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Democracia

Noticias Febrero 10, 2009

Presidenta Bachelet visita Cuba

Con la visita a Cuba de la
Presidenta Michelle Bachelet, acompañada de políticos, empresarios y artistas, se
manifiesta el doble y triple estándar de nuestra comunidad
nacional. Sin contar a la Democracia Cristiana, que es doble estándar mismo, la izquierda claramente
muestra que el exilio, la tortura, la prisión política y la censura de la
cultura son reprobables dependiendo del signo ideológico de quien lo imponga. Un
verdadero “Deja vu” a la Guerra Fría. En
el caso de la derecha, depende de los millones envueltos, porque los mismos que
critican y se restan de este viaje a Cuba han recorrido innumerables veces
China invitados por un gobierno igual y más dictatorial, incluso invasor de
otros pueblos. Claro, para qué ir tan lejos con esto de los principios democráticos con el principal cliente de negocios en el mundo. Volviendo
a la decisión de la Presidenta y viendo su responsable desempeño económico y
político en estos años, es difícil suponer que su visita a Cuba se trate de un
simple gusto ideológico, una especie de revancha con el pasado. Quizás, así
como la fotografía del Papa Juan Pablo II con Pinochet en el Palacio de Gobierno
chileno más que un espaldarazo significó el inicio del fin de la dictadura en Chile,
la Presidenta busque utilizar su prestigio político innegable para apoyar con
sutileza avances hacia la democracia en Cuba. Deberemos esperar sus gestos.

Les
comparto el audio en Radio Cooperativa de Yoani Sánchez, bloggera más famosa de Cuba, sobre este viaje



…y su artículo en El Mercurio:

Otro viajero y
la misma isla

Yoani Sánchez y la
visita de Bachelet a Cuba:

En
exclusiva para revista “Sábado”, la reconocida bloguera cubana
advierte a la Presidenta sobre el viaje oficial que realizará a la isla durante
febrero. Desde La Habana escribe: “Ella sólo podrá asomarse al pedazo
dorado que han preparado para los visitantes, pero el oscuro azogue de la
cotidianidad le estará vedado”.

Algo pasa por allá arriba, creemos la mayoría
de los cubanos, después de que varios presidentes latinoamericanos han decidido
visitarnos en tan corto espacio de tiempo. Sin embargo, la complicada
cotidianidad no nos permite estar atentos a lo que ocurre en los pasillos de
las cancillerías o en las cenas de protocolo. Nuestros ojos y oídos están
puestos en varios problemas, como el elevado costo de la vida, la esquizofrénica
dualidad monetaria y la obsesión por emigrar que manifiestan tantos jóvenes.

Sacar conclusiones sobre el repentino interés
de esos gobernantes por viajar a Cuba es un ejercicio que nos robaría demasiado
tiempo, sin resultados sobre nuestro plato o en nuestros bolsillos.

La dignataria chilena, que arriba en unos
días, encontrará un escenario compartido entre la verdad oficial y la realidad
de nuestras calles. Una nación que ha dejado de mirar por la ventana de las
posibles transformaciones y ya no conjuga ese dinámico verbo que es
“cambiar”.

Después de varios meses de espera, Raúl Castro
no ha podido impulsar el paquete de medidas aperturistas que esperaba la gran
mayoría. Aquel 31 de julio en que se anunció la enfermedad del
“invicto” comandante en jefe, muchos pensaron que le llegaba
finalmente el turno al pragmático hermano, que había aguardado largos años en
el segundo puesto. Sus primeros discursos contaron con frases como
“cambios estructurales”, “un vaso de leche al alcance de todos”
y hasta con la alusión de extender “un ramo de olivo” al gobierno
norteamericano. Confiados en sus palabras, muchos esperaron que asumiera el
poder aquel 24 de febrero de 2008 para imprimirle su sello personal a este
país, moldeado bajo el voluntarioso mandato de Fidel Castro.

