el capitalismo degeneró en un casino de mercados impulsados por la ambición y
una especulación sin límites. “Se construyeron castillos en el cielo
-dice- y de pronto la gente se dio cuenta de que esos castillos no existían”.
destruido el sistema financiero mundial. En un diálogo con la revista alemana
Der Spiegel que apareció en la plataforma online de la publicación, el
celebrado creador del sistema de créditos para los más pobres habló sobre la
motivación de la ganancia, la conciencia social, y reflexionó sobre qué debería
hacerse para terminar con la crisis financiera.
-Señor Yunus, durante años usted ha estado predicando una
manera más socialmente consciente de hacer negocios y ha denunciado la
concentración estrecha en la maximización de las ganancias como dañina. Ahora
todo el sistema financiero tambalea…
-El giro actual de los acontecimientos me pone triste. El
colapso ha afectado a tanta gente y de pronto ha vuelto inestable al mundo
entero. Ahora deberíamos concentrarnos en asegurar que nunca vuelva a darse una
crisis financiera de este tipo.
-¿Qué debería hacerse?
-Hay baches inmensos en el actual sistema financiero que hay que
rellenar. El mercado, claramente, no es capaz de solucionar estos problemas por
sí mismo y ahora la gente tiene que correr a los gobiernos en busca de ayuda de
emergencia. No es buena señal porque muestra que la confianza en los mercados
se ha evaporado. En este momento desgraciadamente no hay otra opción fuera de
que el gobierno se haga cargo y dé apoyo. Es el método actualmente utilizado
para combatir la crisis… método que se inició con el paquete de US$ 700.000
millones aprobado en EE.UU. En Alemania el gobierno también se ha metido en la
refriega.
-¿Qué problema le ve a esa estrategia?
-La cuestión es que tenemos que volver lo antes posible a los
mecanismos de mercado que pueden amenguar la crisis y resolver problemas. Las
soluciones deben surgir de los mercados y no de los gobiernos.
-Pero usted mismo dijo que el mercado no es capaz de
hacerlo.
-Eso es exactamente en lo que tenemos que trabajar. Por mucho
tiempo las principales prioridades han sido la maximización de las ganancias y
el crecimiento acelerado… pero eso ha conducido a la actual situación. Cada
día tenemos que ver si hay un factor potencialmente dañino en crecimiento en
alguna parte. Si percibimos que es así, entonces tenemos que reaccionar
inmediatamente. Si algo crece tan aceleradamente que es antinatural, entonces
tenemos que detenerlo. ¿Por qué las compañías no invierten todas en un fondo
que compre activos que se han vuelto demasiado riesgosos? Incluso puedo
imaginar un modelo de negocios para tal programa.
-Usted dice, por un lado, que el mercado tiene que
resolver el problema por sí mismo, pero por el otro, critica el crecimiento
demasiado acelerado. Eso suena como que usted piensa que el capitalismo
orientado a las ganancias ha fracasado.
-No todo. El capitalismo, con sus mecanismos de mercado, tiene
que sobrevivir… No hay duda de ello. Lo que rechazo es que hoy haya un solo
incentivo para hacer negocios que es la maximización de ganancias. Pero el
incentivo de hacer el bien social debe incluirse. Tiene que haber muchas más
compañías cuyo objetivo primordial no sea obtener las mayores ganancias
posibles, sino el de proveer el mayor beneficio posible para la humanidad.
-¿Y usted piensa que esos dos incentivos son mutuamente
excluyentes? El banco que fundó, Grameen Bank, que llevó a que usted recibiera
el Premio Nobel de la Paz en 2006, ayuda a la gente y obtiene buenas ganancias.
-Es una compañía que se centra en el bien social y que obtiene
ganancias, pero no busca centralmente maximizar sus ganancias. No me interesa
convertir compañías completamente orientadas a la ganancia en operaciones
socialmente conscientes. Son dos categorías diferentes de compañías, siempre
habrá empresas cuyo objetivo primordial sea ganar todo el dinero que puedan.
Eso está bien. Pero ganar todo el dinero posible sólo puede ser un medio para
un fin, no un fin en sí mismo. Hay que invertir dinero en algo significativo, y
yo insisto en que tiene que ser algo que mejore la calidad de vida de toda la
gente.
-¿Pero qué tiene que ver un aumento de la cantidad de
compañías concentradas en lo social con la crisis financiera?
