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Noticias Febrero 8, 2008

Cómo hacer 100.000 amigos

 

elpais. Las redes sociales son las plazas públicas del siglo XXI, lugar de cita para todas las edades y necesidades. Paul vive en Madrid, es un apasionado de la música, tiene 17 años y 103.870 amigos. Eso sí, son virtuales: se encuentran en la web, donde triunfan las redes sociales, el equivalente a las antiguas plazas públicas, lugares de encuentro para todas las edades y gustos. Estas nuevas comunidades permiten hacer amigos y ligar, promocionarse laboralmente o encontrar a familiares dispersos por el mundo. Y todo gratis para el usuario, que a cambio sólo ve publicidad. Por Lula Gómez

Una de las plazas con más vecinos en Internet es MySpace, la comunidad a la que pertenece Paul, la persona con más contactos de España. Se encuentra con ellos en este portal de ocio, como lo definen sus responsables, para compartir música, fotos, vídeos, información y muchas, muchas horas. Sus seguidores se deben al marketing viral, al boca a oreja, el más tradicional y efectivo de los sistemas. Para ser su amigo, sólo hay que inscribirse en MySpace, darse de alta y ser aceptado por él. La persona que se anuncia en estos lugares cuelga previamente una ficha con toda la información personal que el usuario quiera aportar, incluidos los gustos sexuales. Eso sí, se expulsa inmediatamente al que rompe las reglas: subir pornografía o molestar y no respetar las normas de cortesía establecidas -las que dicta la ley, principalmente-.

Empezó como todo el mundo: "Para ligar y conocer gente", pero ahora utiliza este espacio como negocio. Este joven músico cobra 150 euros por semana a los grupos que quieran darse a conocer. En invierno le dedica menos tiempo a su web: unas dos horas al día actualizando y respondiendo a sus amistades, frente a las cinco o seis en vacaciones. De esos 103.870 amigos, para Paul sólo son verdaderos un centenar.

En este espacio hay cabida para todo el mundo, desde el líder de IU, Gaspar Llamazares (1.041 amigos), hasta el diseñador David Delfín o la modelo Bimba Bosé. Para personas de una edad algo superior, de un perfil más profesional, está Facebook (en inglés, y en español a partir de marzo), con 61 millones de usuarios registrados en el mundo, 350.000 españoles. Ésta es la plataforma que han elegido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, o el presidente del PP, Mariano Rajoy -el segundo con más amigos registrados que el primero, casi 2.000 frente a 307-. Para promocionarse, encontrar socios, clientes o dar con información existen redes específicas. Álvaro Fernández, de 35 años, director y fundador de SharpBrains.com, vive en Estados Unidos y es usuario habitual de LinkedIn (17 millones registrados en el mundo). "Si leo en una revista que un equipo científico en Reino Unido acaba de publicar un nuevo informe y quiero contactar con sus autores, voy a la web y veo quién de mis conocidos los conoce".

Para el consultor Alberto García Valencia (39 años), chequear las redes sociales en las que está inscrito es parte de su quehacer diario. "Las empresas ya no sólo piden conocimiento, compromiso y determinadas habilidades. Quieren también una red de contactos", afirma. Usa Neurona (casi 700.000 usuarios en España y un millón y medio en el mundo), LinkedIn y Viadeo.

Daniel Salazar, de 30 años, tiene 1.469 familiares en su árbol genealógico. Está en Geni (10 millones de inscritos en el mundo). Gracias a este sitio se comunica con parientes de España, Estados Unidos, Italia, Holanda y Venezuela. "Incluso he conocido a algunos de los familiares de mi futura esposa". Aquí, sus usuarios intercambian y comparten fotos de viajes y celebraciones y reciben avisos de cumpleaños.