Para cuando llegó el caliente verano, hasta
los más optimistas habían empezado a desconfiar de las supuestas aperturas que
la prensa extranjera tanto potenciaba. De las grandes demandas populares sólo
habían llegado a cumplirse un par de cosméticos deseos. Los cubanos podíamos,
finalmente, contratar una línea de celular a nuestro nombre y hospedarnos en la
habitación de un hotel. La esperada reforma agraria había zozobrado en un
ridículo usufructo de la tierra, que hasta el día de hoy parece estar empantanado
en la ineficiente burocracia estatal. Un par de traviesos huracanes ayudaron a
remarcar el naufragio nacional y a poner los ojos de la esperanza en otras
latitudes. El deteriorado fondo habitacional no pudo soportar los fuertes
vientos de Ike y Gustav, dejando cientos de miles de casas sin techo o tiradas
en el piso. El Estado tuvo que aceptar ayuda extranjera para lograr paliar la
crisis alimentaria que se nos venía encima.

Las últimas ilusiones se fueron a final del
año, cuando en la reunión del Parlamento se extendió la edad de jubilación en
cinco años y se habló de la eliminación de ciertas gratuidades. No se hizo
alusión alguna a la necesidad de terminar con el absurdo migratorio que obliga
a los cubanos a contar con una autorización de viaje para salir del país.
Precisamente ha sido la erradicación de ese permiso uno de los deseos más
compartidos por las familias cubanas, atrapadas en el drama de los hijos que
emigran. Tampoco dijeron, nuestros disciplinados parlamentarios, una palabra
sobre la posibilidad de abrir a la pequeña y mediana empresa privada, que
podría aliviar los pésimos servicios gastronómicos y la baja calidad de muchos
productos industriales. La legalización de la compra y venta de autos y casas
brilló por su ausencia en una Asamblea Nacional, que parecía más concentrada en
aplaudir que en plantear problemas.

El camino de los derechos ciudadanos

Atrapados en medio de dos monedas, los
ciudadanos de esta isla hemos aprendido que para sobrevivir hay que hacer justo
lo contrario a los que las vallas políticas exigen. El deporte nacional parece
ser robarle recursos al estado, y entre la población las labores ilegales se
nombran con el eufemismo de hacer algo “por la izquierda”. Muchos de
aquellos exiliados que fueron abucheados como “gusanos”, son hoy los
que sostienen miles de hogares en toda Cuba. Un joven trovador ya lo retrata en
uno de sus estribillos “los huevos que te tiramos cuando te fuiste con la
escoria, ahora me los comiera mi china, lo mismo pasados por agua que crudos
saben a gloria”. Hasta Pepito, el personaje pícaro de nuestros chistes
callejeros, ha optado por el silencio ante tanta desesperanza. La gente en la
calle ha terminado por decir que la última gran burla que nos hizo este eterno
niño de los cuentos, fue irse en una balsa a cruzar el estrecho de la Florida.

El camino por donde menos se ha avanzado
parece ser, no obstante, el de los derechos ciudadanos. El tercer milenio nos
ha encontrado con las mismas limitaciones para agruparnos, expresar ideas
políticas e influir en la toma de decisiones. El delito de “asociación
ilícita” paraliza a aquellos que quieren fundar un partido o una inocente
asociación de defensores del medio ambiente. Por su parte, la figura legal de
“propaganda enemiga” estigmatiza toda aquella forma de expresión,
impresa, radial o televisada que atente contra el gobierno. El control estatal
sobre los medios de difusión sigue igual de intacto, aunque el desarrollo
tecnológico ha ayudado a las personas a encontrar caminos paralelos para informarse.
Las antenas parabólicas ilegales, la controlada internet y los libros y
manuales que traen algunos turistas, han sacudido el monopolio del gobierno
sobre el suministro de noticias.