-Si hubiera más compañías concentradas en lo social, la gente
tendría más oportunidades para definir sus propias vidas. Los mercados serían
más equilibrados.
-Usted está hablando de salvar al mundo con altruismo…
-Hay muchos filántropos en este mundo, gente dispuesta a ayudar
a otra gente dándoles casas, educación, etcétera. Pero eso es una calle de una
sola vía. Se gasta el dinero y nunca vuelve. Si se invirtiera ese dinero en una
compañía de orientación social, se quedaría en la economía y sería mucho más
efectivo porque se usaría de acuerdo a los criterios del mercado y, por tanto,
desarrollaría una cierta cantidad de apalancamiento del mercado.
-¿Quién considera qué es responsable del actual derrumbe
financiero?
-El mercado mismo, con su falta de regulación adecuada. El
capitalismo de hoy ha degenerado en un casino. Los mercados financieros se mueven
por la avaricia. La especulación ha alcanzado proporciones catastróficas. Estas
son todas cosas que tienen que terminar.
-La crisis financiera actual comenzó como crisis del
crédito, los dueños de casas en los EE.UU. ya no podían pagar sus hipotecas. En
el Grameen Bank, que ofrece microcréditos, la tasa de repago es cercana al 100
por ciento. ¿Piensa que su banco podría ser un modelo para todo el mundo
financiero?
-La diferencia fundamental es que nuestro negocio está muy
conectado con la economía real. Cuando damos un crédito de US$ 200, ese dinero
irá a la compra de una vaca en alguna parte. Si prestamos US$ 100, la gente
quizás compre unas gallinas. Dicho de otro modo, el dinero va a algo con valor
concreto. Las finanzas y la economía real tienen que estar conectadas. En
EE.UU. el sistema financiero se ha separado completamente de la economía real.
Se hicieron castillos en el aire y de pronto la gente advirtió que esos
castillos no existen en absoluto. Fue en ese punto donde colapsó el sistema financiero.
-¿Es hora de que los gobiernos intervengan en la economía
de mercado y fortalezcan la regulación?
-Tiene que haber regulación, pero no se debe permitir que los
gobiernos dirijan la economía. Por el otro lado, se ha demostrado que la
“mano invisible” de Adam Smith, que supuestamente resuelve los
problemas del mercado, no existe. Esta “mano invisible” ha
desaparecido por completo en los últimos días. Lo que estamos viviendo es un
fracaso dramático de los mercados.
Por Hasnain Kazim
© LA NACION y Der Spiegel
Traducción: Gabriel Zadunaisky
Ricardo, a este tipo hay que escucharlo. Y yo escucho, basta del motor de la avaricia por las ganancias a toda costa. Elevemos nuestro estado de conciencia y pongamos a la persona en primer lugar.
Y ese ente regulador, que no puede ser solo el Estado, pienso en el poder emergente de las redes sociales. Tenemos que subir a toda la gente a esas plataformas e ir inventando los canales de participación y regulación, que pienso será pan comido.
Saludos
Alianza Social Continental: ante la Crisis Financiera exigimos cambiar el modelo
Dirigentes sociales de México, Colombia, Venezuela,
Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia y Chile, pertenecientes a la Alianza
Social Continental, reunidos en Quito el 15 de noviembre de 2008 -al
mismo tiempo que lo hacían los líderes del G20 en Washington-
discutimos las implicaciones de la actual crisis financiera global y
las acciones que deberán emprender los pueblos del Continente. Al
evento invitamos al Ministro de Coordinación para la Política Económica
de Ecuador, Pedro Páez; al Senador del Polo Democrático Alternativo de
Colombia, Jorge Enrique Robledo; y al Embajador de Bolivia en Ecuador,
Juan Javier Zárate, quienes expusieron sus apreciaciones ante el tema
que nos convocaba.
Después de debatir ampliamente sobre las causas, los
responsables, los impactos sobre la sociedad y las propuestas de
solución, concluimos:
1. Profundidad y gravedad de la crisis.
· La crisis que vive la economía mundial es
consecuencia de los modos de producción y expansión del sistema
capitalista. Es, además, de carácter estructural y no sólo financiera
como se ha pretendido mostrar. Engloba a su vez otras crisis, como la
energética, la alimentaria y la climática. Todas ellas ponen en peligro
a la humanidad, ante lo cual los pueblos del mundo deben actuar con
celeridad.