"El problema es que se ha construido una sociedad muy separada de la real y excesivamente virtual", señala el sociólogo Fermín Bouza. Pero Fofo, el joven que aparece en Wamba con 2.500 amigos, no cree que vaya a acabar convirtiéndose en un solitario o un ser extraño. Sí ha tenido alguna experiencia de gente que se metiera con él, pero rápidamente les ha cortado la posibilidad de contactar, una opción a un clic de ratón. Su mote le protege en la Red, y tampoco le molesta la publicidad y que las empresas sepan de sus gustos. "Al revés, si llegan a poner comercio electrónico, mejor que mejor. Lo tendré todo ahí", señala entusiasta de un sistema del que ha sido nombrado embajador por la propia empresa.

No obstante, no todo el mundo piensa igual: que una compañía conozca la edad, aficiones (musicales, literarias, moda…), dónde estudió una persona, tipo de amigos, orientación sexual, política, lugares a los que viaja… puede llevar a una publicidad absolutamente a medida, el sueño de los anunciantes. Los próximos meses es previsible que estas comunidades virtuales se expandan fuera de la Red. Según José Luis Orihuela, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, será el momento de la movilidad, ubicuidad, de estar siempre conectados, y de una paulatina integración con otros servicios online (identidad, microblogging, compras, información y entretenimiento). "El futuro es inimaginable. Y lo próximo será la incorporación biológica de estos sistemas al hombre, la conversión de la persona en un ente multicomunicador", concluye Bouza.

Noticias Enero 29, 2008

Facebook, negocios en redes sociales

Antoine´s Blog. Antonio Fumero: Face Off.  El despegue de Facebook (Facebook Take off = Face off) apoyado en el lanzamiento de su plataforma, f8, se ha producido en pleno año de los Widgets: hay quien dice que, si 2006 fue el año de Youtube, 2007 lo ha sido de la popular red social. El revuelo causado por la explosión sin precedentes de aplicaciones desplegadas sobre la misma ha producido un desplazamiento hacia los "micro-desarrollos" en el siempre inestable terreno de la industria del software; y parece que los vigías, que otean continuamente el horizonte para escrutar un futuro incierto, han perdido sus referencias y se dejan llevar por la crecida de las aguas tecnológicas alrededor de la popular plataforma y, maravillados por su brillante superficie, convierten en fenómeno económico lo que no deja de ser un síntoma de nuestro naufragio, una señal que debería hacernos sacar la cabeza del agua para mantenernos a flote y seguir nadando hacia un nuevo horizonte sociotécnico.
¿Demasiado metafórico? Sí, yo también lo creo. Es una reflexión de palo que surge de haber leído un breve artículo de Forbes, "The Rise Of The Facebook Economy". ¿Constituye Facebook un fenómeno económico? ¿Producirá la consolidación de esta plataforma un cambio sustancial en una parte considerable de la industria del software?

Hay que considerar la disminución del valor marginal experimentada por ciertas funcionalidades ofrecidas por los servicios para la gestión online de las redes sociales y lo que eso supondrá para el futuro desarrollo del software social y la Web de Nueva Generación (WebNG). Ahora bien, una vez que evolucione y se estabilice el número de aplicaciones dedicadas las 3G —Girls, Games & Gambling, la triada mágica en la Red que me recordaba un colega hace unos días- que es lo que realmente está dando dinero (según también los autores del artículo de marras) el verdadero vuelco industrial lo dará la explotación y apertura de las bases de usuarios de las operadoras, con un movimiento decidido hacia una estrategia Telco/Mobile 2.0.

Ocurrirá tanto si se mueven como si no; sólo se trata de decidir si quieren hundirse en un escenario inundado por la "tecnología líquida" o sacar la cabeza y nadar tras gente más ágil que ya se mueve en esa dirección sin definir que llamamos futuro: tal como sentenciaba un amigo hace unos días vía SMS, en la Web 2.0 las cosas, o se hacen con 'Webos' (2) o no se hacen (0) y punto (.) porque la realidad de la Red, la de hoy, nos dice que es más costoso analizar la viabilidad de ciertos proyectos que ponerlos en marcha y asumir las pérdidas en caso de fracaso.

Insisto, de ciertos proyectos, porque aunque podamos perder momentáneamente la cabeza, lo que no podemos permitirnos, en ningún momento, nunca, es perder el norte; que no es otro que el único objetivo válido de cualquier organización empresarial que se precie de serlo: "ganar más, siempre".

