Es un orgullo ver a
Paolo Colonello, uno de los fundadores y líder de Bligoo, entrevistado en la Red de Emprendimiento Norteamericana Club E
Network, apreciendo hoy en portada del sitio. La entrevista la hizo Ingrid
Vanderveldt, quien también ha entrevistado a personajes como Guy Kawasaki o
Hugh Hefner. La conversación gira en torno del desarrollo de la red social y plataforma de blogs Bligoo y
lo que Paolo y su equipo han aprendido haciéndolo. Incluye el aspecto de ser la
primera empresa de América Latina con un acuerdo con Google para distribuir
publicidad en los sitios.
¡Felicidades amigos de Bligoo!
quepasa. Bligoo.com, la plataforma web que reúne a diversas comunidades, y que fue creada por Alvaro Portugal y Paolo Colonnello -y que también tiene a Ingrid Antonijevic como propietaria y presidenta-, fue la única empresa chilena nominada para los AlwaysOn250. Este premio depende de la Universidad de Stanford, la cual selecciona a las 250 empresas de tecnología con mayor potencial en el planeta. AlwaysOn se caracteriza por organizar los AlwaysOn Summit, seminarios que reúnen a la elite del mundo tecnológico, entre los que participan los fundadores de Facebook, Google y Yahoo, entre otros.
La compañía nacional tiene 10 mil sitios montados en su plataforma y cuenta con 90 mil usuarios inscritos desde que se lanzó en noviembre pasado. En diciembre, Colonnello y Portugal viajaron a Silicon Valley donde postularon a Bligoo para los AlwaysOn250. Tras sostener dos entrevistas telefónicas y una presentación de la empresa -realizada en California-, los chilenos fueron seleccionados por ser la única empresa latinoamericana que logró integrar una tecnología de Google -Adsense API-. Con este impulso, Bligoo pretender ahora instalar su primera oficina en el extranjero, siendo justamente Palo Alto, en Silicon Valley, el lugar escogido.
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Los amigos de Bligoo, la plataforma social de 80 mil usuarios (y creciendo), en que estamos construyendo la comunidad social MiBancoEstado, ha llegado a la TV y se transforman en el soporte de un programa de entretención de mucha audiencia como es Alfombra Roja.
Ahí entran los cientos de desarrolladores web que trabajan silenciosamente en sus piezas, pero que se comunican entre ellos. Se ayudan. A diferencia de otros gremios, los que trabajan en el ciberespacio son tremendamente solidarios. Se pasan datos, van expandiendo conocimientos y se van aglutinando. El poder que la unión de fuerzas genera se pueda olfatear. La gente y el talento siempre estuvieron, pero hace poco decidieron empoderarse. A la primera reunión de Webprendedores el año pasado llegaron 250 personas que no se conocían como si nada. La Corfo se sumó y está enviando a una serie de desarrolladores a un congreso de la industria en Silicon Valley. El resto de Latinoamérica toma a Fayerwayer, el blog de tecnología de Leo Prieto, como el principal referente en el área. Entonces, cuando se habla de hacer de Santiago un Silicon Valley latino, la idea no suena tan descabellada. Todo lo contrario.
RAFAEL BRAVO
DESAHOGO EN CLAVE WEB
Con sólo 11 años, Rafael Bravo ya se conectaba al sistema BBS, la versión más arcaica del messenger que demoraba horas, a veces un día entero, en establecer comunicación con algún usuario de otro computador. "Era como el año noventa", cuenta Bravo. "Y como estaba en mi casa de El Arrayán y no habían vecinos, me pasaba el día metido en eso".
Dieciocho años más tarde, el cerebro detrás del aclamado sitio web reclamos.cl es un referente del ciberespacio chileno. El sitio, que acoge las quejas del consumidor, ha sido un éxito. Bravo recuerda que hace un año y medio, cuando empezó, se emocionaba si 30 personas entraban a la página. Ahora, un lunes cualquiera, entran 20 mil.
