Para mi, la responsabilidad social empresarial comenzó a aparecer en mi horizonte hace un año, pero no le había tomado atención hasta que el nuevo ministro de hacienda decidió hacer su primera incursión pública en PROhumana, ONG dedicada justamente a la RSE. De haber participado en la encuesta que aquí se menciona, habría estado totalmente en el promedio de lo descubierto en el estudio. Sin embargo, la RSE es una tendencia que de seguro crecerá en un futuro cercano (ver artipolis):
La Tercera
¿Responsabilidad Social?
???la empresa privada es la que más se dice que incumple su labor social en las seis áreas preguntadas: cuidado del medio ambiente, comportamiento ético, inclusión de todo tipo de personas, ayuda a la comunidad, buenas condiciones laborales y entrega de información???
por Fernando Paulsen
No hay nada más propio de los discursos modernos que hacer referencias a la responsabilidad social de la empresa, del Estado y las organizaciones sociales. Para lo dos últimos, este concepto es parte de su esencia, pero para la empresa, la responsabilidad social es una idea relativamente reciente. Distante de la concepción de acumulación del máximo posible de utilidades para sus accionistas, que dominó el discurso público de las corporaciones desde mediados del siglo XIX y casi todo el siglo XX.
La responsabilidad social es el mensaje de reencantamiento de la empresa moderna con una sociedad crecientemente informada, tecnologizada, democratizada, pero no muy enriquecida. Casi 10 años de la introducción estable de esta idea en Chile, ¿qué tanto se tiene claro a nivel de ciudadanía sobre lo que implica y cómo lo están haciendo quienes debieran ser sus principales protagonistas? De eso se trata una encuesta de la ONG PROhumana con Adimark, que será conocida la próxima semana, y sus resultados no son alentadores.
Continúa:
En primer lugar, el 36% de los encuestados no ha escuchado jamás hablar de responsabilidad social (RS), y a la hora de preguntarles qué es, el 42% dice que es la responsabilidad del ciudadano con la sociedad. Sólo el 4,8% considera que esta responsabilidad tiene que ver con las empresas, y 4,2% dice que tiene que ver con la responsabilidad y deberes del Estado.
Llamados a evaluar con nota de 1 a 7 a las empresas, Estado y organizaciones sociales frente a su responsabilidad social, la empresa privada es la que más se dice que incumple su labor social en las seis áreas preguntadas: cuidado del medio ambiente, comportamiento ético, inclusión de todo tipo de personas, ayuda a la comunidad, buenas condiciones laborales y entrega de información. El incumplimiento de RS para a empresa privada (las notas entre 1 y 4) nunca baja de 54% en ninguna de las seis áreas citadas, llega a un peak de 78% en el tema del medio ambiente, secundado por incumplimientos en la ayuda a la comunidad (67%) y comportamiento ético (66%).
Al Estado no le va mucho mejor, con incumplimientos severos en el cuidado del ambiente (67%), comportamiento ético (56%) y en buenas condiciones laborales (50%).
Como se verá más completamente cuando la encuesta se dé a conocer, los privados y el Estado tienen serias dificultades para ser considerados socialmente responsables. Eso debiera ser más preocupante que algunos dislates verbales episódicos. Porque las palabras pasan y las explicaciones existen, pero la sensación ciudadana de que la RS es más un discurso que una realidad no se corrige con estrechar manos, ni una complicidad parlamentaria, ni menos con miradas que buscan victorias políticas en el corto plazo.