Noticias Enero 22, 2008

De la web 2.0 a las identidades distribuidas

 

nomadas. Juan Freire: Como aunciaba en un post previo he empezado a colaborar con Soitu.es publicando el blog, o micromedio, Piel digital dentro del contenedor Vida Digital, donde comparto espacio con Juan Varela y su Sociedad cableada.

Poco a poco, y de forma no planificada, me encuentro con que mi producción y participación digital se va distribuyendo en diversos medios y espacios en Internet, desde este blog personal donde me leéis ahora al blog Ciudades enredadas en ADN.es o el propio Piel digital en Soitu.es. Además uso habitualmente otras herramientas sociales como Twitter, Flickr, Slideshare, Dopplr, el propio sitio de mi grupo de investigación o diversos wikis y grupos de discusión públicos o privados en los que participo. Incluso, a pesar de no resultarme especialmente interesantes ni actualizarlos frecuentemente también mantengo perfiles en “redes sociales” como Facebook o LinkedIn.

Más allá de los problemas de gestión, esta fragmentación me preocuparía hace un tiempo, pero mi visión de la identidad ha ido evolucionando en paralelo a mi comprensión del significado de la digitalización de nuestra vida.

Ahora entiendo que este proceso de fragmentación, o distribución, es quizás inevitable y propio de la evolución de Internet. La web 2.0 ha abierto la oportunidad de construir redes descentralizadas o distribuidas de usuarios creativos, y ese es el principal valor que defienden sus partidarios. Pero, el proceso de fragmentación individual opera en paralelo y, creo, se ha desatendido su importancia. Puede que los peligros que presentan las paradojas del control que pueden aparecer en la web 2.0 se vean contrarrestados por esta redefinición de la presencia de los usuarios en la red. Su fragmentación puede hacerlos más flexibles y difíciles de controlar.

Así, del mismo modo que ya no es una persona (como “un todo completo” e indivisible),sino un “fragmento de su identidad digital”, la que forma una parte de una red digital, los sitios o las páginas han dejado de ser las unidades de información de la red. Cada sitio e incluso cada página son (o deberían ser) granulares, collages compuestos por diversos microcontenidos de variados orígenes que otros usuarios pueden reutilizar y remezclar libremente. Se está produciendo una co-evolución de la estructura de Internet y de la identidad de los usuarios. Tras el desarrollo de las redes sociales propias de la web 2.0, ahora cada usuario empieza a fragmentarse a lo largo de la red. “Su integridad”, caso de que ese concepto tenga algún interés en un determinado momento, puede mantenerse utilizando las mismas herramientas que permiten el reuso y la remezcla (y que no son otras que los buscadores, los RSS, las etiquetas, los agregadores …). ¿Bienvenidos a la era de las identidades distribuidas?.

 

Comentarios

Lo interesante además es que al eliminarse el coste de interconexión, muchas de estas identidades – todas aquellas sobre las que mantengas control editorial completo y en las que tenga sentido – pueden vincular las unas a las otras: tu blog proporciona vínculos a todas ellas, tu Facebook también, y por supuesto, existe un agregador más, el motor de búsqueda, que también permite en muchos casos – dependiendo de tu visibilidad y de lo común de tu nombre – llegar a una perspectiva más o menos completa. Es un mapa de herramientas muy interesante, con intentos de cohesión incompletos en torno a identidades digitales como OpenID y otros, en el que queda mucho por desarrollar…

Interesante. Pero, ¿al igual que fuera de la red? me pregunto. Trabajo en una empresa de Internet, doy clases, soy "corredor" (ejem) de maratones y pruebas populares, cicloturista, tengo mi vida familiar, mis cenas con amigos que no tiene nada que ver con todo lo anterior, etc, etc, … es también identidad fragmentada, más o menos distribuída, y con "problemas" de gestión, de tiempo al menos.

¿Nuestra "piel digital" se va pareciendo a nuestra "piel" más o menos sebácea 🙂 ? ¿La identidad digital se va asimilando a la real? Vaya lío.