· La situación financiera actual es el reflejo de un
modelo económico en el que es mejor negocio especular financieramente
que producir bienes reales, hasta que las burbujas explotan, como
ocurrió también en esta ocasión. Ésta no es una más de las crisis
cíclicas del capitalismo; la de hoy es mucha más profunda, pues además
de la inevitable sobreproducción que conlleva de suyo el capitalismo,
significa la explosión de un modelo económico que ha detenido la
producción en el Sur, generando desempleo y profundizando la pobreza.
· Ya en crisis especulativas anteriores habían
encontrado nuevos campos de especulación para seguir haciendo grandes
fortunas. La de hoy comenzó a gestarse hace años y ni siquiera las
guerras permitieron evitarla. Las falsas soluciones que se han
planteado lleva a que no estalle solamente en el sector financiero,
sino que sus efectos se trasladan a la economía real, provocando
recesiones generalizadas, altos niveles de desempleo y angustiosas
situaciones sociales en las economías globalizadas.
· Las consecuencias de la crisis financiera están
todavía por verse. Su magnitud puede desbordar los cálculos más
pesimistas. Las economías que más sufrirán sus efectos serán aquellas
que estén más acopladas a los circuitos económicos mundiales, quienes
dependen de las exportaciones a los países desarrollados y también
quienes más han castigado o perdido su mercado interno debido al
neoliberalismo. Los efectos sobre la vida de millones de personas
podrían ser nefastos si no se enfrentan las causas reales.
· La crisis actual es de nuevo tipo, no es como las
tradicionales crisis cíclicas que son fruto del “mercado”. Es una
crisis con causantes concretos: grupos de especuladores que en su
avaricia de ganancias llevaron al colapso del sistema, aunque hay que
hacer claridad en que no son sólo un sector o grupo económico, sino una
forma de inversión que realizan todos los grandes capitales que
aparentan ser productivos.
2. Se prueba la falsedad y el fracaso de la ideología neoliberal.
· La reciente crisis financiera es una clara evidencia
del fracaso ideológico del neoliberalismo y sus defensores, que
plantearon el dogma de la mano invisible del mercado que lo
autorregulaba. Ahora aplauden que la ‘mano visible del Estado’ los
salve, cuando en los últimos 25 años han predicado que éste sólo debe
garantizar seguridad y evitar intervenir en cualquier asunto económico.
3.- En la búsqueda de soluciones deben participar todos
los países, consultando a sus pueblos, y no sólo las grandes economías
entre las cuales se encuentran los principales causantes de la crisis.
· Si dejamos sólo a los poderosos la búsqueda de
soluciones estas pueden ser incluso más especulación, tratando
recuperar las perdidas. Ya lo están haciendo con las monedas de algunos
países, llevándolas a macro devaluaciones y usando las reservas de
estos Estados en un inútil esfuerzo por detenerlas. Plantean también la
necesidad de más controles y regulaciones dando más poder a ingratas
instituciones como el FMI y el Banco Mundial, quienes desde ya
recomiendan a los países incrementar el gasto fiscal, aumentando la
deuda externa, cuando antes presionaban o obligaban a lo contrario
· Hoy los países más poderosos y sus transnacionales se
reúnen para buscar soluciones, pero en general ponen el acento en
estabilizar y salvar al sistema financiero, es decir al causante de la
crisis. Aunque hablan de reactivar la economía o al menos de disminuir
la profundidad y duración de la recesión, insisten en el “Libre
Comercio” y la competencia salvaje, que salvará a los grandes capitales
quebrando o absorbiendo a los pequeños.
4. Las soluciones propuestas son profundizar el modelo.
· Ante la incapacidad de resolver por sus propios esfuerzos la recesión
económica, las potencias acudirán a profundizar el recetario neoliberal
de mayor explotación de la mano de obra y los recursos naturales, en
busca de reactivar su producción. Incluso la crisis puede ser un
pretexto para desconocer los compromisos internacionales tendientes a
enfrentar la crisis climática y energética.
5. Los pueblos deben evitar que se pretenda enfrentar la crisis con más neoliberalismo.
· Al evidente fracaso ideológico y en los hechos del
neoliberalismo, le debe corresponder la más amplia lucha social en
aquellos países donde quienes mal gobiernan insisten en su aplicación
como solución, pero también la mayor vigilancia en esos donde sus
gobiernos intentan cambiar el rumbo, enfrentando fuertes presiones de
los sectores más reaccionarios y antinacionales.