Son tiempos de alarmarse por el presente y de
poner el grito en el cielo ante el futuro, dada la baja natalidad que muestra
la envejecida población. La versión oficial enuncia que en Cuba las mujeres
están mejor preparadas profesionalmente y eso ha incidido en la reducción de
los nacimientos. Sin embargo, todos sabemos que las limitaciones
habitacionales, la prolongada crisis económica y el deseo de emigrar funcionan
como anticonceptivos más eficientes que los estudios alcanzados. Un “país
de viejos” parecen vaticinar quienes notan que al bajo número de nuevos bebés
se le suma el constante éxodo de gente joven y atrevida. Una sarcástica frase
popular advierte “el último que apague el Morro”, en referencia al
viejo faro que ilumina la salida de la bahía habanera. Nada de eso ha podido
ser visto o palpado por los gobernantes que han llovido en las últimas semanas,
pues para ellos existen sólo las sonrisas, la baja cifra de mortalidad infantil
o los pulcros laboratorios donde se fabrican sofisticadas vacunas.

La Presidenta Bachelet tampoco podrá apreciar
ningún cambio en marcha, sino las manos aferradas al timón de una generación
que pasa ya de los setenta. Escuchará el amplio repertorio de las conquistas y
poco o nada de esas estadísticas ocultas que nos colocan a la cabeza de los
abortos, los suicidios y los divorcios en Latinoamérica.

Si lograra distinguir alguna mancha en el
cuadro triunfalista que pintarán sólo para sus ojos, alguien se encargará de
aclararle que ha sido culpa del bloqueo y del vecino del norte. En su cargado
programa oficial, abundarán los centros científicos, los hospitales remozados y
no faltará un grupo de pioneritos recitando algún poema. Todo el que se le
acerque tendrá como objetivo mostrarle la cara hermosa de un país que necesita
de mucho maquillaje para esconder las arrugas y las cicatrices.

El porqué de la visita de Bachelet

Una pregunta que nos hacemos muchos ciudadanos
es si la dignataria chilena ha venido a la isla a dar un espaldarazo al
gobierno o a preocuparse por nuestra suerte. A los analistas y politólogos les
cuesta trabajo comprender que en Cuba hay dos agendas: la que emerge del poder
y la que muestra el pueblo. Si se deja llevar sólo por la primera, podrá
esperarse que la señora Bachelet haga enérgicas declaraciones reclamando la
libertad de los cinco espías cubanos que están presos en los Estados Unidos y
exija la extradición de Posada Carriles, acusado de hacer explotar un avión en
pleno vuelo en 1976. De creerse al dedillo la agenda oficial, declarará que no
basta con que el señor Obama haya cerrado la cárcel en la base de Guantánamo,
pues debe también devolverles ese territorio a los cubanos y – obviamente- se
pronunciará por el cese inmediato del bloqueo estadounidense.

Si abre el inventario de deseos populares,
podría ser una excelente interlocutora para preguntar por aquellas “reformas
estructurales” de las que se hablaba hace dos años. Sería mucho pedirle
que mencione el asunto de los presos políticos, pero viniendo de ella – y con
su historial en la época de Pinochet- sería algo natural.

Supongamos que no venga sola y uno de sus
acompañantes pueda saltarse el protocolo oficial y hacer lo que a ella le
impide su alta investidura. Algo tan osado como encontrarse con personas de la
oposición y de la emergente sociedad civil. Vayamos más allá y conjeturemos que
alguna pequeña porción de la delegación chilena pueda hablar con las Damas de
Blanco, con los periodistas independientes o con alguien que pueda ofrecer una
versión diferente a las explicaciones estatales. Podrían entonces sentir que
han puesto sus pies sobre terreno real y no en ese país de las maravillas, por
el que varias Alicias ya han hecho su ilusorio recorrido. De no hacerlo, los
cubanos sentiremos que no han venido a visitarnos a nosotros, sino a ese
reducido grupo de septuagenarios que ostenta el poder.

