latercera. El Google Phone en realidad se llama Androide, un sistema operativo ideado para dominar el creciente mercado de los teléfonos inteligentes. Como es su costumbre, Larry Page, cofundador de Google, llegó tarde a la cita. Andy Rubin, un emprendedor de Sillicon Valley conocido en el ambiente de la alta tecnología, lo esperaba impaciente con su más reciente creación bajo el brazo: un sistema operativo para dispositivos móviles llamado Androide. “Los teléfonos serán el medio por el cual la gente se mantendrá conectada”, le dijo. “Dentro de unos años habrá 700 millones de teléfonos vendidos cada año, comparados con poco más de 200 millones de PC”, agregó. Era el año 2005.
La historia, relatada en el último número de revista Wired, revela cómo se gestó el nacimiento Androide, el sistema operativo para teléfonos celulares con el que Google pretende dominar el mercado de la navegación móvil por internet. Andy Rubin, quien comenzó su carrera en Apple, es quien dirige esta iniciativa en la compañía. Durante los próximos años se espera que millones de cibernautas dejen de pensar en el PC como su principal puerto de acceso a la red y lo reemplacen por los celulares, equipos que se parecen cada vez más a un pequeño computador.
EL MITO DEL GPHONE
Hasta ahora quien mejor ha logrado este objetivo ha sido Apple, con su teléfono iPhone, que corre con sistema operativo propio (MAC OS). Y aunque durante varios años se especuló con la posibilidad de que Google arremetiera también con su propio teléfono, el llamado Gphone, la compañía eligió ingresar al mercado con una herramienta que le permitirá marcar presencia no en un sólo equipo, sino en millones de ellos, de diferentes modelos y marcas. ¿Cómo? a través del software que les permite a estos dispositivos funcionar y acceder a toda clase de servicios.
No son pocos los pasos que ya ha dado Google en esta senda. El más reciente, la semana pasada, fue el anuncio de que los usuarios de iPhone pueden chatear usando el servicio Gtalk, de Google. Y sin cargar ningún software, simplemente visitando el sitio a través del navegador Safari del equipo. El popular teléfono de Apple ya permitía hacer búsquedas a través de Google y acceder también a Gmail, al igual que otros teléfonos inteligentes de Nokia, Blackberry y Palm, entre otras marcas.
Así Google ha ido marcando presencia en los dispositivos móviles, pero lo que se viene es un intento de mayor envergadura por dominar este mercado. “Google busca masificar el uso de dispositivos móviles conectados a internet, explica a La Tercera Jim Ballantine, representante del buscador en Chile.
El debut de Androide
Masificación que está pronta a comenzar. Para fines de este año se espera el debut de los primeros teléfonos con sistema operativo Androide, el software de Google que terminó por sepultar la masticada idea de crear un equipo con marca propia. “Estamos comprometidos a comercializar los primeros servicios y dispositivos con plataforma Androide durante el segundo semestre de 2008”, afirma en su sitio web la llamda Open Handset Alliance, conglomerado en el cual participan más de 30 empresas comprometidas con transformar a la plataforma de Google en un standar.
Entre ellas se cuentan Qualcom, NEC, Intel, LG, Samsung, Motorola eBay y Texas Instruments. Algunas de estas empresas mostraron prototipos con Androide funcionando en el último Mobile World Congress, la feria de telefonía móvil más grande del mundo que se realiza en cada año Barcelona. Hasta ahora este mercado ha sido dominado por Symbian, de Nokia, presente en 74 millones de teléfonos y por Windows Mobile, de Microsoft, incorporado en unos 60 millones de equipos.
La principal diferencia de Androide es que es un programa de código abierto escrito en Java, lo que significa que cualquier desarrollador puede escribir programas para el sistema operativo. Apple no cobrará por este sistema. Se estima que el 20% del costo de un teléfono es por el sistema operativo que trae, lo que permitiría que los teléfonos Androide fueran más baratos. ¿El negocio? serán los servicios y la venta de publicidad.