Lineamientos iniciales que proponemos para enfrentar la crisis
Esta crisis financiera nos obliga a intensificar las
luchas sociales contra el neoliberalismo y sus promotores, principales
causantes de las oprobiosas desigualdades que sufren la mayoría de
quienes habitamos los países del Sur. Desde la ASC planteamos algunas
ideas que buscan impulsar un modelo económico alternativo:
1.- La integración regional desde los pueblos puede ser una formidable herramienta para enfrentar la crisis sistémica actual.
· Sabemos que hay discusiones inconclusas entre los
gobiernos sobre que tipo de integración regional se busca. Los pueblos
han ido consensuando su propia propuesta de integración regional, es
decir una integración no sólo comercial sino para el vivir bien de
todos y en armonía con la naturaleza.
· Ante la crisis global, acelerar este tipo de
integración permite la conquista de mayor soberanía para la
implementación de modelos de desarrollo propios orientados al vivir
bien y en armonía con la Pachamama.
· Frente a la inestabilidad financiera, la escasez de
crédito y la tendencia a condicionar el otorgamientos de créditos por
parte del sistema financiero multilateral, consideramos fundamental
acelerar la creación de un sistema financiero regional que facilite
financiamiento sin los condicionamientos tradicionales de los bancos
multilaterales, permita una defensa efectiva ante la inestabilidad
financiera global y apoye la estabilidad monetaria de todos los
miembros ante posibles ataques especulativos contra monedas nacionales,
Los movimientos sociales seguiremos mejorando nuestras propuestas sobre
el diseño de dichas instituciones.
· La solución no vendrá de volver a firmar cartas de
intensión con el FMI o con el Banco Mundial, como han planteado algunos
gobiernos.
2.- Los gobiernos deben implementar medidas defensivas
inmediatas ante la especulación con nuestras monedas y la posible fuga
de capitales, tales como el control de cambio. Somos concientes de que
algunos de nuestros países tienen tratados internacionales que limitan
sus capacidades para decretar de dicha medida, pero también proveen que
en caso de posibles crisis de balanza de pagos por una disminución de
los ingresos de importaciones y la disminución de inversiones
extranjeras se permite tal medida. Estamos ante una emergencia y por
ello hay que tomar dicha medida de forma preventiva.
3.- Compartimos la justa decisión de Ecuador de
realizar la auditoria de la deuda externa y, basado en sus resultados,
suspender los pagos. Exhortamos a nuestros gobiernos a hacer lo mismo:
no se deben pagar deudas ilegitimas y -menos- especulativas.
4.- La crisis global deja claro la vulnerabilidad de
las economías que han hecho del sector exportador el único motor de
crecimiento. Las exportaciones son benéficas para la economía en la
medida en que tienen un alto contenido nacional y por ello dinamizan al
conjunto de la economía, pero no se puede depender sólo de dicho sector
y estar altamente vulnerables de la fluctuaciones de precios y ciclos
económicos de las potencias destino de nuestra producción. Debemos
fortalecer el comercio intra-regional complementario, El centro de la
economía debe volver a ser producir lo que consumimos nacional y
regionalmente.
5.- Es el momento de revisar todos los TLC’s y Tratados
de protección reciproca de inversiones. No es posible que se reconozca
que el mercado no se autorregula y los gobiernos sigan aceptado la
camisa de fuerza que significan estos tratados para intervenir y
regular la economía en función de un proyecto nacional de desarrollo
para vivir bien.
6.- Lucharemos porque nuestros gobiernos no sólo tengan
agresivas políticas anti-recesivas, sino políticas económicas que
fortalezcan el mercado interno como principal motor de la economía.
Cómo hemos dicho, la crisis global no es solo financiera, sino también
alimentaria por lo que debemos poner en el centro de las políticas de
reactivación de la economía las tendientes a conseguir la seguridad
alimentaria nacional y regional, basadas en la producción familiar y no
en monocultivos extensivos que están también atentando contra la
sustentabilidad.
Me parece estraordinariamente humanitario y cristiano el punto de vista del Sr.Yunus ,cercano al cooperativismo y la revolución en libertad de la década de los 60 en nuestro Chile.
¿ Cuándo el mundo de los negocios y las ganancias desmmesuradas cederá a tan aplaudibles y buenas intenciones?