Artículos de la categoría

Emprendedores

Noticias Marzo 23, 2009

Inversores y emprendedores, los héroes de hoy

Aquí una experiencia desde España, pero que resuena con nuestra realidad perfectamente: 

elpais. El 25% de las ‘start-ups’ españolas no llegan al tercer año de vida – Para salir adelante, cada vez más proyectos recurren a incubadoras como YCombinator, Seedcamp y SeedRocket -“Lo más difícil el primer año es romper la soledad del emprendedor. Necesitas orientación”, dice Ignasi CapdevilaLa receta de Graham para la supervivencia: “Gastar poco, evitar distracciones y no tirar la toalla”. A un lado, la idea. Al otro, el mercado, el mundo. En el medio, la travesía del desierto, la infracapitalización, los emprendepobres. Son expresiones empleadas con frecuencia por fundadores de empresas tecnológicas en España para describir su osadía. Crear una compañía no es tarea sencilla. Y menos en tiempo de crisis. Muchos lo intentan. Bastantes se quedan en el camino. Durante 2008 se crearon 600 empresas tecnológicas en España con menos de 10 empleados. Internet, software y telecomunicaciones son los sectores estrella. Sin embargo, una media del 25% no logra pasar del tercer año de vida. La falta de financiación, los errores o los meros caprichos del mercado se cobran su precio. Pese al considerable riesgo, este grupo de la foto, inversores y emprendedores, están decididos a insistir. Son los héroes de hoy.Si una ventaja tiene Internet es que te permite lanzar una idea muy rápido y validarla. Eso hice”. Ignasi Capdevilla, 35 años, ingeniero industrial, llevaba años dándole vueltas a un posible negocio: idiomas a distancia en la Red, conectar a profesores y alumnos en cualquier parte del mundo mediante conferencia web. Después de trabajar en Alemania y cursar un master, no pudo más. Dejó todo y en octubre del 2007 lanzó Linkua.com. Presupuesto inicial, 50.000 euros. Empleados, uno, él.


Casi año y medio después, su apuesta va camino de convertirse en negocio estable. Cuenta con 5.000 profesores y 2.000 alumnos de más de 20 países que usan activamente el servicio y espera comenzar a facturar este verano.

De un empleado ha pasado a cinco y en breve traducirán la web a 41 idiomas. Aunque el camino ha sido espinoso. “Romper la soledad del emprendedor es lo más difícil el primer año. Necesitas orientación, recibir opiniones de gente experimentada, validar tu estrategia”.

Su búsqueda desembocó en SeedRocket, un evento nacido a mediados de 2008 donde pesos pesados como Jesús Encinar, creador de Idealista.com y Nacho González-Barros, fundador de InfoJobs.net, ayudan durante seis meses a los recién llegados a lograr con éxito el primer objetivo: materializar una idea.

“No es ni un fondo de inversión, es un acelerador de proyectos”. Así lo define Jesús Monleón, responsable de SeedRocket junto a Vicente Arias. En su primera edición de 2008, 72 start-ups compitieron por uno de los tres premios de 20.000 euros de financiación y medio año de formación. Desarrollo del plan de mercadotecnia, estrategia comercial, bases financieras, publicidad, modelo de negocio… todo a cargo de mentores reconocidos. Después, toca enfrentarse al mundo.

En esa fase están ahora, en pleno vendaval económico, cientos de emprendedores en España. Proyectos que acaban de nacer, como Trendtation, Woices y GeoMe, lo ven aún lejos. Pero fundadores de empresas con más experiencia, como Kinamik, Linqia, Shopall o Tractis, se han enfrentado ya a las vicisitudes del mercado. Fabio Núñez, 29 años, es uno de ellos.

Fundó Escapada Rural en el 2007, un portal online de compraventa y alquiler de casas rurales. Meses más tarde abandonó su trabajo de diseñador web en InfoJobs para volcarse de lleno. Hoy es el tercer portal de este tipo en España, con 150.000 visitantes únicos al mes y más de 10.000 propiedades listadas entre España e Italia.

El truco, “aprender a presentar tu proyecto frente a inversores. Al principio no teníamos una visión a gran escala, agresiva, ambiciosa, y eso es fundamental”.