No alcanzaría, sin embargo, la breve visita de
la Presidenta chilena para lograr reconstruir ese espejo fragmentado que es la
Cuba actual. Ella sólo podrá asomarse al pedazo dorado que han preparado para
los visitantes, pero el oscuro azogue de la cotidianidad le estará vedado. No
nos verá hacer las largas colas para el pan, aguardar el retrasado ómnibus o
armar los improvisados artefactos con los que muchos se lanzan al mar. No le
mostrarán nada de eso, pero tengo la impresión de que lo intuye y lo presiente.
Sabe, de antemano, que más allá del blindado cristal de su auto, hay un país
que poco se parece al que le mostrarán.

Yoani Sánchez.

Noticias Octubre 6, 2008

El No a Pinochet en BBC – el camino de encuentro y desarrollo



No está mal
valorar el pasado cuando sirve para in
spirar orgullo, solidaridad y
unidad en una comunidad, ni menos cuando sirve para proyectar los
desafíos nuevos. Recuerdo con emoción lo que nos costó construir un
bloque democrático que superara la odiosidad que permitió el Golpe de
Estado y avanzar hacia una salida pacífica a la democracia, proceso
que
comenzaron los estudiantes de la universidad y los trabajadores en sus
organizaciones. Esa unidad que comenzó diez años después de perdida la
democracia, ha sido crucial para lo mucho positivo que ha logrado Chile
estos años. La gobernabilidad, las estrategias de cambio y consenso, la
colaboración, la focalización en eliminar la pobreza extrema, la
protección
social y la seriedad para gestionar la economía, la capacidad de sumar
mayorías, son todas virtudes que han permitido el Chile en lo positivo
que tenemos hoy. Debemos estar orgullosos por el trabajo realizado
estos veinte años desde refundar la democracia, pacificar los corazones
y reencontrarnos como chilenos, hasta construir una sociedad
más
moderna e integrada. Lo que falta, las insatisfacciones, incluso la
libertad para expresarlas, son fruto de nuestros mismos logros, no hay
que avergonzarse por ello.

Porque no es gratuito, hay que estar
orgullosos que el debate sea hoy transformar la educación, modernizar
el Estado, aumentar el crecimiento, mantener controlada la inflación,
perseguir los
brotes
de corrupción, cuidar el medio ambiente, porque no hay que olvidar que
hemos llegado hasta aquí con mucho esfuerzo y lo que falta ahora es
retomar un camino que mucho más difícil porque ya se hizo lo básico,
que ahora aparece dado, pero no fue gratuito.

Con el orgullo de haber
transformado a Chile en un país más equitativo, más integrado, más
libre
y crítico, debemos sumar ahora el esfuerzo en realmente transformar la
educación como un gran pacto nacional que elimine las resistencias
corporativas, en construir una estrategia de identidad y valor para
Chile basada en la tecnología y la cultura más allá de los comodities,
la renovación del aparato público, la defensa en serio del medio
ambiente (se
agotó
la excusa que somos muy pobres para preocuparnos de cuidar el agua, el
aire, las especies naturales y las comunidades originarias).

Pero
especialmente la concertación en lo político necesita un gran pacto de
los líderes responsables para desplazar a los caudillos populistas,
renovar los rostros y los apellidos, perseguir de verdad las redes de corrupción y reconstruir un espíritu
de
gesta
con los desafíos que Chile tiene hoy. Decir que se debía haber hecho de
otro modo es una niñería irresponsable, tenemos lo que tenemos y no es
poco. Ahora se trata de unificar y liderar a Chile hacia un nuevo salto cultural -que no sólo económico, político ni técnico- de efectividad, excelencia y creatividad, que contamine el espíritu de todo el país.

Más
recuerdos en Radio Cooperativa: cómo nos acompañó cuando había miedo,
desinformación, persecusiones, cuando sólo se escuchaba a Cuadra o
Cardemil, cuando los primeros líderes democráticos se exponían como
dirigentes sociales opositores, las protestas, los estado de sitio.

