emol. Esta diseñadora, mitad chilena mitad brasileña, es uno de los talentos
más destacados de la nueva generación de creadores paulistas. Después de vivir
con una tribu en una isla perdida del Pacífico Sur y apostar por diseños que
además de ser femeninos comuniquen emociones, Cecilia Echenique está
involucrada en un proyecto social que une la costura con la moda. Cecilia fija la cita en su atelier. Una casa
de dos pisos, de líneas simples, murallas blancas y una radiante vitrina donde
muestra algunos de sus diseños, los últimos que le quedan de la colección que
creó para el verano. La tienda, que además es el estudio donde delinea y arma
todas sus creaciones, está al final de Peixoto Gomide, una calle angosta que
cae en pendiente y que integra el circuito fashion de Baixo Jardins. Un área
que se ha convertido en el epicentro de la nueva generación de creadores
paulistas y que está pegada a Oscar Freire, el sector donde están las tiendas
más exclusivas de Sao Paulo.
– Esta zona es como el lado B, donde están las
marcas y diseñadores más jóvenes y arriesgados – dice Cecilia Echenique con voz
entusiasta, pero con cara de cansada. Anoche se quedó hasta tarde revisando los
últimos detalles de su línea de invierno y esta mañana le costó tomar un taxi
que la trajera desde su departamento en Iburapuera, un sector residencial que
queda a quince minutos de la tienda. Ahí vive con Guillermo, su novio y socio
comercial.
Se disculpa por su tardanza en un español
perfecto, acogedor, pero extraño. Aunque tiene acento chileno, el ritmo de sus
frases es brasileño. Algunas veces empieza hablar con un relajado o sea y
termina con un enérgico ta?, un típico modismo en portugués para afirmar algo.
Al igual que la mezcla que domina su forma de
hablar, Cecilia Echenique es chilena y brasileña al mismo tiempo.
– Me siento muy chilena, pero nací en Sao
Paulo y toda mi vida la he pasado acá. Mis papás, Cecilia y Juan, son chilenos
y mis hermanos, Felipe y Fernanda, nacieron en Santiago. Así que crecí en una
casa donde todos tienen cabeza de chilenos, donde nunca se perdieron los
modismos de allá y todos los veranos de infancia partíamos a la casa de mi
abuela en Algarrobo a comer barquillos en la playa. Esa dualidad me marca y me
gusta, porque siento que tengo lo mejor de dos países increíbles – explica esta
diseñadora industrial, que desde hace cinco años se dedica a la costura.
Hoy Cecilia es considerada como uno de los
talentos más fuertes del nuevo organigrama del estilo Made in Brasil. Además de
encontrar sus colecciones en su boutique, también tiene puntos de venta en Río
de Janeiro, Belo Horizonte y Salvador de Bahía. También algunas boutiques
exclusivas en Japón y Bélgica, y acaba de firmar un contrato con un
representante italiano, quien se encargará de ampliar su mercado dentro de
Europa.
Moda y emociones
Cecilia Echenique tiene 30 años, largo pelo
claro y sus ojos azules se convierten en líneas cuando sonríe. Siempre lleva
sus diseños, especialmente los amplios pantalones de tiro largo que se anudan a
la cintura. Los mismos que presentó cuatro temporadas atrás y que ahora están
en las últimas colecciones de sus colegas ya consagrados.
– Los voy a llevar siempre, incluso cuando los
demás dejen de hacerlo. Yo no busco imponer tendencias, lo mío es hacer ropa
que se acomode a la gente, que tenga mil vidas.
Cecilia medita cada uno de sus comentarios, se
toma su tiempo y cuando responde también gesticula con sus manos. Está sentada
en una de las sillas de una salita ubicada al final de su tienda y que enfrenta
a un pequeño jardín con un solitario árbol de ramas delgadas con pequeñas
flores que resplandecen, pese a que la mañana está nubosa y hace poco cayó una
ligera llovizna. En este espacio, cuenta la diseñadora, atiende a sus clientas
más cercanas. Las que compran sus vestidos envolventes, que bautizó como
libélulas, porque sus largas mangas imitan la forma de ese insecto y se pueden
usar de infinitas formas.
El vestido libélula fue lo primero que Cecilia
creó cuando empezó a hacer moda. Antes estaba centrada en la fabricación de sus
“Extensiones emocionales”, un trabajo que creó para su tesis en la
Universidad de Diseño Industrial de Sao Paulo. Una suerte de objetos de arte y
accesorios para vestir que imitan la forma del corazón, pero que tienen la
doble función de decorar un espacio o integrarse al look de cualquier mujer.