Pero como apuntais, sin duda cada vez más, la identidad digital ofrece la ventaja de poder vincular más fácilmente los fragmentos.

De veras, siento lo mismo que las palabras que anteriormente leí. Nuestra indentidad ya no es una sola, sino un conglomerado repartido en cientos de sitios, redes sociales, microblogging. Eneko lo menciona: es igual que en la "vida real".

Yo sí creo que es como en la vida real. Sucede como dice Enrique que eliminas el coste de transacción y súbitamente se vuelven encontrables: de eso va la red. Hay quienes, como usted bien sabe Sr. Freire, jugamos a mantener dos identidades con murallas chinas para relacionarnos con mundos distintos sin ser encontrados. Es otra opción interesante, no me diga que no.

(después hay filtraciones, y es que lo digital requiere ser muy cauto ¿o no?)

Efectivamente, parece que nuestra identidad digital se empieza a asimilar en su funcionamiento a la analógica (… y al tiempo ambas se combinan). Como dice (y bien sabe) Gonzalo, esto abre un campo enrome de posibilidades. Siempre he estado tentado de iniciar otra identidad absolutamente separada de la que ahora tengo, como experimento y experiencia y para tratar de influir en otro tipo de ambos, pero aún no ha habido tiempo (… o si?)

Pozzzz puede que sí. Fíjese que es el azar el que lleva el que le destripe sus entradas una identidad u otra. ¿O no? Yo le sugiero probar, da cierta libertad. Pero una cosa que he descubierto: crece más en la red la identidad "pública" que la ocultada. ¿El boca a boca verbal, la propia relación humana aumenta la repercusión digital?

Efectivamente, las identidades ocultas "escalan" peor o menos. No pueden retroaliemntarse con la identidad analógica y deben tomar también ciertas precauciones en el espacio digital (lo que limita su "viralidad").

por eso hemos lanzado una propuesta seria para construir entre muchos una nueva identidad, o sentimiento de pertenencia, y eso es 'el país llamado a'. Mírate el Manifiesto que hemos publicado y hemos abierto debate sobre el tema en Facebook.
http://www.hectormilla.com/innovacion/1849/manifiesto-el-pais-llamado-a

Sólo agrego a tan interesante conversa, que si unieras los RSS que generas en distintos frentes, tu estela por el ciberespacio, obtendría un reality show de bajo presupuesto.
Por eso insisto en no divorciar la actividad en Internet de esa cosa extraña que llaman "vida real". Esto es un show autogestionado.

Noticias Diciembre 26, 2007

Facebook “crowdsourcing” para su traducción al Español

paulbeelen. Facebook ‘crowdsourcing’ para su traducción al Español, Chile territorio para Social Ads con al menos 70.000 usuarios. Facebook está pidiendo ayuda a sus usuarios para la traducción del sitio al Español. Interesante como recurren al crowdsourcing (outsourcing a grupos) para solucionar este problema. Está claro entonces que ya tendremos Facebook en Español pronto.

Chile como territorio para Facebook Social Ads

Hace mas o menos una semana Facebook habilitó Chile como posible territorio para sus Social Ads, otro paso importante hacia la publicidad contextual. En el network Chile hay hoy casi 70.000 personas. Estimo que en total deben ser unos 100.000 Chilenos en Facebook, contemplando que no todos se hicieron parte del network. A continuación un gráfico con la tendencia de miembros del Network Chile en Facebook, desde el 27 de noviembre hasta la fecha. Vemos un crecimiento de aprox. 20.000 personas durante el útimo mes.


Rezzibo

Noticias Diciembre 17, 2007

La receta de Facebook

Quepasa. Convertida este 2007 en "la" compañía del mundo tecnológico, Facebook no se detiene: con sólo tres años de vida, esta gran comunidad de usuarios online ya suma 41 millones de inscritos y es el lugar más cool no sólo para programadores e ingenieros, sino también para testear buenos negocios. En este reportaje, su fundador Mark Zuckerberg y sus colaboradores más cercanos cuentan cómo lograron armar toda una industria basada en algo tan simple como la necesidad de la gente de estar conectada entre sí. Algo así como una red social sin límites metida en el computador. Por Ellen McGirt