Noticias Septiembre 8, 2008

Barack Obama y el ADN de Internet

digitalec. El 30 DE JULIO la campaña
de John McCain lanzó una publicidad anti Barack Obama en el canal You Tube de
McCain. La publicidad comparaba la celebridad del Sr. Obama con la de Paris
Hilton y Britney Spears. Para el 13 de agosto la publicidad ya había sido vista
2 millones de veces, la TV y los periódicos la habían tomado, una Paris en
bikini ya había lanzado una respuesta enérgica (“Gracias por tu apoyo, señor
canoso”) y además era el corto más visto en el canal de McCain. En respuesta,
la campaña de Obama lanzó “Low Road Express”, un sitio Web que se burla de la
reputación del McCain por su discurso claro. El 31 de julio, el Comité Nacional
Republicano lanzó el  sitio “Obama Audacity Watch”, para hacer el
seguimiento de historias nada entusiastas y cortos sobre él.
En el último año, siete de los 16 principales competidores presidenciales
lanzaron sus campañas online. Andrew Rasiej, ex asesor de Howard Dean y
fundador del Foro de Democracia Personal, un sitio Web y una conferencia anual
que analiza la relación entre la política y la tecnología, considera que
Internet no sólo cambiará las campañas, sino también cambiará la democracia
misma. Señala la Politicopia de Utah, una wiki abierta (un sitio en
colaboración en donde se agrega o modifica contenido) a través de la cual los
ciudadanos pueden ejercer influencia sobre la legislatura.


Los políticos comenzaron a tomar a Internet en forma más seria durante la
candidatura a presidente del Sr. Dean en el 2004. Quienes visitaban la página
web podían donar dinero, leer y hacer comentarios en el blog de la campaña y
también podían encontrar seguidores. A pesar de que más tarde la campaña del
Sr. Dean cayó haciendo mucho ruido, su candidatura demostró el poder de las
redes sociales que se auto generan. Sin saber de la campaña, sus seguidores
comenzaron a hablar y a recaudar fondos a través de Meetup y de Deanspace.


Esto cambió la forma en que se organizan las campañas. A través de herramientas
de desarrollo de redes sociales, los seguidores de Ron Paul generaron una
“Money bomb” (“explosión de dinero en un día”) —de USD6 millones en un día,
hicieron añicos el récord anterior. Huck’s Army, una red online de los
seguidores de Mike Huckabee, congregó a 12.000 voluntarios de campaña. Las dos
redes hicieron que el Sr. Paul y el Sr. Huckabee permanecieran en carrera por
mucho más tiempo del que de otro modo hubieran podido permanecer.


Obama dio otro paso más, recaudó más dinero de las bases – en tiempo real – que
en cualquier otra campaña. Sólo en junio recaudó una cifra casi récord de USD52
millones, de los cuales USD31 millones fueron donaciones de USD200 o menos.
Arianna Huffington, cofundadora de Huffington Post, dice que “tuvo éxito al
traducir lo que pasa online para obtener los votos”. Obama tiene 1,3 millones
de seguidores en Facebook, un sitio de redes sociales popular; John McCain sólo
tiene alrededor de 200.000 (véase recuadro). El Demócrata utiliza Twitter, una
red social y de servicio de micro blogs que se concentra en los mensajes
instantáneos (cada respuesta, o “twit”, se limita a 140 caracteres). Por cada
inscripción en los micro posts (“twitters”) de Obama, la campaña inscribe los
tuyos en forma instantánea.


Esto, según el Sr. Rasiej, demuestra que Obama “comprende el ADN de Internet”.
El Sr. McCain honestamente admite que él no. Pero puede ser que esto no
importe, dice Patrick Ruffini, quien trabajó en la candidatura de George Bush
en 2004 y es cofundador de The Next Right, un centro online para el activismo
de centro derecha. “Lo que más importa son las tácticas que emplea.” Los
Republicanos comienzan a aumentar su juego para competir con la habilidad de
Obama.


Peter Daou, director de Internet de Hillary Clinton, dice que YouTube, hasta
más que Facebook o MySpace, tuvo un gran impacto en la campaña. La oda
Will.i.am’s a Obama, “Sí podemos”, tuvo cerca de 9 millones de visitas desde
que se cargo hace seis meses; cerca de 1,9 millones han visto a las McCain
Girls y su “Raining McCain” en los últimos cuatro meses. Se cargaron miles de
clips creados por la gente común, para compartirlos en blogs y que por lo
general también cuentan con la cobertura de los medios locales.


