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identidad

Noticias Enero 22, 2008

De la web 2.0 a las identidades distribuidas

 

nomadas. Juan Freire: Como aunciaba en un post previo he empezado a colaborar con Soitu.es publicando el blog, o micromedio, Piel digital dentro del contenedor Vida Digital, donde comparto espacio con Juan Varela y su Sociedad cableada.

Poco a poco, y de forma no planificada, me encuentro con que mi producción y participación digital se va distribuyendo en diversos medios y espacios en Internet, desde este blog personal donde me leéis ahora al blog Ciudades enredadas en ADN.es o el propio Piel digital en Soitu.es. Además uso habitualmente otras herramientas sociales como Twitter, Flickr, Slideshare, Dopplr, el propio sitio de mi grupo de investigación o diversos wikis y grupos de discusión públicos o privados en los que participo. Incluso, a pesar de no resultarme especialmente interesantes ni actualizarlos frecuentemente también mantengo perfiles en “redes sociales” como Facebook o LinkedIn.

Más allá de los problemas de gestión, esta fragmentación me preocuparía hace un tiempo, pero mi visión de la identidad ha ido evolucionando en paralelo a mi comprensión del significado de la digitalización de nuestra vida.

Ahora entiendo que este proceso de fragmentación, o distribución, es quizás inevitable y propio de la evolución de Internet. La web 2.0 ha abierto la oportunidad de construir redes descentralizadas o distribuidas de usuarios creativos, y ese es el principal valor que defienden sus partidarios. Pero, el proceso de fragmentación individual opera en paralelo y, creo, se ha desatendido su importancia. Puede que los peligros que presentan las paradojas del control que pueden aparecer en la web 2.0 se vean contrarrestados por esta redefinición de la presencia de los usuarios en la red. Su fragmentación puede hacerlos más flexibles y difíciles de controlar.

Así, del mismo modo que ya no es una persona (como “un todo completo” e indivisible),sino un “fragmento de su identidad digital”, la que forma una parte de una red digital, los sitios o las páginas han dejado de ser las unidades de información de la red. Cada sitio e incluso cada página son (o deberían ser) granulares, collages compuestos por diversos microcontenidos de variados orígenes que otros usuarios pueden reutilizar y remezclar libremente. Se está produciendo una co-evolución de la estructura de Internet y de la identidad de los usuarios. Tras el desarrollo de las redes sociales propias de la web 2.0, ahora cada usuario empieza a fragmentarse a lo largo de la red. “Su integridad”, caso de que ese concepto tenga algún interés en un determinado momento, puede mantenerse utilizando las mismas herramientas que permiten el reuso y la remezcla (y que no son otras que los buscadores, los RSS, las etiquetas, los agregadores …). ¿Bienvenidos a la era de las identidades distribuidas?.

 

Comentarios

Lo interesante además es que al eliminarse el coste de interconexión, muchas de estas identidades – todas aquellas sobre las que mantengas control editorial completo y en las que tenga sentido – pueden vincular las unas a las otras: tu blog proporciona vínculos a todas ellas, tu Facebook también, y por supuesto, existe un agregador más, el motor de búsqueda, que también permite en muchos casos – dependiendo de tu visibilidad y de lo común de tu nombre – llegar a una perspectiva más o menos completa. Es un mapa de herramientas muy interesante, con intentos de cohesión incompletos en torno a identidades digitales como OpenID y otros, en el que queda mucho por desarrollar…

Interesante. Pero, ¿al igual que fuera de la red? me pregunto. Trabajo en una empresa de Internet, doy clases, soy "corredor" (ejem) de maratones y pruebas populares, cicloturista, tengo mi vida familiar, mis cenas con amigos que no tiene nada que ver con todo lo anterior, etc, etc, … es también identidad fragmentada, más o menos distribuída, y con "problemas" de gestión, de tiempo al menos.

¿Nuestra "piel digital" se va pareciendo a nuestra "piel" más o menos sebácea 🙂 ? ¿La identidad digital se va asimilando a la real? Vaya lío.

Pero como apuntais, sin duda cada vez más, la identidad digital ofrece la ventaja de poder vincular más fácilmente los fragmentos.

De veras, siento lo mismo que las palabras que anteriormente leí. Nuestra indentidad ya no es una sola, sino un conglomerado repartido en cientos de sitios, redes sociales, microblogging. Eneko lo menciona: es igual que en la "vida real".

