Luis López Aliaga fue uno de mis mejores amigos durante la universidad, de él aprendí de literatura y de música peruana. También supe de la política peruana y del APRA, partido al que estaba vinculada su familia paterna de exiliados políticos en Chile. Conocí a su familia materna, compuesta por inmigrantes italianos viviendo en el campo de Temuco. Su madre era todo un amor de afecto y opiniones lúcidas sobre nuestras inocentes ilusiones de revolución en Chile ochenteno. Creamos más de un par de revistas para la escuela de filosofía, la DC universitaria y refundamos la histórica revista Claridad de la FECH, único proyecto que trascendió al ejemplar número 2, por supuesto. Pero también aprendí las angustias extremas de la búsqueda empeñosa y valiente de inventarse como escritor a esa edad, sin saber el destino ni menos si se es bueno para el desafío. Su palabra filosa me tuvo alerta siempre, de encontrar la incoherencia, la acomodación políticamente correcta o la ingenua ilusión amorosa del momento. Jugamos un tiempo a bohemios de bares de barrio, pero él no estaba jugando, se estaba formando y continuó.
Reencontrarme con Lucho el año pasado me dio la alegría de ver que no ha madurado, salvo en que se convirtió en un padre responsable, maestro de jóvenes escritores y jurado de concursos literarios, pero su atrevida ingenuidad sigue intacta, con toda su lucidez. Le vendrá de la madre de seguro.
Hace dos días, escribiendo recuerdos sobre la música cubana, me acordé de Lucho y me preguntaba qué sería del libro que estaba por publicar. Bueno, aquí apareció Bazar Imperio. Reproduzco aquí la presentación que hace su editorial LOM y espero que venda muchos libros, que se lo merece.
Bazar Imperio está conformado por dos obras, La Coca no quiere ir a Varadero y Tras el legado de Jackie Polino. Una joven chilena, recién comenzando su carrera, decide dar un cambio radical a su vida y viaja a Nueva York a trabajar en lo que sea para dedicarse a la literatura. Sin embargo el vínculo con su novio queda en suspenso, y mientras ella busca, él sigue, intuye, sospecha y escudriña cada uno de sus pasos. Finalmente podrán encontrarse, pero el lector, que sabe más que ellos de la historia reciente, sospecha un final que nadie quiere ni cree. La otra historia se sitúa en los Estados Unidos, desde mediados de la primera mitad del siglo pasado, cuando, después de un anodino comienzo, un hombre descubre que el espectáculo es su vida. Desde tugurios a grandes salas, su viaje se hace con el público, pero más que nada recorriendo desolado la pérdida de algo que no sabe qué es y que tampoco puede encontrar.
Luis López-Aliaga R. (Santiago de Chile, 1966). Con Cuestión de astronomía obtuvo el Premio de mejor obra inédita del Consejo Nacional del Libro y la Lectura 1995. Premio Municipal de Literatura 1996. En 1997 publicó Fiesta de disfraces. En el año 2000 editó El verano del ángel. En 1991 publicó el libro de poesía El bolero de Nadja. Ha sido Becario de la Fundación Pablo Neruda, 1990, y obtuvo la Beca Fundación Andes, 2003.
Que orgullo, ya que según entiendo él es peruano.
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