Modelo YCombinator

En España, SeedRocket ha replicado un modelo nacido con éxito en EE UU: mezclar en una misma habitación a jóvenes talentos con gurús experimentados para idear negocios. YCombinator, creado por tres hackers y una banquera de inversión, marca el ritmo. “Trabajamos mucho sobre la idea inicial, les preparamos para que puedan levantar financiación en etapas posteriores”, explica desde California su cofundador, Paul Graham.

Junto con Robert Morris, profesor del MIT, y Trevor Blackwell, Graham fundó Viaweb, vendida a Yahoo. En 2005 lanzaron YCombinator para trabajar codo con codo con emprendedores de Silicon Valley para pulir sus ideas. “Las start-ups al final son siempre la evolución de un concepto inicial”. Han invertido en 118 compañías, entre ellas promesas como Loopt, Reddit y Xobni. Las claves de Graham: “Gastar poco, evitar distracciones y no tirar la toalla”.

El éxito de YCombinator ha saltado a Europa. SeedCamp, con sede en Londres, es el punto de referencia. Financia los primeros pasos de las empresas y conecta a sus fundadores durante tres meses con una red de 300 directivos experimentados, desde pequeñas firmas a ingenieros de Microsoft, Google y Cisco. “Los equipos ideales son de tres o cuatro personas, todos sin experiencia, pero con ideas potentes”, explica Reshma Sohoni, cofundadora de Seedcamp.

Richard Moross es uno de los 300 mentores. Acoge gratis en su oficina a emprendedores de Seedcamp. En 2004 creó Moo.com, una web para diseñar e imprimir cualquier tipo de tarjeta. Hoy vende millones de unidades a más de 180 países. “En Europa sufrimos falta de confianza respecto a EE UU. Por eso es tan importante disponer de una red de gente que te apoye en el desarrollo del proyecto”.

Infracapitalización

Si lanzar una idea al mercado con éxito no es fácil, consolidarla es aún más complejo. “¿De qué sirven 50.000 euros para montar una compañía global? Eventos como YCombinator son fundamentales en la fase inicial, pero el problema en España surge después, para cerrar inversiones de 500.000 euros”, dice Carlos González-Cadenas, fundador de ExperienceOn, una start-up de búsquedas en lenguaje natural. “Encontrar capital y contratar talento de primer nivel son los grandes obstáculos en nuestro país”.

Cuando la idea madura, llega la batalla de la financiación. Muchos acuden a redes de inversores adscritas a escuelas de negocio, universidades y agrupaciones independientes como Keiretsu Forum y BCN Business Angels, con 40 socios y una inversión de cuatro millones desde finales de 2003. Otros apuestan por financiación pública. Los más atrevidos van al capital riesgo y bancos.

Debaeque, ACP y Nauta Capital han consagrado proyectos como Strands, BuyVip y Agnitio. Y Caixa Capital Risc y Caja Navarra se han convertido en fuertes inversores. Esta última ha financiado 20 tecnológicas en 2008 con cuatro millones de euros.

El pasado año se crearon en España 33.696 empresas de menos de 10 empleados, de las cuales 600 son tecnológicas (1,8%). En total nacieron 85.582 empresas, el 2,7% tecnólogicas.

A pesar de las dificultades, las nuevas ideas en España hierven. A la segunda edición de SeedRocket se presentaron el 32% más de proyectos que el año pasado. Habitissimo y DebugModeOn fueron dos de los seleccionados. El fundador del primero, Jordi Ber, ingeniero de caminos y Fulbright en MIT, tiene la fórmula. “Para salir adelante necesitas hablar con mucha gente, tener un buen equipo y ser rentable lo antes posible”.

Alberto Gimeno, 24 años, creador de DebugModeOn, echa en falta más apoyo. “Todavía está mal visto ser emprendedor, dejas el trabajo y tu familia no te entiende”. Ber coincide: “emprender es de por sí una decisión irracional”. Para ambos, la verdadera idea comienza ahora.

 

 

Noticias Mayo 20, 2008

18 Tips para emprendedores start-up

digitalec.  Me encantaron estos 18 tips de Jason Calcanis, CEO de Mahalo.com. Son frescos, simples y muy prácticos. No coincido con todos, pero definitivamente sí con la mayoría. Y además tienen mucho humor… A algunos tips de Jason les agregué mis propios comentarios también

1.       Compra computadoras Macintosh, ahorra dinero en el sector de IT. Las Pcs crashean, se cuelgan, son inestables.

2.       Compra dos monitores por programador, cada una de esas personas se ahorrará un mínimo de 30 minutos por día, que son 100 horas por año… y que representan un mínimo de USD2.000 al año… USD6.000 en tres años. Un segundo monitor cuesta entre USD300 y 500, dependiendo del que compres. Eso significa que recibes un retorno de entre 10 y 20 veces sobre tu inversión… y contarás con programadores felices. Obvio, no?