Conoce a Marl Zuckerberg en facebook 

"No estoy seguro de qué signifique". El gerente general de Facebook, Mark Zuckerberg, está hablando de una nueva aplicación, creada por un programador externo, que le permite a los usuarios de su sitio lanzarse ovejas entre sí. Desde luego, las ovejas no son reales: son sólo una expresión juguetona de quién sabe qué cosa, la cual puede ser enviada por los usuarios a sus perfiles online. "¿Quién iba a saber que a la gente le gustaría algo así?", dice Zuckerberg. Este año, las ovejas podrían generar más de un millón de dólares en ingresos publicitarios para su pastor, una compañía llamada Slide.

El mundo está poseído por la fiebre de Facebook. Lanzado hace tres años por Zuckerberg -quien abandonó la universidad, reconoció haber sido hacker y rechazó una oferta de compra de Yahoo, por US$ 1.000 millones, en 2006-, Facebook se ha convertido en "la" compañía del mundo tecnológico. Toda una industria ha brotado en torno al sitio, en apariencia de la noche a la mañana, a medida que todo el mundo -desde los magos del software hasta los expertos en marketing- se apresura por descubrir cómo ganar dinero a partir de una base de usuarios que ha crecido hasta llegar hoy a los 41 millones de personas.

En mayo, Facebook abrió su plataforma a las aplicaciones de programadores externos, logrando que compitieran los más grandes de la Web 2.0. Desde entonces, unos 80.000 desarrolladores han agregado más de 4.000 nuevos programas, desde libreros virtuales hasta el lanzamiento de ovejas. Las conferencias de programadores han sido un éxito, se han formado fondos de capitales de riesgo para capturar ideas específicas y prometedoras, y han aparecido más de una decena de redes publicitarias para ayudar a los desarrolladores a lucrar con sus aplicaciones. Incluso, el Departamento de Ciencias de la Computación de Stanford ofrece un curso sobre cómo crear aplicaciones para Facebook. Además, están proliferando los "expertos" instantáneos. Nick O'Neill, de 25 años, inició el blog AllFacebook (TodoFacebook) y luego colgó un cartel como consultor. Su lista de clientes ya abarca a varias compañías del Fortune 100. "El teléfono no deja de sonar", cuenta O'Neill.

El fastidio de todo esto para Facebook es que la empresa no ganará un solo centavo por ninguna de las cientos o incluso miles de exitosas nuevas aplicaciones que funcionan en el sitio. Y por alguna misteriosa razón, Zuckerberg dice que eso no le preocupa: "Es bueno para el ecosistema, bueno para el producto, bueno para los usuarios".

Sin embargo, se mantiene la pregunta: si Facebook es un negocio, ¿cómo hará para finalmente valorizar la oportunidad creada por Zuckerberg? ¿Y cuán pronto comenzará la carrera por el flujo de caja? Ya circulan amplias especulaciones sobre potenciales modelos publicitarios y otras transformaciones de segunda generación del modelo de negocios. Se dice que Microsoft compraría una participación de 5% que podría valorizar a Facebook en US$ 10.000 millones, una cifra enorme para una empresa que este año tendrá ingresos cercanos a los US$ 150 millones. Se ha informado que Google y ciertos fondos de capitales de riesgo también desean una parte de la empresa. Ninguna de las partes está dispuesta a hacer comentarios, pero una persona cercana a Facebook dice que para Zuckerberg es cosa de encontrar un buen socio que pueda aportar efectivo para que la compañía crezca con el fin de satisfacer la demanda.

El código Zuckerberg

En el ojo del torbellino de Facebook, en la sede central compuesta por tres edificios en Palo Alto, los ánimos están tranquilos. Las oficinas todavía presentan el aire de una empresa recién iniciada: murales iconoclastas en las paredes, sillas de descanso repartidas por el lugar y "hackatones" periódicas que duran toda la noche, en las cuales participan codificadores e ingenieros. El tamaño del personal ha aumentado 50% en los últimos seis meses. Claro que aún están lejos de Googleplex y sus 10.000 empleados. Los Facebookers son apenas unos 300 y las cosas todavía parecen un poco rudas, pero aun así optimistas. Con la sensación de invencibles propia de la exuberancia juvenil. Ellos se perciben a sí mismos como tomadores de riesgos. "Puede que no siempre seamos de esta manera", dice el director de tecnología, Adam D'Angelo (23), mientras se encoge de hombros con una sonrisa. "Pero así es como somos ahora".