Yo sí creo que es como en la vida real. Sucede como dice Enrique que eliminas el coste de transacción y súbitamente se vuelven encontrables: de eso va la red. Hay quienes, como usted bien sabe Sr. Freire, jugamos a mantener dos identidades con murallas chinas para relacionarnos con mundos distintos sin ser encontrados. Es otra opción interesante, no me diga que no.

(después hay filtraciones, y es que lo digital requiere ser muy cauto ¿o no?)

Efectivamente, parece que nuestra identidad digital se empieza a asimilar en su funcionamiento a la analógica (… y al tiempo ambas se combinan). Como dice (y bien sabe) Gonzalo, esto abre un campo enrome de posibilidades. Siempre he estado tentado de iniciar otra identidad absolutamente separada de la que ahora tengo, como experimento y experiencia y para tratar de influir en otro tipo de ambos, pero aún no ha habido tiempo (… o si?)

Pozzzz puede que sí. Fíjese que es el azar el que lleva el que le destripe sus entradas una identidad u otra. ¿O no? Yo le sugiero probar, da cierta libertad. Pero una cosa que he descubierto: crece más en la red la identidad "pública" que la ocultada. ¿El boca a boca verbal, la propia relación humana aumenta la repercusión digital?

Efectivamente, las identidades ocultas "escalan" peor o menos. No pueden retroaliemntarse con la identidad analógica y deben tomar también ciertas precauciones en el espacio digital (lo que limita su "viralidad").

por eso hemos lanzado una propuesta seria para construir entre muchos una nueva identidad, o sentimiento de pertenencia, y eso es 'el país llamado a'. Mírate el Manifiesto que hemos publicado y hemos abierto debate sobre el tema en Facebook.
http://www.hectormilla.com/innovacion/1849/manifiesto-el-pais-llamado-a

Sólo agrego a tan interesante conversa, que si unieras los RSS que generas en distintos frentes, tu estela por el ciberespacio, obtendría un reality show de bajo presupuesto.
Por eso insisto en no divorciar la actividad en Internet de esa cosa extraña que llaman "vida real". Esto es un show autogestionado.

Noticias Octubre 28, 2007

50 años de la población La Victoria

Se podría decir que ha habido movimientos de masas democráticos solamente cuando han coincidido en oportunidad y discurso los intereses de grupos mayoritarios de la población, indignada, desesperada o esperanzada, y las elites políticas, fueran comunistas, socialistas, socialcristianas o fascistas. Es el caso de la población La Victoria, histórica toma de terrenos de hace medio siglo, que ha intentado ser apropiada por partidos políticos, pero siempre sus pobladores han sido más que esos intentos de reducirlos. Cuando el progresismo está tan confundido, con socialistas neoliberales (que subliman la conciencia en las más diversas yerbas del esoterismo), victimas de la dictadura que aún miran para el lado cuando escuchan Cuba, puristas de izquierda que terminaron financiados por los petrobolívares del caudillo comediante (ahora sí que aplica la tragedia convertida en comedia), o con los demócrata cristianos ensimismados y enfrentados, es tan bueno recuperar la memoria social de nuestra historia de chilenos, de dónde venimos hace no tanto tiempo, de la pobreza, la marginalidad, la dignidad y la solidaridad. Si hasta la derecha parece más genuina en su sensibilidad ante la pobreza. Desgraciadamente, ninguna opción se acerca a entender que hoy se necesita democratizar las posibilidades del emprendimiento, la innovación y las tecnologías digitales, que ahí están los recursos para crear valor para todos, incluir a los más pobres, actualizar la educación, fortalecer la democracia y recuperar el sentido de nación solidaria con nuestros hermanos (y La Victoria tiene mucho de todo esto). Un ejemplo de la paradoja, es que el periódico conservador El Mercurio es quien recuerda este hito del movimiento social.
 
 

El Mercurio. El martes 30 de octubre se cumplen 50 años de la más antigua toma de América Latina:
La sorprendente vida de la Población La Victoria
Pamela Aravena y Rodrigo Cea
LOS ORÍGENES DEL CAMPAMENTO: Historia victoriana

La llamada "Chacra de la Feria" no era más que un gran prado tapizado de maleza; por eso los habitantes del Zanjón de Aguada llevaban un par de años pensando en tomárselo, hasta que un incendio quemó sus casas y desató el éxodo. Así, de improviso, a la una y media de la madrugada del 30 de octubre de 1957 partieron a esos terrenos, que entonces no eran más que un sitio agrícola abandonado, rodeado de un entorno verde y desde donde se veían los aviones del aeropuerto de Cerrillos.