3.       Compra el almuerzo en la oficina al equipo frecuentemente. Salir para comer o pedir comida toma un mínimo de entre 20 y 60 minutos más que caminar hasta el comedor y comer. Si las reuniones las realizas durante el almuerzo, también te ahorrarás ese tiempo. Entonces, 30 minutos por día, cuatro días por semana, significan dos horas a la semana… que son 100 horas por año. Te das una idea.

4.       Compra mesas baratas y sillas caras. Las mesas son una estafa total. Nosotros compramos mesas de restaurante de acero inoxidable que cuestan USD100 y sillas Areon de USD600. ¿El costo total por puesto de trabajo? USD700. Compara eso con comprar un puesto de trabajo de diseñador / cubículo de entre USD500 y USD1.500. La silla es lo único que importa… invierte en la silla.

5.       No compres un sistema de teléfonos. Nadie lo usará. En Mahalo nadie tiene un teléfono de escritorio, salvo los empleados de administración. Todos los demás usan IRC, Chat y su teléfono celular. Todos tienen un teléfono celular, ellos prefieren recibir las llamadas en su celular, y el 99% de las comunicaciones NO se realiza vía telefónica. ¿El ahorro? USD500 al año por persona como mínimo… ¿50 personas en tres años? USD75-100 mil.

6.       Alquila el espacio que te sobre. Muchos tienen espacio de sobra en su oficina. Si alquilas entre 5 y 10 escritorios por USD500 cada uno, puedes recortar tus gastos entre USD2.500 y USD5.000 por mes, o entre USD30.000 o 60.000 al año. Eso es mucho dinero.

7.       Contrata servicios de contabilidad y RRHH de terceros – esta sí que es una obviedad!.

8.      No compres Microsoft Office para todos– es mucho dinero. Instala el Office en tres o cuatro computadoras de uso común y utiliza Google Docs.

9.       Usa el correo electrónico que ofrece Google. USD50 por usuario o hasta gratis… nada le gana a eso! ¡¿Porqué complicarse con un servidor de mails?!

10.   A tus empleados que más trabajan, cómprales notebooks para sus casas. Si cuentas con personas deseosas de trabajar una hora extra por día a la semana, debes darles una computadora para su casa. Una vez que lleguen a tres horas de trabajo a la semana desde su casa, llegarás a las 150 horas al año y eso es así. Invierte en equipo *si* la persona es adicta al trabajo.

11.   No tenga personas que no sean adictas al trabajo, no aman a su trabajo… vamos! esta es la vida de los startup, no es un juego. Si no estás comprometido, no trabajas para un startup– trabaja para el correo o para la cadena de cafés Starbucks, si no estás en esta sintonía, quieres equilibrio para tu vida. Es así. Si no vas directo al fracaso y terminarás despidiendo al equipo entero.

12.   Para la oficina, compra una costosa máquina de café expreso automática. Ir a Starbucks dos veces por día cuesta USD4 por vez, pero más importante que eso es que cuesta 20 minutos. Compra una máquina industrial Jura de entre USD3 y 5 mil, compra buen café y en la sala de café ofrece productos de soja, bajas calorías y demás. 50 personas que hacen un viaje por día representan 20 horas perdidas para la empresa, y USD150 de costo en café para los empleados. No tiene sentido.

13.   Llena la heladera de bebidas — por el mismo motivo que el punto anterior.

14.  Deja que los empleados trabajen en horarios flexibles. El viaje al trabajo es detestable y una pérdida de tiempo para todos. Deja que tus empleados comiencen a las 6 o las 11 de la mañana y su viaje al trabajo durará la mitad (al menos en Los Ángeles).

15. Cada 6 o 9 meses visita a cada uno de tus proveedores y pídeles entre un 10 y un 30% de descuento. Si la mitad de ellos acceden, te ahorrarás entre el 5 y el 15% de gastos fijos. Cuando alguien cree que va a perder su trabajo, te da un descuento.