– La idea se me ocurrió en un sueño y hacerla
proyecto me costó mucho, porque mi idea era rescatar la esencia humana, pero al
mismo tiempo llevar el arte al cuerpo. En el fondo, imitar esa cosa tribal de
los indios, para quienes los accesorios forman una parte básica de su
vestimenta, pero al mismo tiempo tienen un enorme peso espiritual y protector –
cuenta Cecilia.
Pese a los temores de que sus profesores no
entendieran su concepto tan espiritual y abstracto, su tesis fue aprobada con
la más alta calificación. Y refrendó el consejo de su padre, el arquitecto Juan
Echenique, quien en los 70 integró el movimiento de la Ciudad Abierta en
Ritoque y más tarde desarrolló su carrera en Ilhabela, un exclusivo balneario
del Estado de Sao Paulo.
– Quería estudiar arquitectura, pero después
de una larga conversación, mi padre me convenció de que probara con el diseño
porque mi personalidad era más detallista y eso era más fácil de lograr creando
objetos – explica Cecilia, quien luego de egresar de la universidad colaboró
con el diseñador de iluminación francés Hervé Descottes y con el escenógrafo
Patrick Jouin, y con quienes coordinó la muestra “Parade”, del
diseñador Phillipe Starck en Sao Paulo.
Alma tribal
En 2000 decidió viajar a Nueva Zelanda para
convivir durante unos meses con una tribu de una isla del Pacífico Sur. Para
lograrlo armó un plan. Primero aceptó la invitación de su madrina chilena que
se había radicado en Auckland, y una vez allá comenzó a hacer los recorridos en
yate que se hacían por el archipiélago de Tonga. En la travesía se encontró con
un amigo de su hermano mayor, que acompañó a unos médicos de India en una
misión de ayuda a una tribu, y lo convenció de que la llevara ahí.
Al principio su amigo se negó, pero al final
le entregó una suerte de talismán que tenía que colgarse al cuello y presentar
ante los jefes de la tribu para que la aceptaran. Luego de cuatro días de
viaje, llegó a la isla con un bolso y fotos de su trabajo que presentó a los
isleños que la miraban como extraterrestre.
– Fue increíble. Me encontré con gente con una
visión de mundo que luchaba por no contaminarse con lo occidental. Durante dos
meses me quedé replicando las extensiones emocionales con los materiales que
ellos usaban en sus trabajos, semillas, fibras vegetales, maderas. Eso cambió
totalmente mi forma de ver la moda, me convenció de que tenía que llevar este
concepto a mi país.
A los meses después abrió su primer taller.
Sin publicidad, ganó popularidad entre los seguidores de tendencias brasileñas
y la invitaron a mostrar sus creaciones en un evento para creadores underground
llamado “Casa de los Creadores”. Como su trabajo sólo consistía en
accesorios, en veinte días inventó sus vestidos libélula como un complemento
para mostrarlos en la pasarela. El éxito fue inmediato. A la siguiente
temporada las extensiones emocionales perdieron protagonismo y su colección de
ropa ganó más personalidad.
Luego de sus desfiles alternativos llegó la
consagración cuando el director creativo de Sao Paulo Fashion Week, Paulo
Borges, la invitó a integrarse al selecto grupo de diseñadores jóvenes que
participaban en la jornada de desfiles Amni Hot Spot, la antesala de nuevos
nombres que a futuro desfilarán en la principal pasarela brasileña.
Cecilia ya no integra este grupo por dos
razones. La primera: su trabajo es más maduro en términos de diseño, y su
nombre ya es considerado un talento consolidado. La segunda: los desfiles de
moda le parecen impersonales. Por lo mismo ha rechazado presentarse en Sao
Paulo Fashion Week y prefiere realizar cortometrajes con cineastas para mostrar
sus colecciones.
Además de luchar por marcar un camino distinto
en la costura, también está involucrada en un proyecto que una la moda con la
ayuda social. Con el apoyo de la empresa textil Santa Constacia, una de las
poderosas de Brasil, inició un microproyecto para capacitar a prostitutas del
centro de Sao Paulo. La fábrica le entrega cortes de telas con que la
diseñadora les enseña a coser y los secretos de la técnica patchwork, que ella
misma aprendió con su abuela en Chile durante su infancia.