En la caravana que partió a la toma iban personas de la población La Legua y otros sin casa de Santiago. Tantos eran que en la mañana del 30 ya eran mil las familias instaladas. Y la gente continuó llegando, mientras el terreno permanecía sitiado por fuerzas militares y policiales.

El primer paso estaba dado, pero luego vino uno quizás más difícil: permanecer en el lugar. Fundamental en aquella tarea fueron -según recuerdan hoy los mismos pobladores- el cardenal José María Caro, el diputado Mario Palestro y la regidora Iris Figueroa. Sin embargo, el apoyo más importante en el montaje del campamento vino de alumnos de la Universidad de Chile, especialmente de su Escuela de Arquitectura. Miguel Lawner y un grupo de arquitectos trazaron los planos. Al mes, La Victoria ya contaba con 15 mil personas ocupando 3.200 sitios, de 8 por 16 metros.

Luis Garrido, actual presidente de la junta de vecinos, llegó con 10 años el mismo día de la toma y hoy recuerda que la vida fue muy dura en un comienzo, con muchas enfermedades a causa del frío y la humedad, pero que al año ya tenían luz y agua potable. En todos esos avances, recuerda Garrido, la unidad de los vecinos fue crucial, pues pronto construyeron un policlínico y la escuela de la población, levantada con ladrillos de adobe, aportados uno a uno por los pobladores.

El fantasma del desalojo desapareció recién a comienzos de los años 60. Entonces, alrededor de jardines plantados con lechugas y tomates que todos compartían, muchos comenzaron a construir sus casas con la idea de permanecer definitivamente ahí. Desde ese momento, La Victoria vive con la fama de ser la primera toma exitosa en Latinoamérica.

PROYECTOS SOCIALES: Brigada de las funas y biblioteca popular

Varios proyectos sociales gestionados por los propios pobladores funcionan en La Victoria. Todos autogestionados.

La brigada muralista "Las Autónomas", formada sólo por mujeres, nació hace 18 años, durante el último año del régimen militar, con consignas de carácter político. Pero ya desde hace algunos años cambiaron la temática por una feminista. "La idea es formar conciencia social sobre la violencia intrafamiliar que afecta a las mujeres", explica Vicky Martínez. Durante un tiempo se dedicaron a hacer funas, denunciando con murales a los maridos golpeadores de la población. Pero terminaron luego de que uno de ellos le diera una nueva golpiza a la señora. "Ahora enviamos mensajes contra el femicidio", agrega Vicky.

El Centro Cultural Pedro Mariqueo surgió en 1983, como centro de reunión de la Izquierda Cristiana, el Mapu y el MIR, fundamentalmente. La idea era dar talleres nocturnos sobre el movimiento obrero, la teología de la liberación y periodismo popular. Ahora hay talleres de alfabetización y nivelación de estudios. Ahí funciona la radio comunal y en su segundo piso existe una moderna biblioteca, con más de 500 títulos y que ya tiene 100 socios que pagan $800 anuales.

EDUCACIÓN: Jardín, escuela y preuniversitario, obra de los pobladores

Fundada por sus propios pobladores un año después de la toma de terrenos, la Escuela La Victoria es hasta hoy uno de los mayores orgullos de la población. Funcionando en un moderno edificio, limpio y muy ordenado, el establecimiento educa a 506 alumnos, de primero a octavo básico, y se jacta de estar entre los tres mejores colegios municipales de su comuna (Pedro Aguirre Cerda) en los resultados del Simce de cada año. María Clara Aramburú, su directora, asegura que el orden y la disciplina son la premisa en la formación de sus alumnos y que la autogestión es una de las mayores virtudes del colegio. ¿Sobre lo negativo? Aramburú cuenta que, según sus estudios, 25% de los niños del colegio vive en situación de abandono de parte de sus padres, tienen alto riesgo social y no recibe ningún tipo de apoyo fuera de la escuela. Otro 25% no puede recibir ayuda de sus padres, pues ambos trabajan.

En esos casos presta su asistencia el jardín infantil "Nuestra Señora de la Victoria", fundado en 1970 por sus pobladores. Alicia Cáceres, la creadora y mandamás del establecimiento desde sus inicios, cuenta que el jardín tiene 20 educadoras para atender a 110 niños en edad preescolar, pero que son 180 los ex alumnos -estudiantes de entre primero básico y cuarto medio- que siguen asistiendo al jardín por las tardes, para recibir apoyo social y educativo. Otros cinco niños, abandonados completamente por sus familias, viven en el lugar.

El jardín funciona sólo con la ayuda de los apoderados -actualmente, la cuota mensual es de $ 2.500, aunque no todos la pagan-. La Fundación Integra y el Hogar de Cristo ayudan con raciones alimenticias. Y una fundación alemana aporta dinero para la mantención.

