Qué Pasa publicó su selección de los 50 líderes más influyentes del último año en Chile. Vale la pena mencionar aquí a los 5 científicos elegidos, porque son los que más pueden traer posibilidades para el futuro desarrollo del país, a pesar de la resistencia a verlo por parte del autismo de los políticos y de la falta de espíritu innovador de gran parte de la cultura empresarial:
Pablo Valenzuela. Un empresario de su propia vida
La actividad científica y tecnológica requiere, para destacar e influir en ella, de más elementos que la sola brillantez intelectual. Es preciso tener proyectos, sueños y ambiciones, pero también la capacidad para llevarlos a cabo. Al necesario talento y conocimientos para desarrollar la disciplina escogida, se debe sumar la capacidad de persuasión, la perseverancia en los objetivos, interactuar sabiamente con la comunidad científica y tecnológica, levantar y gestionar recursos económicos, publicar en las revistas correctas y seguir líneas de trabajo promisorias. Quien realiza la actividad científica o tecnológica con éxito e influencia debe ser, en definitiva, un empresario de su propia vida.
Pablo Valenzuela cumple con creces todas esas condiciones. Tempranamente, luego de doctorarse en EE.UU., anticipó la importancia que tendría el desarrollo biotecnológico, y fundó con colegas norteamericanos la empresa Chiron. Recuerdo haberlo conocido en San Francisco, a mediados de la década de los ochenta, cuando Chiron ya se había abierto a la Bolsa, y se desarrollaba con las dificultades iniciales de los emprendimientos de ese tipo. En esa ocasión me dijo: "Este año nos ha ido bien, sólo perdimos 3 millones de dólares", una afirmación un tanto críptica para la época, pero que luego, a comienzos de este siglo, tomó plena vigencia cuando aparecieron las puntocom. El esfuerzo para desarrollar compañías tecnológicas requería un largo período de inversiones sin retornos. El estudio del genoma del virus de la hepatitis B y el posterior desarrollo de la vacuna inmunizadora, así como el estudio del genoma del virus de la hepatitis C, son considerados hitos a nivel mundial, que le dieron fama y prosperidad a la compañía que hoy tiene una valorización en Bolsa de 10 mil millones de dólares y 6 mil empleados.
Aún más destacable que el éxito de Chiron, es la decisión de Pablo de volver a Chile y fundar la empresa BiosChile y la Fundación Ciencia para la Vida, ambas iniciativas tienen como objetivo transferir sus conocimientos, empuje y experiencia al desarrollo de la tecnología y la innovación en Chile. El corazón de sus operaciones ubicado en Ñuñoa, así como su participación en proyectos universitarios, es un fiel reflejo de ese compromiso. Su pasión por estos temas lo ha llevado a buscar en los dos conglomerados políticos nacionales principales maneras de impulsar la innovación tecnológica. Ello no debe leerse como oportunismo. Por el contrario, se trata de la íntima convicción de que ésa es una tarea fundamental para traer bienestar al país que lo vio nacer. (Por Álvaro Fischer Abeliuk, Ingeniero matemático, empresario y escritor)
Claudio Bunster. Una gran contribución a la discusión científica y a la diversidad de ideas
Conocí a Claudio Bunster hace 20 años cuando escuché una charla en que hablaba de ¡fantasmas! Los "fantasmas" son partículas que existen, pero no las podemos ver. La descripción que Claudio hacía de ellas era tan clara como una pelota de ping-pong rebotando sobre la mesa. La facilidad de Claudio para hablar de agujeros negros, gravitación y muchos otros temas "duros" de física teórica muestra el profundo dominio que tiene de ellos. Claudio ha recorrido una gran cantidad de áreas de física teórica y ha hecho aportes fundamentales. En el CECS, en Santiago, los estudiantes compartíamos una oficina en el primer piso. Con frecuencia Claudio bajaba a contarnos una idea, siempre fuera de lo común. Al día siguiente nos informaba que estaba mala. Al día subsiguiente cambiaba de opinión y así, finalmente, convergía a una publicación, siempre del más alto impacto internacional. Tener el privilegio de observar la amplitud con que Claudio afronta un problema es una escuela de un valor incalculable. Una idea inspirada aunque aparentemente descabellada despierta en Claudio un entusiasmo mayor que 100 ideas razonables. El exitoso traslado del CECS a Valdivia es un excelente ejemplo. Sus aportes en política científica siguen un patrón parecido, ideas novedosas y polémicas. Y a veces yo no concuerdo con él. Pero Claudio contribuye como nadie a la diversidad de ideas, la discusión y el necesario aire fresco en nuestro aún pequeño mundo científico nacional (Por Maximo Bañados, Profesor adjunto Facultad de Física, Universidad Católica).
