Flisol 2006:
La versión chilena de la fiesta del software libre
Bernardo Domíngues


Aficionados llevaron sus laptops al local a compartir softwares.
El evento se llevó a cabo en 99 ciudades de todo el continente, incluyendo Santiago.

(Fotografía: Richard Stallman)

La Flisol (Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre), un evento que se lleva a cabo simultáneamente en todo el continente, también tuvo su versión chilena, ayer en la tarde, en la escuela de Ingeniería de la Universidad Central.

Fue la segunda versión de este evento que pretende promover el uso del software libre y la integración de comunidades de usuarios en todos los países de Latinoamerica.

En la atractiva cita se discutieron importantes temas como filosofía de propiedad digital pública, aspectos legales, alfabetización digital, relación entre el gobierno y softwares libres e importancia de las comunidades virtuales en el desarrollo de alternativas a las grandes corporaciones de software.

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Pero las charlas y las dicusiones eran tan sólo parte del evento. Decenas de usuarios traían sus propios PC desde la casa y se dirigían a alguna de las salas puestas a disposición por la universidad para instalar y compartir softwares con otros aficionados al tema.

Una de las estrellas de la fecha es “Ubuntu“, un sistema operativo gratuito basado en Linux, didáctico y fácil de usar.

La filosofía de este tema tiene que ver con la cooperación entre internautas y la visión de formar una web menos monopólica. Sin embargo, el motivo de la reunión dista mucho del altruismo Al menos es lo que afirma Jaime Navarrete, del Centro de Desarrollo de Software Libre.

“Es una buena oportunidad de negocios. Lo que falta es darle oportunidades a la gente para que vean que el Linux es tan conveniente como cualquier otro sistema operacional y que los softwares libres son capaces de hacer todo lo que los tradicionales hacen y, a veces, aun mejor”.

¿Qué son?

Para los que no saben, los software de corporaciones como Microsoft y otras, poseen códigos que no están habilitados al público. Con esto, nadie más que ellos mismos son capaces de proveer el servicio técnico a sus clientes. “Es como que te vendan un auto y no te dejen abrir el capó, pues sólo la empresa que los produce posee la llave para abrirlo y arreglar el motor”, afirma Navarrete.

Los sofwares libres, por otro lado, tienen su código abierto al público y suelen estar disponibles gratuitamente en Internet, o a precio del costo de la distribución a través de otros medios. No tiene que ser así y, a pesar de su carácter de “libre”, puede ser vendido comercialmente.

Derechos de autor

La opción del software libre asusta a muchos programadores por lo simple que resulta copiar un programa y usarlo comercialmente. Daniel Álvarez, de Creative Commons, explicó cómo la ley de derechos de autor ampara a los desarrolladores de software libres tanto en Chile como en el mundo.