Imagen: algunas aplicaciones web 2.0 en mi iPhone
En Chile, no es sólo intelectual y políticamente tardío (quizás el sueño guardado durante 30 años) repartir libros gratis a las familias modestas, sino que también lo que parece moderno de invertir en más computadores para los colegios, también comienza a estar atrasado, por el avance del fenómeno internet móvil y los teléfonos llamados inteligentes “smartphone” (en el mundo 1300 millones de usuarios de teléfonos móviles acceden a internet, habiendo 1000 de PCs estacionales y portátiles en todo el planeta ver referencia). El costo por unidad y de instalación, el desarrollo de recursos y contenidos, la sintonía con el estilo dinámino y “bárbaro” de los nuevos usuarios, hacen de este dispositivo mucho más que una herramienta y se convierte en una económica extensión de la mente, la identidad y el mundo de relaciones: el único avance posible en Africa de telefonía e internet es móvil, qué decir de participación móvil en la web para emprendedores, educadores y líderes. Conviene recordar los prejuicios que despertaron en su tiempo el teléfono, el automóvil y la televisión, y los conservadores (de izquierda, derecha y centro) que los descalificaron práctica y hasta moralmente: muchos aún se preguntan dónde queda en internet espacio para el espíritu, la creatividad y la comunidad, mostrando sólo falta de horas de navegación y que aún no se aprende realmente de la lección digital de la revolución pigüina de hace ya cuatro años. En fin, a seguir insistiendo con las oportunidades del fenómeno ¡social! de internet ¡móvil!