Es evidente que ahora Zuckerberg se siente mucho más cómodo en su piel de CEO que cuando lo conocí hace unos meses atrás. Por ese entonces, estaba seguro de sí mismo, pero con cautela. A Facebook le había ido bien desde que rechazó la oferta de Yahoo: había firmado un gran trato con Microsoft y la base de usuarios crecía de manera dinámica. Pero Zuckerberg todavía no había demostrado que su visión sobre un mundo cambiado por Facebook no era simplemente una quimera. "Durante mucho tiempo, incluso nos resistimos a formar una empresa", me dijo Zuckerberg en esa visita, recordando los primeros días cuando él y sus socios programaban Facebook de noche, en departamentos subarrendados, y él se paseaba en un viejo coche adquirido en el sitio Craigslist.

Durante esta nueva visita, en parte Zuckerberg aún se ve como un programador: llega de improviso a nuestra cita, media hora más tarde, vistiendo una camiseta, jeans y sus típicas sandalias Adidas. Ahora que sus decisiones y su visión han sido validadas por la floreciente audiencia y creciente prestigio de Facebook -60% de los usuarios del sitio no están en redes universitarias y el segmento de crecimiento más rápido corresponde a los mayores de 25 años-, Zuckerberg evidencia una nueva calma respecto de su persona. Cuenta sobre juntas de directorio de 15 minutos, que pueden extenderse a dos horas, y sobre su teléfono móvil que no cesa de sonar: los típicos lamentos compartidos por cualquier ejecutivo de alto nivel. "Camino acá, alguien estaba enviándome mensajes de texto, pero dejé de responder", dice con una sonrisa. Hace dos años, Zuckerberg codificaba personalmente el sitio y se esmeraba en revisar los sobrecargados servidores. Ahora, se deshace de los rumores sobre ofertas de adquisición y pretendientes millonarios como si fueran enjambres de moscas.

La estrategia de Facebook es en parte Microsoft y en parte Google. Al igual que Microsoft, Zuckerberg y su equipo están tratando de levantar una plataforma de comunicaciones (en el caso de Facebook, una basada en lo social), sobre la cual se pueden sobreponer otras funciones. Al igual que Google, Facebook está dedicado a servir en primer lugar a sus usuarios, adhiriendo a una filosofía de apertura profundamente compartida. Al igual que ambas empresas, Facebook debe caminar sobre una cuerda floja. Zuckerberg se ha tomado su tiempo para aprovechar todo el potencial financiero del sitio. Los avisos son pocos y los programadores externos no pagan honorarios por colocar sus aplicaciones en el sitio. Esa paciencia fue criticada no hace mucho como falta de experiencia e ingenuidad. Pero a medida que se ha acelerado la carrera de Facebook, el tono ha cambiado: puede que este chico realmente sepa lo que hace.

Pero la estrategia de Facebook no termina en Microsoft y Google. También es consecuencia de la propia experiencia de

Zuckerberg. De hecho, la reciente política de aplicaciones abiertas de Facebook no es más que una recreación del entorno en el que operaron -y se beneficiaron- Zuckerberg y D'Angelo cuando estaban en la secundaria y crearon su primera aplicación con valor de mercado: un plug-in para reproductores de MP3 que aprendía los hábitos musicales de las personas y creaba automáticamente una lista de reproducción. La aplicación la ofrecían gratis por internet. Compañías importantes como AOL y Microsoft se contactaron con ellos, ofreciéndoles dinero y trabajo, pero ambos optaron por seguir en la universidad.