El panorama educacional se completa con el preuniversitario de la junta de vecinos, donde los mismos jóvenes universitarios de La Victoria son los encargados de dictar las clases. El preuniversitario cobra $ 1.000 de matrícula y $ 2.500 de mensualidad. El año pasado, de los 22 alumnos, 18 quedaron en universidades tradicionales.

LOS LIBROS: Población letrada

El próximo martes en la mañana, cuatro buses repletos de vecinos saldrán desde la población hacia la Universidad Arcis para ir al lanzamiento de "La Victoria, Rescatando su Historia", el tercer libro sobre la comunidad, en que sus propios habitantes han actuado como autores. Publicado por editorial Arcis y el Grupo de Trabajo de La Victoria, la historia del libro empezó cuando la investigadora estadounidense Janet Finn visitó La Victoria y propuso a cinco de sus vecinos "reconstruir la memoria social de la población". Una de ellas fue Claudina Núñez (ex concejala del PC), quien recuerda que la investigación duró siete años (1999-2006) y permitió "desmitificar y descubrir nuevas verdades". Por ejemplo, ratificar el apoyo de la familia Palestro en la formación de La Victoria y aclarar que los terrenos eran pretendidos por algunos sin casa de Santiago desde, al menos, dos años antes de la toma.

"Pasado: Victoria del Presente", de 1978, fue el primer intento de los vecinos para preservar la historia de su población, pues ya se habían escrito otros textos, pero por personas ajenas a La Victoria. El otro libro que es obra de los mismos vecinos es "Memorias de La Victoria: relatos de vida en torno a los inicios de la población" (2003). El texto es un trabajo de "Identidad" ( www.grupoidentidad.cl), un grupo de 12 jóvenes de la población que en 2002 se propuso dar cuenta de La Victoria entrevistando a una veintena de personas, que representaran a la mayor cantidad de habitantes de la comunidad.

LA VICTORIA EN CIFRAS:

21.000 habitantes.

3.200 sitios de 8 por 16 metros cada uno.

42 iglesias evangélicas.

30 clubes deportivos

3 multicanchas.

15 centros de madres.

CASI UN SANTO: Jarlan, el sacerdote venerado

Casi todos los livings de las casas de La Victoria tienen su foto colgada de la pared. Cada año los pobladores le rinden una semana de homenajes, con liturgias, velatones y una feria de derechos humanos que se instala en la avenida 30 de Octubre. André Jarlan, el sacerdote francés asesinado por una bala mientras rezaba en su dormitorio, es hoy un santo en la población.

Decenas de murales con su rostro adornan las calles de La Victoria. Su historia es evocada por quienes lo conocieron, para que las nuevas generaciones no lo olviden. Jarlan había llegado a la parroquia de la población a principios de 1983.

Para las protestas que se habían iniciado ese año, Jarlan actuaba en dupla con el párroco Pierre Dubois. Mientras éste contenía el ingreso policial a la población, Jarlan atendía a los heridos de las manifestaciones.

El 4 de septiembre de 1984 era uno de esos días de protesta. Durante la jornada, el sacerdote atendió a 27 heridos. En la tarde, se retiró a su habitación a rezar. Pocos minutos después, cerca de las 18:00 horas, se oyeron disparos desde la esquina. Una de las balas se coló por la pared de madera, cruzó el cuello de Jarlan y lo dejó desfalleciente sobre su Biblia. Esa noche fue velado y al día siguiente el féretro con su cuerpo fue llevado en andas por pobladores desde La Victoria hasta la Catedral Metropolitana.

Un tribunal civil acusó a un suboficial de Carabineros como autor de los disparos, pero la justicia militar lo absolvió. Hasta ahora el sumario continúa cerrado.

Hoy la habitación de Jarlan está intacta. Una flecha marca la entrada de la bala en la pared, la Biblia continúa abierta en el salmo 129 y 130, la cama está estirada y sobre ella reposan tres grandes fotografías del sacerdote muerto sobre su escritorio. Quien quiera puede verlas. Es un museo en recuerdo de quien consideran su mártir.

Pero además de Jarlan, dentro de la población existe el recuerdo y casi devoción para otros muertos, que son tratados como mártires por haber desaparecido durante 1973 (cuatro personas) o haber muerto durante las violentas protestas de los años 80 (cinco personas). Muchos de los llamados "mártires de La Victoria" siguen presentes en la población en los nombres de algunas calles y organizaciones sociales, como clubes deportivos, juveniles o centros de madres.