"Lo de reclamos.cl lo empecé por una inquietud personal", explica Bravo, quien está terminando Sicología en la Universidad de las Américas. "Soy bien nacionalista y me gusta crear cosas para el beneficio de los chilenos. En mi caso quería que quedara un registro de un par de malas experiencias que tuve en consumo y se me ocurrió abrir espacio para un debate. En un inicio no había intención de capitalizar, pero la verdad es que el sitio ha tenido tanto éxito que era ingenuo no elaborar un plan de negocios después de un tiempo".
La gracia de reclamos.cl es que la rentabilidad del sitio impactará directamente en su efectividad. Bravo ha sostenido reuniones con diversas empresas que se han interesado en acceder a la información que tiene el sitio sobre ellas. Esto les permite saber cómo son percibidas por los clientes, dándoles la chance, también, de que la solución de cualquier problema quede registrada en las páginas de reclamos.cl. La idea es cobrar entre 300 y 800 mil pesos a cada una que adquiera el servicio. El precio es proporcional a la cantidad de reclamos que se reciban, mientras las empresas que estén bajo los 10 reclamos estarán exentas de pago. "Extrañamente, las que menos reclamos reciben son las que más se interesan en la percepción que tiene la gente de ellas. Y las soluciones que las empresas puedan aportar les da una credibilidad que difícilmente puedan encontrar en otra parte".
Según Bravo, una de las razones del éxito detrás de su sitio es que existe un desahogo, la sensación de que, aunque la empresa no responda, por lo menos los consumidores pueden pasarse el dato.
A pesar de que reclamos.cl todavía no funciona como negocio, Bravo afirma que su rentabilidad ha sido infinita. "Y me ha abierto puertas para hacer otras cosas. Sin querer, armé una red de contactos que jamás habría imaginado".
LEO PRIETO
GURÚ PRECOZ
Leo Prieto era el millonario del recreo. Le faltaban dos años para salir del colegio y ya tenía plata para comprarse lo que quisiera, gracias a un trabajo que en 1995 casi nadie hacía: el diseño de páginas de internet. Una vez estudiando Diseño, en pleno boom, los clientes lo perseguían hasta que no dio abasto y congeló. Nunca volvió.
Empezó con Image Maker, su compañía, a los 19 años, con un socio y un empleado. Mientras entraban clientes como Copec y BCI, también entraba la plata. Mucha. A fines de 1999 tenía veinte empleados trabajando en su oficina. Después de un tiempo, Prieto se sintió estancado y decidió que lo mejor era vender su parte. Tenía 24 años y la venta le dejaba el dinero suficiente para vivir tranquilo por cinco años.
El fin en Image Maker en 2003 fue el inicio de su reinvención. "Mi primera apuesta grande fue Zimio, un sitio de clasificados en el que llevo trabajando 4 años y que quiero que sea gratis, y compita aquí y con los grandes de afuera", dice. La idea es tenerlo listo a fines de marzo. Prieto planea reunirse con Adam Baruchowitz, su socio en Nueva York, y luego buscar gente que se interese en el proyecto. De respaldo tiene la creación de Fayerwayer, el blog de tecnología más leído de Latinoamérica con más de 1 millón de visitas al mes. Todo un logro, considerando que sólo un 30 por ciento del tráfico es chileno y la mayoría de los lectores son de España y de México.
"Todavía son pocos los avisadores que se atreven. Con el tráfico que tenemos, ganamos lo mismo que una revista con un tiraje de 10 mil copias", grafica.
Pese a lo lento del mercado de avisaje en internet, entre Fayerwayer y Saborizante –otro de sus sitios–, facturó casi 30 millones de pesos el año pasado.
Tiene claro que Zimio es su gran proyecto. El gran juego se juega en Nueva York en unas semanas. De eso depende, quizás, que Leo Prieto se convierta en el desarrollador nacional más exitoso de la era digital. El padre del web set chileno.
PAOLO COLONNELLO
NEGOCIO MILLONARIO
Llegó de sus vacaciones y Paolo Colonnello (35) de inmediato se puso la camiseta del producto estrella de su compañía de desarrollo web: Bligoo, una revolucionaria plataforma de blogs para empresas y usuarios comunes.
