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Sensibilidad

Noticias Agosto 6, 2005

En la vida todo es ir

Hace unos años, a Serrat le vino hacer un albúm de música de América Latina, para lo que inventó una especie de alter ego, que llamó Tarres. De ese disco, me impresionó, aunque me impresionaron casi todos, un tema que se llama “en la vida todo es ir”, con letra de Juan Antonio Corretjer y música de Roy Brown.

En la vida todo es ir.

«En la vida todo es ir
a lo que el tiempo deshace.
Sabe el hombre dónde nace
y no dónde va a morir.»

El hombre que en la montaña
???por la cruz de algún camino???
oye la voz del destino,
se aleja de su cabaña.
Y prosiguiendo su hazaña
se dirige al porvenir
una esperanza a seguir.
Mas no ha de volver la cara,
pues la vida es senda rara:
en la vida todo es ir.

Miro esa palma que airosa
su corona al sol ostenta
y miro lo que aparenta
la esplendidez de la rosa.
Contemplo la niña hermosa
riendo a lo que le place,
y lo que el viento le hace
a la hoja seca del jobo:
es la vida como un robo
a lo que el tiempo deshace.

Tuve un hermano que dijo
???«Cuando salí de Collores…»???
Así cantó sus amores
al Valle del que fue hijo.
Una y otra vez maldijo
la gloria que en letras yace,
(y en que su nombre renace),
pues que llegó a comprender
lo poco que es el saber:
sabe el hombre dónde nace.

No hay más.
Un solo camino
que se quisiera tomar,
mas la suerte del andar
maltrata y confunde el tino.
Nadie niegue su destino.
Es que ser hombre es seguir
???y un ideal perseguir???
por la vida hacia delante,
sabiendo lo que fue enante
y no dónde va a morir.

Noticias Agosto 6, 2005

La leyenda del tiempo – Enrique Morente

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Esta entrada la escribí hace 5 años. La recuerdo ahora que murió a los 67 años el maestro Enrique Morente (Videos):

Lo primero que recuerdo de aire flamenco fue el concierto de Paco de Lucía en San Francisco con John McLaughlin y Al Di Meola. Entonces, me costó asumir el flamenco cantado, salvo esas variedades fiesteras como Gipsy King o Azucar Moreno o los creativos y fusionados Ketama.
Todo cambió en España, cuando asistí a los primeros tablaos en que una gitana se tiraba una canción de la Rocío Jurado en versión capela y ponía los pelos de punta, o en una capilla medieval de piedra en Extremadura me emocionaba con los cantes más puros del flamenco, muchos de ellos a puro eco de la inglesia. En eso estaba cuando llegó a mis manos, vía una buena amiga de Badajoz, el disco que más me ha impresionado del flamenco, de voz de Enrique Morente, un “granaíno” de los más clásicos del flamenco moderno. La obra se llama Lorca y está basada en una serie de poemas de Federico García Lorca. Es una mezcla de aires de los más diversos, a veces me recuerda Brasil, pero también trae el coro de Voces Húngaras. Aquí quiero destacar La Leyenda del Tiempo.
Hay otra versión de este poema, de Camarón de la Isla, que marcó toda una revolución en el flamenco. Camarón es todo un innovador en su arte, como lo propio es Morente y el mismo Lorca, pero camarón también es como un Gardel. Hizo famoso en el mundo el flamenco y se convirtió en un mito al morir demasiado joven. Hay muchos que dicen que Camarón “canta cada día mejor”. Podemos hablar mucho más de flamenco y todas sus aristas, como podemos ver condesado en estas líneas, ya lo haremos. Por ahora, quería ofrecerles este poema La leyenda del tiempo…

LA LEYENDA DEL TIEMPO

El sueño va sobre el tiempo
flotando como un velero.
Nadie puede abrir semillas
en el corazón del sueño.

¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!

El tiempo va sobre el sueño
hundido hasta los cabellos.
Ayer y mañana comen
oscuras flores de duelo.

¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!

Sobre la misma columna,
abrazados sueño y tiempo,
cruza el gemido del niño,
la lengua rota del viejo.

¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué espesura de anémonas levanta!

Y si el sueño finge muros
en la llanura del tiempo,
el tiempo le hace creer
que nace en aquel momento.

¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!

Noticias Agosto 6, 2005

Cantares

Otra música que me marcó desde siempre es Cantares, con textos de Antonio Machado y música de Serrat.

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…»
golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…»
golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…»
golpe a golpe, verso a verso.

Noticias Agosto 6, 2005

El tiempo, el implacable, el que pasó

En 1981, caminando con mis padres por los republicanos antecesores de la prehistoria de los malls, la Galería Imperio o el Pasaje Matte, alguno de ellos, escuché por primera vez esta canción de Pablo Milanés. Fue un encuetro fulminante. Conseguí, gracias a mis padres, hacerme del primer cassette de Pablo Milanés. Es curioso, que hoy tenga tanto que decir…


El tiempo, el implacable, el que pasó,
siempre una huella triste nos dejó,
qué violento cimiento se forjó
llevaremos sus marcas imborrables.

Aferrarse a las cosas detenidas
es ausentarse un poco de la vida.
La vida que es tan corta al parecer
cuando se han hecho cosas sin querer.

En este breve ciclo en que pasamos
cada paso se da porque se sienta.
Al hacer un recuento ya nos vamos
y la vida pasó sin darnos cuenta.

Cada paso anterior deja una huella
que lejos de borrarse se incorpora
a tu saco tan lleno de recuerdos
que cuando menos se imagina afloran.

Porque el tiempo, el implacable, el que pasó,
siempre una huella triste nos dejó.


Noticias Agosto 6, 2005

El Viaje Definitivo

La música que comencé a escuchar de adolescente eran Sui Generis, Congreso, Los Jaivas, Los Blops y Eduardo Gatti. De Gatti siempre escuché “El Viaje Definitivo” hasta que más tarde me enteré que era un poema de Juan Ramón Jiménez, y luego de adulto me volvió a aparecer al final de “Viaje a Ixtlán” de Carlos Castaneda, es su camino de exploración con don Juan Matus. Con el tiempo va tomando más sentido…

El viaje definitivo

Y yo me iré.
Y se quedarán los pájaros cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostáljico…

Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.