RADIO Y TELEVISIÓN: Los medios de masas populares

"Somos un medio político. Todos dicen que pertenecemos al Frente (Manuel Rodríguez), pero no. La radio es del pueblo", explica Macarena Vivett, administradora de la Radio 1° de Mayo, que funciona en La Victoria.

El proyecto nació en la clandestinidad en 1995, con apenas un transmisor artesanal y un par de micrófonos. Su creador: Leopoldo Sarmiento, un ex miembro del frente rodriguista. Hoy cuenta con permiso de transmisión de la Subtel, una mesa de sonido, un mezclador y un computador. Transmiten las 24 horas del día, todo el año y su alcance sobrepasa los límites de la comuna.

Los problemas sindicales, los llamados a protesta, las huelgas de hambre, la situación de los presos políticos y la defensa de los mapuches apresados son los temas que más preocupan a la radio. Pero la programación incluye, además, espacios de utilidad pública, salud mental, orientación cristiana y también musulmana. Un poco menos de historia tiene Señal3, el canal de TV de La Victoria. Definido como alternativa a la oferta televisiva convencional -"autónomo, popular y sin fines de lucro"-, el canal comenzó en noviembre de 1997, cuando un grupo de jóvenes de la población decidió pasar de la proyecciones de videos en las calles a la emisión periódica de contenidos.

Hoy los programas van de jueves a domingo y hay desde un noticiario (el viernes a las 21:00 horas), hasta programas de arte y de música metalera. La señal también emite comerciales de una carnicería, botillería y un colegio por 15 mil pesos mensuales para juntar los 133 mil pesos mensuales que requiere para funcionar. El financiamiento se completa con la venta de antenas receptoras (por 4 mil pesos) y la ayuda económica y en equipos, que reciben principalmente desde Suecia.

Un párrafo aparte merece la desaparecida "La Voz de La Victoria", el primer medio de comunicación masivo de la población que partió en noviembre de 1958 y desapareció hace más de 20 años.

FUERZA COLECTIVA: La organización poblacional

contra el plan regulador y el Transantiago

Desde la misma noche del 30 de octubre de 1957, los "callamperos" del Zanjón de la Aguada que se tomaron la chacra se dieron cuenta de que la única forma de que su movimiento triunfara era organizándose.

Por eso, el primer día eligieron directiva y delegados, y constituyeron comisiones de vigilancia, subsistencia y sanidad. De allí en adelante, todas las decisiones importantes serían debatidas colectivamente. La escuela y un policlínico fueron las primeras obras públicas que decidieron construir.

Hoy ese ímpetu se mantiene. La junta de vecinos, actualmente dirigida por Luis Garrido, se elige cada dos años. Para la elección se instalan en cada pasaje urnas y casetas secretas de votación. Todos los vecinos mayores de 18 años participan activamente. Los candidatos tienen generalísimos y hacen grandes campañas para ser elegidos.

Cada cuadra, además, tiene un delegado, quienes se reúnen una vez al mes a decidir cuáles son las prioridades y a rendir cuenta de los gastos.

Para la celebración del aniversario de la población se votan las actividades que se realizarán. La más importante, en todo caso, es la que se realiza cada 30 de octubre, cuando se recrea la toma vistiéndose a la usanza de los años 50, con carretas y antorchas.

La férrea organización de los pobladores tiene triunfos notables. El primer gran hito data 1991, cuando con un aporte de $10.000 por casa lograron, "por fin", pavimentar las calles. La iniciativa luego sirvió de modelo para la implementación del programa de pavimentación participativa del Ministerio de la Vivienda. El año pasado, en tanto, mediante encendidas asambleas y estructuradas protestas echaron abajo el plan regulador para la comuna, en general, y para La Victoria, en particular.

Otro éxito es lo sucedido con el Transantiago, que de trece líneas de microbuses, "para ir a todos lados de Santiago", dejó a los vecinos de La Victoria con sólo cuatro recorridos. Pero la junta de vecinos de la población, junto a otras de la comuna, se movilizó y fue hasta el Ministerio de Transportes para exigir cambios y nuevos recorridos. ¿El resultado? Hoy hay nueve líneas que sirven a La Victoria (5 alimentadores y 4 troncales). Además, por primera vez un recorrido pasa por el medio de la población y toda la noche.

SEGÚN CARABINEROS: El narcotráfico y robos con fuerza, los mayores delitos

Treinta y cinco carabineros y un radiopatrullas tiene la tenencia La Victoria para custodiar a los cerca de 21 mil habitantes de la población y a otros 10 mil de poblaciones aledañas (cuadrante 64).

