación entre la industria y el gobierno”.
Este “plancito” comprometió 20 millones de dólares anuales del gobierno, por 5 años, para implementar 23 medidas muy concretas: siete de ellas en el ámbito de la capacitación, educación, investigación e innovación; cuatro en una estrategia de penetración de mercados internacionales; siete en el ámbito regulatorio y de ambiente de negocios; tres de sustentabilidad ambiental; y dos para asegurar la ejecución y comunicación del plan.
Como esto ocurrió hace cinco años, seguí googleando, hasta que encontré que en los siguientes cuatro años del plan sus exportaciones de alimentos pasaron de 13 mil millones a 18 mil millones de dólares americanos. Su exportación alimentaria per cápita ahora es cerca del doble de la chilena. Hoy exportan más del doble de vino que nuestros sabrosos carmenere y merlot, lo cual explica, al menos en parte, por qué nosotros andamos gastando plata en quemar parronales mientras ellos se la gastan en promover inteligentemente sus exportaciones.
Chile
Desde que la capacidad de planificación nacional quedó destruida en Odeplan -alrededor de 1985-, y en que la propia palabra planificación se convirtió en una obscenidad hasta hoy, pensar el país de largo plazo y tomar acciones al respecto habían prácticamente desaparecido de la discusión pública. Cada ministerio sectorial tiene su agenda propia, y Hacienda de vez en cuando hace algún intento, en los ratos libres que le deja el manejo de la caja, de orientar el buque en el corto plazo con las lucas.
Algunas cosas hemos hecho en Chilito, claro está. Hace como un año tuvimos un espasmo de Chile Potencia Alimentaria pero todavía no sabemos qué pasó. Tuvimos una Agenda Digital que brilló, murió y parece que será rescatada. El MOP retomó recientemente tareas de planificación de infraestructura regional largamente descuidadas y difíciles de coordinar con la casi inexistente planificación urbana, económica y ambiental del territorio. Conama nos anuncia la planificación de cuencas. Hay un cierto despegue de agencias de desarrollo productivo en regiones, aun cuando todavía sus instrumentos de acción no están particularmente claros. El Consejo de Innovación lleva como un año amenazándonos con sus clusters. Está bien y qué bueno, pero? too little, too late, too uncoordinated. Por cierto, parece que en regiones somos más capaces de ponernos de acuerdo que en esta atormentada capital. En el Congreso, ni se diga.
¡Qué rabia! Aquí preocupados de sacarnos la mugre entre nosotros, y allá en Australia, en Nueva Zelandia, en Irlanda, preocupados de sacarnos la mugre a nosotros y a todo el que se les ponga por delante. Nos inventamos un modelito de organización política bien bueno para retornar a la democracia y pésimo para competir en el mundo. Está obsoleto, anquilosado, no sirve para competir en el globalizado siglo XXI, hay que venderlo como fierro viejo.
Somos un país chico, muy alejado de las principales rutas de comercio, con vecinos turbulentos, con una tendencia demográfica regresiva y una población que mayoritariamente no entiende lo que lee. No muy buena plataforma para competir que digamos. Y lo peor es que estamos tan pero tan ocupados en sacarnos la mugre mutuamente, que ni siquiera nos damos cuenta que el mundo nos va a pasar por encima. Es como la biología del sapo. Si se lo tira al agua hirviendo salta, pero si se le calienta el agua de a poquito, entra en un dulce sopor y termina convertido en guiso francés nouveaux cuisine. “Chili au pobretón avec faranduleux et politiciens populistes”. Fuimos y seremos siempre refinados, eso sí.
Volver inicio ricardoroman.cl