– La idea es que estas mujeres, que en la
calle ganan menos de diez reales diarios, puedan replicar el vestido libélula
de acuerdo a su propio estilo – cuenta Cecilia, quien les compra cada pieza por
un precio similar al que pagan las tiendas del sector y luego los vende en su
tienda sólo recargándole un 25%. Aunque durante un tiempo Cecilia mantuvo los
vestidos que compró guardados, en su bodega, esta Navidad exhibió uno de esos
diseños en la vitrina de su atelier.
– Se vendieron todos. Todavía llegan mujeres
pidiendo más. Tengo que explicarles que es un trabajo artesanal y que su
confección demora. Ésa es la gracia; el esfuerzo, la alegría que le dan mujeres
que sólo entienden de sufrimiento y falta de oportunidades. Eso es un lujo, uno
real más que cualquier diseño de última tendencia.
Juan Luis Salinas T..
Les presento testimonios de negocios, aprendizajes y experiencias algunas de las participantes en el Programa Empresarias de América Latina, realizado con la corporación italiana Cestas y la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales. La experiencia ha sido todo un desafío y disfrute de afectos y mutuas enseñanzas, que agradezco sinceramente.
Para escuchar a todo volumen: Esperanza, Kiko Veneno
1).- Un hobby
es una actividad que realiza una persona como afición, sin mayor expectativa
que distraerse o divertirse, como una forma alternativa a su trabajo. Un hobby
no tiene más cliente que su propio cultor. No busca conseguir recursos ni
aportar valor. Hay personas que viven su trabajo o su negocio como hobby, sin
cliente y sin cuidado por atraer y acumular recursos.
2).- El oficio de artesano es una vocación más seria que un hobby, en el sentido que
compromete la identidad de una persona y todas sus aspiraciones laborales y
económicas. Normalmente, un artesano aspira a ganarse la vida con su oficio,
pero siempre cuidando ser fiel y genuino con su inspiración en la realización
de sus creaciones. Un artesano no aspira a desarrollar un negocio, sino a poder
producir el fruto de su inspiración y ganarse mínimamente la vida con ello, no
busca industrializar ni masificar su producción, ni tampoco tiene disponible
diseñar su trabajo como un negocio rentable ni escalable. Su punto en la vida
es satisfacer su vocación creadora.
3).- Un innovador
es similar al artesano, en el sentido que se compromete con un oficio por
vocación y se apasiona por buscar nuevas alternativas. Es un inventor
centralmente, y se satisface en inventar. Necesita trabajar para propósitos de
otros, como universidades o I+D, pero su foco está en pasar de un proyecto a
otro, sin transformarlo en un espacio de acumulación.
4).- Un comerciante
se enfoca a ganarse la vida vendiendo, buscando oportunidades entre lo que
necesitan las personas en su entorno y lo que puede conseguir para proveerlo,
ganando un diferencial entre lo que le cobra el productor y el precio que
aplica a los clientes finales. El comerciante, en general, no se pregunta por
su vocación como la pasión creativa, aunque puede ser un apasionado de vender y
hacer negocios de oportunidades, manejando la necesidad/escasez de los
clientes. Pero tiene la libertad de comerciar lo que considere oportuno y de
posibilidad para sí. Tiene, por cierto, más sentido de rentabilidad y
acumulación que hobbistas y artesanos.
5).- Un empresario
se enfoca en crear una corporación, una entidad, una marca, un espacio de
producción de una oferta continuada y masiva. Bien pude contratar artesanos
para crear, innovadores para inventar y comerciantes para vender, pero su
inspiración es crear espacios sociales de negocio, de producción, de
acumulación de capital (social, simbólico, pragmático y financiero). Ser
empresario implica un salto grande existencial en la capacidad de comprometerse
con dar continuidad a una identidad, a relaciones de contrato con proveedores,
socios, empleados y clientes. Implica tomar riesgo, poner en riesgo el
patrimonio, tomar créditos, compromisos, y exponerse a fracasos grandes, quizás
totales. La pasión está con la oferta, pero sobre todo con tomar riesgo y
acumular capital, en un ciclo interminable, en un mismo negocio o creando
otros.