Pero La Victoria está intervenida por el Ministerio del Interior desde 2002, lo que implica la presencia de otra patrulla con tres carabineros provenientes de la 30ª Comisaría y 10 a 15 funcionarios de Fuerzas Especiales que circulan permanentemente en un carro celular. Y según los funcionarios policiales, los delitos que más se denuncian en La Victoria son los robos con fuerza, narcotráfico y violencia intrafamiliar.

Los delincuentes más temidos por la población son "el cojo Hugo" -Hugo Soto Núñez-, con ficha por homicidio, hurto, infracción a la Ley de Armas, tráfico de drogas y riña con resultado de muerte con arma de fuego, y "Los Tabilo", un clan de narcotraficantes que a veces siembra el terror al interior de la villa.

Varios allanamientos, detenciones y decomisos se han registrado en el último tiempo, el más importante en mayo pasado. "La Victoria tiene características bien especiales. En mayo entraron 300 carabineros, detuvimos a 23 micro y narcotraficantes y hubo cero resistencia en la población. No hubo gritos, ni piedras, sino mucha colaboración. Eso es un fenómeno que indica que La Victoria no ha caído en la red del narcotráfico y que, por el contrario, hay un fuerte rechazo a ese tipo de delincuencia", asegura el jefe antinarcóticos de la fiscalía sur, Héctor Barros.

Desde la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior, su director, Iván Fares, reconoce que La Victoria es una población donde existen problemas de delincuencia, consumo y tráfico de drogas, "como otras en Santiago", pero que tiene una gran virtud: su organización comunitaria. Fares destaca que fueron los mismos vecinos quienes se acercaron a las oficinas del ministerio en 2002 para pedir la intervención de la población, y que producto del trabajo en conjunto hoy han disminuido los índices de temor y se han recuperado varios espacios públicos.

TRABAJO PASTORAL: El respeto entre católicos y evangélicos

Francés nuevamente es el sacerdote de La Victoria. Lorenzo Maire llegó a Chile en la misma época que André Jarlan. De hecho, se prepararon juntos en Bélgica antes de partir a Chile a trabajar en sectores con alto riesgo social. La labor católica en La Victoria está centrada en las catequesis y -con la ayuda de tres hermanas brasileñas de la Inmaculada Concepción y las Hermanitas de Jesús-, el trabajo también contempla la visita a los enfermos y ayuda a las madres para orientarlas en la lucha contra la drogadicción.

"Esta población fue fundada por comunistas y ateos, pero también por cristianos, que pudieron imprimir su marca. Fue el cardenal José María Caro quien pidió la no intervención militar; el padre Del Corro acompañó a los pobladores en la toma; luego, el trabajo de Pierre Dubois y André Jarlan para frenar la represión. Eso generó un respeto hacia la labor católica", asegura Maire.

A la población también han llegado 42 iglesias evangélicas, que han conseguido adeptos. Los que abandonaron su lucha por penetrar en La Victoria fueron los Testigos de Jehová.

Noticias Enero 20, 2006

Globalización, Desarrollo y Democracia: Chile en el Contexto Mundial

Globalización, Desarrollo y Democracia: Chile en el Contexto Mundial (Ed. FCE 2005). Manuel Castells Conclusión El Sujeto De La Nueva Transición Chilena (pg. 145-152)

Con sangre, sudor, lágrimas y paciencia, mucha paciencia, Chile ha consolidado su crecimiento económico, reducido su pobreza, aliviado su desigualdad, modernizado su infraestructura, incrementado su educación, mejorado sustancialmente sus condiciones de vida, afirmado el respeto a los derechos humanos, recuperado su memoria histórica y establecido la democracia política y el diálogo social.

Este enorme esfuerzo, en poco más de una década, contrasta con la andadura incierta de una América Latina en donde países y economías caminan al borde de la crisis estructural, la explosión social y la desestabilización política.

 

El fundamento de este modelo chileno democrático de desarrollo es político y cultural más que económico. Es la capacidad de los actores políticos para reconstruir la legitimidad y la gobernabilidad del estado con respecto a los distintos sectores de la sociedad que ha hecho posible tomar una serie de medidas económicas, sociales e institucionales que han permitido gestionar la transición hacia aguas más tranquilas. Hoy día, en Chile y en el mundo, la democracia es un factor esenciadle desarrollo. Porque sin democracia no hay capacidad de acción de la sociedad sobre sí misma a través de sus instituciones. Y sin esta capacidad el mercado globalizado sin control social genera desigualdades insoportables y tensiones insostenibles. Pero, por otro lado, sin desarrollo, la democracia se vacía de contenido para la mayoría de la población, como demuestra el informe del PNUD sobre democracia en América Latina (PNUD, 2004).