16.   No derroches tu dinero en consultoras de búsqueda de personal. Entra a linkedin y Facebook y empieza a buscar personas—que de todas maneras, funciona mejor.

17.   Piensa bien si necesitas esos USD15.000 mensuales que gastas en una empresa de RRPP. Es posible que puedas conseguir que un consultor de RRPP trabaje en 2 o 3 proyectos por año por USD10-15mil cada uno y de esa forma te ahorres el 75%. La mayoría de las empresas de RRPP no cumplen función alguna durante la mitad del año en la que desarrollas tu producto.
18.   Contrata a terceros residentes en el interior del país: Hay miles de personas muy inteligentes que no viven en las grandes ciudades :=)

Para pensar, no??

 

Noticias Abril 26, 2008

Los Nuevos Consumidores en Chile

Comprando Sueños. Radiografía a los Nuevos Consumidores

emol. Un limpiador de piscinas compra su primer auto. Una mujer criada en la pobreza viaja en avión. Un hijo de campesinos se gradúa en la universidad. Son historias de una nueva clase social que está lejos de ver en estos bienes un mero acceso al consumo. Para ellos significan, más bien, una nueva manera de enfrentar la vida. Conozca el alma de este fenómeno que surge en Chile. Por Sabine Drysdale.

Esta es la historia de un auto. De un Suzuki Maruti blanco, año 1998, usado pero en buenas condiciones. Único dueño, poco kilometraje, comprado al contado, con los ahorros de toda una familia. De un hijo, de su madre y su hermano.

El padre había muerto. No tenían nada. Dormían los tres apiñados en una pieza que arrendaban en La Reina. Eran pobres, pero se aferraron al barrio alto. “Pudimos habernos ido a una población, es cierto, pero preferíamos estar mal, porque el lugar te levanta”, dice Cristián González (27), el hijo mayor, sobre quien cayó como un ladrillo la responsabilidad de sacar adelante a los suyos. Lo hizo limpiando piscinas. Día tras día, durante un año, se subió a la 621, una micro amarilla vieja, ruidosa, manejada con ira. Se subía por la puerta de atrás con una mochila llena de productos químicos, una gran manguera enrollada en una mano y un largo fierro en la otra. “Me miraban como payaso”, recuerda. “Luego me compré una bicicleta. Una Oxford”, agrega. Terminaba de aspirar las piscinas en Vitacura y partía pedaleando a Peñalolén. Y de ahí a La Dehesa. “Era una locura y mucho esfuerzo, pero como necesitaba, tomaba clientes casi en cualquier sector”.

Mientras pedaleaba de un lado al otro de la ciudad, Cristián aprovechaba de soñar. “En mi mente veía a varias personas limpiando piscinas en varios autos. Y yo dirigiendo el negocio. No se lo contaba a nadie, lo iban a encontrar ridículo, ¡si yo andaba en bicicleta!”. Siguió ahorrando. Cuando tuvo lo suficiente, más de lo que había juntado su mamá, compró al contado el Maruti.

Como si fuera el cumpleaños de un hijo, Cristián recuerda la fecha con exactitud: “Fue un veinte de agosto de 2005”. No tenía licencia. Tampoco sabía manejar, pero aprendió. Y ahí, frente al auto, su vida comenzó a dar el giro que había soñado.

Hay bienes que marcan sicológicamente. Una lavadora, por ejemplo. Tenerla por primera vez, para una mujer que está saliendo de la pobreza, es emblemático. “La experiencia de lavar todos los días en batea con agua fría es muy fuerte. La lavadora quiebra con esa idea de pobreza tan dura, del olor a azumagado de ropa que no se seca nunca, ese olor a pobre; por eso, no transan con ese electrodoméstico”, explica el sociólogo Carlos Catalán.

No son sólo la culminación de anhelos; detrás de estos bienes se asoma un fenómeno social cada vez más común en el país: una nueva clase media–baja–emergente, C3D, que de la mano del acceso al crédito y de la importación de productos más baratos, obtienen bienes que antes ni soñaban: electrodomésticos, celulares, computadores e, incluso, viajes en avión. “Es un grupo que se ha sentido postergado del sistema por mucho tiempo, y que hoy ve que tiene posibilidades y está ávido de acceder a la modernidad”, señala el publicista Tomás Dittborn.