Ambos candidatos tienen sus propios canales en YouTube. Los videos de Obama han
tenido 52 millones de visitas y los de McCain 9,5 millones. Todo el discurso de
37 minutos de candidatura de Obama fue visto más de 4,7 millones de veces en
YouTube. Pero los sermones fuertes de su ex pastor, Jeremiah Wright, también
fueron vistos por millones.


YouTube se encuentra haciendo un concurso conjunto entre Demócratas y
Republicanos. Cada partido pide a los usuarios de YouTube que presenten clips
de dos minutos en donde expliquen por qué darán su apoyo al Sr. McCain o al Sr.
Obama. El ganador de cada uno recibirá de regalo un viaje a la convención de su
partido. Las convenciones mismas son más “techie” que nunca antes. Los feeds de
micro-posts (“twitter feeds”), las páginas de Facebook, los perfiles de MySpace
y Flickr, un álbum de fotos online, estarán en oferta al igual que YouTube.


Los mensajes de texto desde los teléfonos celulares también juegan un papel.
Alrededor de 255 millones de personas tienen teléfono celular en los Estados
Unidos, y alrededor de dos tercios de estas personas, en casi todos los grupos
de edad, utilizan mensajes de texto. El 12 de agosto el Sr. Obama envió un
correo electrónico invitando a sus seguidores a inscribirse para recibir un
correo electrónico o un mensaje de texto para ser el primero (o estar en los
primeros pocos millones) en saber a quién elige como compañero de fórmula.


Gran parte del respaldo de Obama proviene de miembros de los Millennials (la
Generación Y), el grupo de jóvenes nacidos entre 1978 y 1996. De acuerdo con el
Instituto New Politics, la cantidad de votantes dentro de los Millennials se
encontrará cerca de los 50 millones en este año y serán alrededor de un tercio
del total de votantes en el 2016. Alrededor del 90% de estas personas se
encuentran conectadas, en comparación con el 75% del total de adultos. Dos
tercios de los usuarios de Internet de menos de 30 años tienen un perfil en una
red social, y la mitad de estos utilizan sus sitios para obtener información
sobre políticos o las campañas.


Los votantes de mayor edad, e históricamente más confiables, todavía prefieren
utilizar la TV y los periódicos como medios para estar al día con la
información sobre los políticos. Pero alrededor del 40% de los estadounidenses
utiliza Internet para informarse sobre las novedades de campaña, de acuerdo con
Pew Internet & American Life Project. Alrededor del 20% se conecta como mínimo
una vez por semana para hacer algo con relación a la campaña, y alrededor del
10% utiliza redes sociales para obtener información o para estar más al tanto
de lo que sucede. La tecnología sin dudas ha transformado las campañas. Aún no
está claro cuál será su impacto en el día de la elección.

Artículo de The Economist, traducido por Alec Oxenford

Noticias Septiembre 8, 2008

Debates Online: políticos chilenos comienzan a descubrir internet

 

latercera. El uso de internet como una
herramienta efectiva en la política es el nuevo debate que trae Política Stereo. Este vez enfrentan
posiciones el ex panelista de Tolerancia Cero y empresario Sergio Melnick y el periodista y
actual comentarista de ese programa, Fernando
Paulsen
. Páginas personales y
herramientas como Facebook y blogs son cada vez más utilizados dentro de la
política, tal como se ha corroborado en la campaña presidencial de Estados
Unidos, con excelentes resultados. Para Paulsen, en Chile el
uso de internet entre los políticos chilenos aún está en pañales, sin tener
real conciencia de las posibilidades que ofrece. Para Melnick, la llamada
internet 2.0 tiene la capacidad para cambiar la lógica del poder toda vez que
empodera a los ciudadanos a través de la libre opinión y la participación
masiva. Video Aquí:
Política Stereo: Políticos digitales