 

La gestión democrática de la economía de mercado y de la redistribución de la riqueza obtenida con el esfuerzo de todos es la condición necesaria, aunque no suficiente, para asegurar la competitividad económica y la sostenibilidad social y ambiental. Y no sólo en el ámbito interno. La integración en los acuerdos económicos internacionales pasa también por un reconocimiento de la legitimidad de los gobiernos. Hace dos décadas Chile era un país proscrito en el mundo democrático, tan solo sostenido por sus aliados ideológicos y atrincherado en una relación de vasallaje con respecto a Estados unidos. En cambio, en este momento Chile ha ratificado, previamente a la firma de los tratados comerciales, la Convención contra la Tortura y los convenios de derechos sociales de la organización Internacional del Trabajo. Los presidentes chilenos de los últimos años tienen una participación destacada y reconocida en las iniciativas para la construcción de una gobernanza mundial. La independencia de criterio de Chile en el Consejo de seguridad de Naciones Unidas le ha valido el respeto del mundo entero, incluso de aquel país que se había acostumbrado a darle órdenes.

 

En suma, la legitimidad y la capacidad de gobierno conseguidas mediante un liderazgo político efectivo en la última década han sido y son condiciones indispensables para la competitividad global y la cohesión nacional de las que depende el bienestar de la sociedad y la productividad de la economía. Sin embargo, Chile tiene ante sí viejos y nuevos desafíos que requieren todavía un considerable esfuerzo para profundizar la democracia y transitar a un nuevo modelo de desarrollo requerido por el contexto global.

 

Por un lado, todavía hay reminiscencias, más culturales que institucionales, del viejo orden dictatorial y conservador. La centralización política es excesiva. Los derechos de la mujer a su cuerpo y a su libertad aún sufren de una legislación inspirada en el patriarcado más rancio. Los derechos de los pueblos originarios, aun habiendo sido reconocidos y afirmados, necesitan consolidarse en la práctica cotidiana. Las corrientes ideológicas antidemocráticas mantienen su presencia (aunque cada vez más reducidas) en las instituciones del Estado y en algunos sectores de las elites dirigentes. Una parte de los medios de comunicación refleja una visión del mundo opuesta al cambio social y a la innovación cultural. Con todo, la democracia en Chile es irreversible, porque lo es en la sociedad, en las mentes de los chilenos, en la vivencia cotidiana de un país que ha experimentado una extraordinaria transformación cultural en la última década. Y las propias Fuerzas Armadas, en particular el Ejército, se han adaptado plenamente a esa transformación, volviendo a conectar con la sociedad y con su tradición de constitucionalidad rota por ese Comandante en Jefe que traicionó a su Presidente. Y como la democracia es irreversible, las dirigencias políticas de todas las tendencias se han situado en el nuevo ámbito de conflicto político institucionalizado y han aceptado las reglas del juego, como muestra el acuerdo sobre las reformas constitucionales de 2004.

 

Puede decirse que, en lo esencial, la transición chilena ha terminado. Chile es hoy día un país plenamente democrático. Aunque, eso sí, compartiendo con muchos otros países los problemas que tiene la democracia en todo el mundo. Pero Chile tiene la oportunidad de hacer que esta democracia política tenga un contenido económico, social y cultural que tenga sentido para la vida cotidiana de los ciudadano, a diferencia de lo que parece suceder en amplios sectores de América latina y del mundo.

 

La afirmación de Chile como sociedad democrática no es separable de su capacidad para generar desarrollo y bienestar. Precisamente porque el fundamento de la nostalgia antidemocrática está en la reivindicación del crecimiento económico. En este libro creo haber demostrado que el modelo democrático chileno de desarrollo es superior en crecimiento sostenido y en mejora de las condiciones de vida a lo que fue el modelo autoritario. Pero una crisis significativa del proceso de crecimiento daría alas a las fuerzas antidemocráticas, que cuentan con una cierta base social. Y no se trata de considerar un triunfo electoral de la derecha como una catástrofe para el país. Al contrario. En su momento, la alternancia política es un signo de madurez democrática. La dirección política conservadora, al menos en su versión Lavín, no es en absoluto un peligro para la democracia. Pero sí puede deteriorarse la convivencia, aun en un marco institucional democrático, a partir de la difusión de los valores que todavía predominan en los sectores movilizados de la derecha social.