Juan Carlos Castilla. El pionero de la ecología marina
Es profesor titular de la Universidad Católica de Chile. Aunque su campo de acción y actividad se centra en la ecología marina -es doctor en esa especialidad por la University of Wales, Gran Bretaña-, su formación original es la de profesor de Química y Ciencias Naturales. El Dr. Castilla es autor de innumerables artículos científicos en revistas con comités editoriales y participantes del catálogo ISI, además de autor de muchos libros y capítulos de libros. Él mismo define sus principales líneas de investigación como aquellas relacionadas con la estructura y dinámica de las comunidades marinas intermareales y del submareal somero de la costa de Chile. Le interesa en ese contexto lo que él denomina "el rol clave que juega el hombre en estos sistemas". Además, el Dr. Castilla ha tenido un rol fundacional en el establecimiento en Chile de Áreas Marinas Protegidas, (AMP) y Áreas de Manejo y Explotación (AME). En ese sentido ha sido pionero en apelar a la explotación racional de recursos bentónicos asignados a pescadores artesanales o a sistemas de explotación de pequeña escala bajo sistemas de comanejo y uso de derechos de pesca exclusivos. También ha estudiado la conexión entre la conservación y el manejo costero de recursos. Adicionalmente, ha sido conocido por sus investigaciones en el molusco "loco". Más allá de todo lo anterior, Juan Carlos Castilla ha formado a muchas generaciones de biólogos, ha sido director y tutor de tesis de pedagogía, licenciatura y doctorado. Ha sido y es un formador de estudiantes, de científicos y, aún más importante, de personas (por Leonel Sierralta, Consultor ambiental).
Cecilia Hidalgo. Una mujer clave para la ciencia chilena
Cecilia Hidalgo es una exponente sobresaliente de la ciencia chilena. Hija de la generosa generación de científicos formados en el Laboratorio de Biología Marina de Montemar a principios de los 60, ella continuó una fructífera carrera en EE.UU., para retornar a Chile e instalarse en dependencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Su carrera ha estado marcada por contribuciones notables en los mecanismos íntimos de la contracción muscular, campo donde es líder indiscutida en el mundo. A su vez, ha tenido una importante labor en la formación de un gran número de científicos, los que han continuado con carreras destacadas tanto en Chile como en el extranjero. Su liderazgo es indiscutible, destacando también sus logros en la institucionalización de la ciencia en Chile, con la formación del Centro Fondap de Estudios Moleculares de la Célula, el cual ha sido un polo de desarrollo en los últimos años. Es indudable que la presencia de Cecilia Hidalgo en Chile es un lujo, y que seguirá aportando decididamente al desarrollo de la ciencia en nuestro país. (por Pablo Caviedes, Profesor Asociado, Programa de Farmacología Molecular y Clínica, ICBM, Facultad de Medicina, Universidad de Chile).
Jorge Allende. Ejemplo de liderazgo científico
Más allá de su brillante carrera como científico, Jorge Allende se ha destacado por su extensa labor docente y educadora, administración académica y dirección de numerosos organismos científicos. Esta importante labor le ha permitido posicionarse como uno de los investigadores chilenos de mayor renombre en la comunidad científica mundial. Es miembro extranjero de la Academia de Ciencias de EE.UU., y en 1992 recibió el Premio Nacional de Ciencias Naturales. Como uno de sus discípulos, destaco su incansable entusiasmo para generar conocimiento científico de frontera. Aún recuerdo el impacto que causó en nuestra generación de bioquímicos, en los años '70, cuando nos entregó de manera muy atractiva información fresca sobre los primeros avances logrados en el campo de la ingeniería genética y el revuelo mundial que ello generó en la comunidad científica. Durante cinco años (1993-1997) organizó los denominados "Santiago Southern Summer Symposia", que reunieron a destacados investigadores del mundo. No nos podemos dar el lujo de desperdiciar la experiencia científica de Jorge Allende y de otros investigadores chilenos, los cuales pueden aportar concretas directrices para un exitoso despegue de nuestro país en el desarrollo científico y tecnológico (por Juan Olate, PhD, Depto. de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad de Concepción).