El Maruti de Cristián era blanco. Con él abarcó más clientes, llegó más rápido a atenderlos y pudo disfrutar de tiempo para sí mismo, para practicar karate o asistir a cursos de filosofía. “Yo no soy sólo una persona que limpia piscinas”, asegura hoy, convertido en dueño de Agua Nueva, su mini empresa, y también en estudiante de Sicología. Dice que el auto, además, lo hizo un poco más feliz. “Puedo compartir, llevar a otra persona al paradero, salir con mis amigos. En la micro uno bota el tiempo como si fuera cualquier cosa”.

La madre de esta movilidad social, sin embargo, es la educación. La primera persona de una familia que entra a la universidad es un paso firme en el progreso de su núcleo y de las generaciones venideras.

Gonzalo Herrera (26) protagonizó esa primera vez. Vive en la casa de sus padres en el sector de Las Parcelas de Peñalolén. Su madre, oriunda de Peralillo, siempre trabajó haciendo aseo y planchando en casas particulares, y su padre era bombero de una Shell. Gonzalo, en tanto, es constructor civil de la Utem.

Mientras terminaba la educación media en el Liceo Lastarria soñaba con entrar a la universidad sin la certeza de que iba a resultar. “Pasó porque mis papás me apoyaron, me dijeron: estudia, crece, sé algo mejor. Si me hubieran dicho ponte a trabajar y ayuda con la casa, otra cosa hubiera sido”, dice sentado en el living una tarde de sábado, mientras su mamá y su tía preparan el té. De fondo se escucha una y otra vez una melodía. Es su hermano menor, Felipe, estudiante de Pedagogía en Música de la Umce, que practica con su flauta traversa. Confiesa que ser el primero en dar el paso le dio miedo. “Estaba un poco asustado, es una responsabilidad muy grande, pero eso marcó la pauta para mis hermanos”. Marcelo, el del medio, también estudió Música en la Utem y trabaja como profesor.

Con lo que gana, Gonzalo podría comprarse su propio departamento; sin embargo, prefiere quedarse con sus padres y aportar con dinero para la casa. “Lo que siento ahora, lo que he tratado de hacer, es devolver un poco la ayuda de mis papás”, dice. Sí invirtió en un auto, un flamante Chevrolet Corsa plateado que está estacionado a la entrada de la casa. Pudo comprarlo gracias a un premio en dinero que le dieron en su primer trabajo y a un crédito que termina de pagar este año. “Es rico tener auto, puedo ir a buscar a mi mamá al trabajo o visitar a mi abuela en Peralillo”.

A unas pocas cuadras de Gonzalo vive Kena; así le gusta que le digan a Eugenia Carvajal, una mujer de cincuenta años, madre de tres hijos, dos de ellos profesionales, el tercero en el colegio. Hace un alto mientras trabaja haciendo aseo en una casa de Vitacura, donde la llaman “la gerenta”. Sobre su delantal cuelga una chapita de “Patagonia sin represas”: “Me la dieron los chiquillos de Greenpeace”, explica, y agrega que al día siguiente irá a protestar por la prohibición de la píldora del día después. Kena fue la mayor de sus hermanos, la primera que tuvo hijos, y los suyos son la primera generación de su familia que va a la universidad. Luis es bibliotecario de la Utem y trabaja en Inacap, y Mario estudió Construcción en la Usach y trabaja como tesorero de un banco. Su proyecto y el de su marido, chofer de casa particular, era que sus hijos terminaran cuarto medio; sin embargo, su ambición era mucho mayor. “No se conformaron con que sus padres no pudieran solventar sus estudios”, dice orgullosa. “El menor me dijo voy a trabajar y como sea voy a entrar a la universidad, y se consiguió un trabajo haciendo aseo en la Tesorería General de la República”, cuenta. También tomaron créditos. Luis y Mario fueron los primeros universitarios de la cuadra. Los vecinos los felicitaban. “Ahí aprendí que cuando alguien de nuestra clase, la clase trabajadora, da un paso así, todos nosotros lo damos”, reflexiona.