 

El análisis de Tironi sobre las actitudes ideológicas de los electorados de la elección presidencial del 2000 nuestra la considerable diferencia de valores entre los dos electorados (El Cambio está Aquí, Eugenio Tironi, 2002). La política de los gobiernos de la Concertación ha consistido en moderar desde el gobierno la polarización ideológica de la sociedad. Si se perdiera ese equilibrio en un gobierno de la derecha Chile podría entrar en la vía de la crispación política, aunque parece que el enfrentamiento civil es un fantasma definitivamente enterrado.

 

La nueva transición chilena El tratamiento de los conflictos aún latentes en la sociedad chilena, la dilución de la radicalización ideológica en sectores de las clases dominantes, requiere la continuación del crecimiento por un largo periodo. Y es aquí donde se plantea la nueva transición chilena. Porque, a partir del análisis presentado en este libro, la transición al modelo informacional, reestructurando y modernizando las actividades económicas existentes a partir de conocimiento, información, organización y tecnología, y suscitando nuevas actividades en nuevos nichos de mercado, se presenta como condición indispensable para la competitividad de la economía chilena en el marco global. Pero ese modelo informacional que he tratado de esbozar en este texto es más cultural y organizativo que tecnológico. Es una transformación de las mentes, de la cultura y de las prácticas de gestión y organización de la sociedad. Terrenos todos ellos en donde Chile aún presenta serias deficiencias.

 

La difusión de computadoras y de conexiones de banda ancha, siendo una condición necesaria, no es en absoluto suficiente. Se plantea pues la necesidad de una dirección estratégica del proceso de desarrollo, en el que las empresas son actores esenciales pero no pueden ser quienes ejerzan el liderazgo en términos de proyecto de país. Se plantea asimismo la necesidad de concentrar recursos, tanto públicos como privados, en inversiones prioritarias de futuro. Y se plantea la exigencia de movilizar a la sociedad en un proyecto colectivo por el bienestar de sus hijos y sus nietos.

 

En este punto, pareciera que el individualismo de la ideología del mercado y el fraccionamiento de la sociedad chilena constatado en algunos estudios estaría obstaculizando la necesaria implicación de la sociedad en un proyecto de modernización tecnológico-cultural que aún se ve como alejado de las necesidades reales del país.

 

Por eso, acabada la transición política, se plantea una nueva transición, que no es sólo económica y tecnológica, sino también cultural. Y precisamente por el bajo grado de articulación autónoma de la sociedad chilena en estos momentos (organizada fundamentalmente en torno a redes familiares y proyectos individuales) el sujeto de la transición es, de nuevo, el Estado. Un Estado que se enfrenta al bajo prestigio de la clase política en general. Pero que, al mismo tiempo, goza de una legitimidad creciente como gobierno, reflejada en los altos índices de aprobación de la gestión del Presidente Lagos en el último tramo de su mandato (aunque, como se sabe, la opinión pública puede cambiar rápidamente en función de acontecimientos cuyunturales).

 

La paciente reconstrucción de la legitimidad y gobernabilidad del Estado chileno en los años de la Concertación podría permitir que sea el Estado el que, como siempre fue en la historia de Chile, asuma la conducción del proceso de desarrollo. Naturalmente basándose en la empresa privada y en el mercado como agentes de creación de riqueza. Pero facilitando las condiciones infraestructurales, institucionales y culturales, para que esa riqueza pueda generarse en el marco de una economía globalizada del conocimiento. Y asegurando la conexión entre economía y sociedad, entre productividad y redistribución del producto, entre crecimiento y calidad de vida.

 

La propuesta a la sociedad y a las empresas de un acuerdo estratégico orientado hacia esa modernización competitiva puede ser un método eficaz para la cohesión social y la movilización de recursos encaminada a la definitiva consolidación de la democracia y el desarrollo en Chile. Tal acuerdo requiere un fuerte liderazgo político desde el Estado, junto con un esfuerzo de descentralización administrativa que haga de las localidades y regiones chilenas actores de su propio desarrollo. La existencia de un proyecto colectivo modernizador, con un interés común por encima de las ideologías, puede permitir tratar las tensiones aún existentes, producto de los desgarros históricos, con el cuidado necesario para no poner en peligro el bien común. La reconstrucción de la identidad nacional chilena pasa por la construcción de un nuevo proyecto común en donde se aúnen y se refuercen desarrollo y democracia en el contexto mundial. Las itálicas son del original. Las negritas son puestas por mi para ayudar a la lectura en este medio