6).- Un emprendedor
es quizás quien mejor sintetiza estas cuatro habilidades y vocaciones
anteriores. Un emprendedor sigue una vocación al comprometerse con un ámbito de
intereses humanos no satisfecho, el cual lo inspira, le hace investigar y
experimentar, tomar riesgos para buscar soluciones o ofertas que sean
satisfactorias para las personas. Un empresario todavía puede ser parecido a un
comerciante, pero un emprendedor es una persona que crea una empresa, vende,
desarrolla un negocio, pero lo hace en la pasión por hacerse cargo de algún
interés humano insatisfecho.
Abrir Nuevos Mundos caracteriza al emprendedor como esa persona que hace
historia al traer una oferta original que cambia el modo de vivir, de pensar y
de actuar de los clientes, como lo hicieron los automóviles, los computadores
personales, el teléfono móvil, la oferta de desarrollo emocional al interior de
la empresa, la comida orgánica, todas ellas llevan el germen de cambiar el modo
de vivir y de autocomprenderse a sí mismas a las personas.
Un emprendedor es un poco “hobista” en
la medida que hace lo que más le gusta, es artesano porque se apasiona con un
oficio, es innovador porque está buscando nuevos modos de satisfacer las
inquietudes humanas, es comerciante porque reasegura de vender sus creaciones e
inventos, es empresario porque crea entidades, insituciones, identidades y
marca, le importa acumular capital. Pero es una síntesis nueva, en el sentido
de aspirar a hacer historia con sus ofertas en el mundo, a cambiar el modo de
vivir, no sólo a “satisfacer necesidades” como manda el marketing antiguo, sino
a descubrir las inquietudes más profundas, escondidas y resignadas de los seres
humanos y a ellas responder con nuevas ofertas.
Saludo final
La ambición del Programa de Empresarias de América
Latina ha sido crear una sensibilidad inicial con lo que significa en la
experiencia ser innovadoras y emprendedoras. El estilo ha buscado ser
consistente con este compromiso. No quisimos hacer un e-learning típico con tutoriales, textos pdf para bajar, tampoco
quisimos hacer un curso de revisión de definiciones teóricas, sino que el corto
tiempo que tuvimos, nos enfocamos a producir las experiencias de riesgo,
invención y confrontación de la idenidad, y no definimos que es importante
hacer redes sociales, las creamos, ni que es valioso utilizar internet, nos
sumergimos en la web 2.0.
Esperamos sinceramente haber sido un aporte con esta
alianza con cestas.org a las empresarias que participaron, pero especialmente
una esperanza para nuestros países y comunidades que se puede hacer
aprendizaje, cambio social, redes de negocio y afectos, de forma tan económica
si se cuida el estilo de enseñar, el aprecio por las participantes, y la
convicción que las personas pueden. Como lo impuso esta nueva esperanza que
tenemos en Amércia “nosotros podemos”.
Un abrazo para las amigas empresarias y
gracias a la Universidad Diego Portales, a Cestas, a la Cooperación Italiana al
Desarrollo del Gobierno de Italia, a los monitores
Flores
Santiago.
Un abrazo a todos y todas.
Los
invito a visitar los 39 sitios blogs actualizados de las participantes de Nicaragua, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile del programa Empresarias de América Latina, que realizamos para la
corporación Cestas, con apoyo de la Coorperación del Gobierno de Italia, y bajo
el auspicio académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego
Portales. y Construyendo mis Sueños de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile. También nos puedes encontrar en facebook.
Este programa busca desarrollar la capacidad de hacer negocios de las
participantes, a partir de apropiación de las posibilidades que trae la
web 2.0, como bligoo, facebook, Skype, justin.tv y mejorando la capacidad
de articular la oferta y la identidad de los negocios, fortalezas para vender,
capacidad de gestionar y cumplir compromisos de satisfacción de los clientes, y
desarrollo de redes sociales de colaboración. En síntesis, desarrollar una
cultura de negocios emprendedora, de ventas y colaboración, integrando las tecnologías y las posibilidades de la globalización.
allwinpublicidad
– altacostura – arquitecturaydiseno
– blq – caracoleslonquen
– casarestauro
– cgs – chocolatesprovidencia
– clubd
– cursalchile
– d´liras – dabstracto – decoled – dulcelia
– ediciones – elbadan
– empanadasjacinta
– geoformas –
hechoparati – huertapietroboni – imperio
– jessicahelbig
– manualidadesydecoracion
– microsait – mjesusa
– modaboliviana – ninazul5
oloracampo – piedracruz
– plasticos –
plataytexturas
– productosdelacolmena
– progreso
– quelantaronica
–
– turismochile
– viole