La universidad significó un gran cambio en la familia. Aumentaron las perspectivas laborales y a Kena se le abrió el mundo de los libros y la cultura. “He conocido autores que me han hecho muy bien, como Humberto Maturana. También soy una gran admiradora de la cultura griega. Que mi hijo haya ido a la universidad también me ayudó a mí”, dice. Kena consiguió una beca de la municipalidad para estudiar dos semestres de literatura y arte en la Adolfo Ibáñez y en las tardes dicta unos talleres de lectura para los niños de su barrio. No sueña con que sus hijos cambien de clase, por el contrario: “Creo que los que logramos conocer un poco más tenemos un compromiso con los nuestros. Mis hijos saben de ese compromiso, uno no puede guardarse las cosas”.

Era la primera vez que alguien de la familia Valenzuela Castillo se subía a un avión. Fue en diciembre del año pasado. Patricia casi se desmayó de la emoción. “Las piernas me flaquearon y no podía dominar el temblor de las rodillas. Se me nubló la vista, veía puntitos y casi no podía respirar. Lo único que me salvó de devolverme corriendo fue la vergüenza que habría pasado en mi oficina”, cuenta. Al viaje iba con su jefe. Se sentaron juntos: “Me fue explicando paso a paso el despegue: cada sonido, cada chirrido era un suplicio para mí; pensaba que nos matábamos. Soy evangélica y no paraba de rezar por mí y mi único hijo. Al fin pasó y cuando llegué a Buenos Aires me pellizcaba, no podía creerlo. ¡Yo en Argentina!”.

Patricia Valenzuela se crió en un paupérrimo campamento del sector Las Acacias de Puente Alto. A los 12 o 13 años –cursaba séptimo año en un liceo técnico– sus papás se separaron y ella fue a dar a la casa de unos tíos, en este mismo campamento sin urbanización. Creció sin luz, agua, ni calefacción de ningún tipo; se acostumbró a la lluvia filtrándose por el techo y mojándola en los inviernos. Durante muchos años, todas las noches, compartió una cama de dos plazas con sus tíos y dos primos, cinco personas en total. Se graduó de cuarto medio después de gastar muchos zapatos: cruzaba medio Puente Alto dos veces al día para ir al liceo y volver, porque nadie en su casa podía costear una micro.

De cómo Patricia llegó a viajar al extranjero a los 33, habla de su increíble tesón. Al graduarse de cuarto medio se puso a trabajar en lo que pudo. Aterrizó como vendedora en un negocio de servicios de telefonía. Fue camarera, operaria nocturna de una fábrica de chocolates, y en esas pegas estaba cuando descubrió que en Chile existía el crédito universitario. La óptica le cambió. “Cuando uno ha nacido, crecido y vivido siempre como pobre, lo asume. Mi primer jeans lo tuve en tercero medio, usado. Yo era excelente alumna, pero nadie me dijo que podía llegar a la universidad con crédito”. Decidió estudiar Ingeniería Comercial porque eso rendía, aunque prefería teatro. Encontró su trabajo actual, en Nameaction, una pyme de registro de dominios en internet. Llegó como vendedora, hoy es gerenta de Operaciones y su sueldo se ha triplicado. “Pero pasé cinco años en que todo lo que ganaba se me iba en el crédito y los pagos universitarios. Me vestía con ropa usada y ni al McDonald’s iba”.

Su tesón rindió. El año pasado se compró una casa, un auto y comenzó a viajar fuera de Chile en sus vacaciones.

A las agencias de Viajes Falabella llegan cada año cientos de mujeres como Patricia. Personas de esfuerzo que acceden por primera vez a un viaje. Pueden pagar hasta en treinta y seis cuotas. El destino más común partió siendo Buenos Aires, hoy también lo son Brasil y Colombia. Cada año los viajes del sector C3D crecen un 18 por ciento, según la agencia. “Un gran cambio si es que hace diez años las agencias sólo trabajaban en el sector alto. El retail al instalar la agencia dentro de las tiendas rompió la barrera geográfica y llegó con el crédito a los que no habían tenido acceso”, explica Andrés Saint Marie, gerente comercial de Viajes Falabella.

Después de aquella primera experiencia, Patricia decidió que los viajes ya no eran terreno vedado, como siempre creyó. En febrero compró a crédito en una casa comercial un paquete turístico a Buenos Aires. Ahora la acompañó su hijo, ella le regaló esa primera vez. “Ahí sí creí soñar”.

COLABORACIÓN: MARÍA CRISTINA JURADO

PRODUCCIÓN: GERMÁN ROMERO

 

Ver Viaje al Centro del Consumidor Chuileno