Colonnello trabaja en Blue Company, una suerte de bunker en el barrio El Golf, una empresa que comenzó sólo con Colonnello y su socio Álvaro Portugal con la idea de adaptar softwares para las prácticas digitales de sus clientes, y que pasó, en menos de cinco años, a facturar por más de un millón de dólares anuales.
Paolo Colonnello ya investigaba sobre internet cuando la web todavía no existía durante sus años como estudiante de ingeniería en informática en la USACH. Luego, en 1996, armó su primera empresa de proyectos web cuando el campo era marginal, para después trabajar entre Chile y Estados Unidos para una empresa consultora de Silicon Valley que tenía oficinas en Santiago.
Lo de Bligoo es otra historia. La plataforma nació de una premisa más o menos simple. Colonnello concluyó que internet, contrario a lo que todo el mundo piensa, no es un medio democrático. "El 98 por ciento del tráfico se lo llevan los grandes sitios de medios, mientras lo que la gente independiente hace, apenas se ve". Lo que él quiere es que si la señora Juanita escribe sobre máquinas de coser, Bligoo suba el artículo en la página de inicio de personas que tienen intereses similares.
Colonnello pone un ejemplo más concreto: "Mi socio empezó una comunidad de cocina que se llama La buena vida y la poca vergüenza. En poco tiempo, a través de Bligoo, Álvaro tenía más de 1500 críticas de restoranes en la comunidad hechas por aficionados. Es una guía tan completa hay hasta de lugares en Juan Fernández".
En cuatro meses ya son 75 mil las personas que tienen su cuenta en Bligoo. El plan de negocios se ve tan sólido, que Colonnello firmó un convenio con Google Adsense para capitalizar la publicidad de los sitios con cuenta Bligoo.
Pero la plataforma va más allá de usuarios independientes. Colonnello y Blue Company han instalado el sistema en empresas como BancoEstado y Transbank, con comunidades exclusivas para sus empleados.
REACTOR
UN NUEVO LENGUAJE
Tomás Pollak, Sebastián Correa y Felipe Cádiz son socios y a su oficina del barrio Bellas Artes le pusieron Reactor: generación de medios digitales. Los tres entraron a bachillerato en la Católica y los tres salieron de periodismo. Ninguno es periodista en el sentido más clásico de la palabra, pero todos asumen que lo que hacen es comunicación. Ya sea creando conceptos para sitios webs o diseñando plataformas para vender producto, están generando comunidades virtuales. De ahí a que la misión de Reactor sea crear redes para que más usuarios lleguen a los contenidos de sus clientes en forma rápida y simple.
Desde que empezaron Reactor hace medio año, el trío no para, y tiene una lista de proyectos en constante crecimiento, algunos más avanzados que otros.
"Nuestra generación de recursos va por el bootstrapping", explica Cádiz. "Este término significa que trabajamos para clientes, lo que sustenta todos nuestros gastos. Pero también para tener tiempo para desarrollar proyectos propios. Hace poco, por ejemplo, terminamos una red de blogs para la editorial Televisa y eso nos ha comprado tiempo para meternos en nuestras propias apuestas".
Las apuestas de Reactor no dejan de ser ambiciosas. "Estamos expectantes a lo que va a pasar con la televisión digital. Por eso, hemos tirado líneas con una universidad para lo que sería el primer canal por internet chileno", dice Pollak.
"Aunque suene a cliché, ahí está el futuro de la tevé".
Pollack también diseñó una página de inicio en internet que se ajusta a las necesidades del usuario chileno, que provee acceso directo a casilla de email y actualiza los contenidos de los medios online nacionales, además de videos de Youtube y podcasts de podcaster.cl. Ya les han llegado pedidos para hacer la página en Argentina y Venezuela.
Otro proyecto estrella es inventario.cl, una plataforma que ayuda a crear y mantener una tienda virtual. Su plus está en su funcionalidad y en lo simple que se hace para cualquier empresa vender sus productos a través de la plataforma de inventario.
Todo lo que hacen suena a innovación y a rentabilidad, ya sea inmediata o a futuro. Detrás de Reactor hay una verdadera vocación por simplificar el lenguaje de la web a los usuarios.án.