"Teníamos un montón de ideas para crear un ambiente de programación basado en conexiones sociales", cuenta Zuckerberg.
Fue él quien insistió este año en que Facebook debía abrirse a desarrolladores externos. "Queremos un sistema en el que todos puedan programar sin necesidad de nuestro permiso", dice. "Existen cosas en las que nunca pensaremos, que realmente logren mejorar la experiencia del usuario". El resultado ha sido una marea de software libre que ha alimentado el crecimiento de Facebook.

El "equipo plataforma"

Si el calendario de la plataforma abierta vino de Zuckerberg, la tarea de ejecutar la transición le correspondió a su amigo D'Angelo. Criado en una pequeña granja de Connecticut, después del colegio D'Angelo se encaminó a Caltech. Su presencia en la costa oeste fue una de las razones por las que Zuckerberg -junto a los cofundadores de Facebook, Dustin Moskovitz y Chris Hughes- se estableció en Palo Alto, después de su segundo año en Harvard. D'Angelo jugó un papel integral en los locos primeros años de Facebook, luego hizo una pausa para finalizar su carrera. En el otoño pasado, volvió a tiempo completo para liderar lo que en Facebook se conoce como el "equipo de plataforma".

Abrir una plataforma no es una idea nueva o revolucionaria en el negocio de la tecnología, pero ciertamente fue riesgosa para Facebook. "Hemos tenido muchos problemas de escalabilidad en el pasado", dice D'Angelo. "Si no eres cuidadoso, puedes abrumar a tu equipo de ingeniería, hasta un punto en que mueren tus servidores y falla tu servicio". Luego están los desarrolladores ambiciosos, quienes pueden actuar sin miramientos sobre las restricciones a los derechos de propiedad o la privacidad del usuario. "Uno nunca sabe cómo resultarán las cosas", dice D'Angelo.

Preocupaciones sobre servidores fundidos y revueltas de usuarios fueron especialmente agudas para las personas ajenas a lo tecnológico de la compañía. Dave Fetterman llegó a la empresa proveniente de Microsoft, en enero de 2006, para trabajar en el proyecto de la plataforma. Hoy recuerda los prudentes golpes en el hombro -como queriendo decir "seguro que lo están haciendo bien"-, durante el año de crecimiento. Zuckerberg, D'Angelo y los otros cinco miembros del equipo se convirtieron así en embajadores ante la gente de las áreas de marketing, legal, de privacidad y servicio al cliente.

El equipo de plataforma también dedicó tiempo a conversar con programadores externos, para determinar qué cosas podrían desear y cómo se comportarían en un ambiente abierto. "Para nosotros sería imposible supervisar todas las aplicaciones", explica Zuckerberg. "Si un empleado hace algo que no funciona, puedo pedirle que lo arregle. Si hacen algo malévolo, puedo despedirlos. Un programador externo es muy difícil de controlar". A 30 días del lanzamiento, el equipo de D'Angelo sostuvo una sesión de codificación que duró toda la noche para descubrir posibles huecos. "Les pedimos a nuestros ingenieros que pensaran como un programador externo", cuenta D'Angelo. "De pronto, había aplicaciones que hacían un montón de cosas locas". Ruidos, parpadeos, molestas animaciones: ataques mayores a la sensibilidad minimalista de Facebook. "Sabíamos que teníamos que fijar mejores reglas".

La apertura del sitio se fijó para el 24 de mayo, en el San Francisco Design Center. "A medida que desarrollábamos los mensajes para el evento de lanzamiento, internamente hablábamos de cómo se podría formar una industria en torno a esto", dice Zuckerberg. Al final, decidieron no divulgar ese deseo -"es una afirmación tan franca", reconoce Zuckerberg-, pero planificaron una ceremonia a todo lujo. El hall tendría el aspecto de una fiesta, con sillones, los inevitables pufs y un DJ. El día anterior, el equipo de D'Angelo trabajó toda la noche, preparándose para distribuir el código de la plataforma. Unos virus de último minuto los obligaron a distribuirla sólo a los asistentes al lanzamiento, aunque el código, depurado y completo, se liberó al mundo entero en 24 horas. Cuando Zuckerberg salió para hacer su presentación de 45 minutos, enfrentó a una multitud de 800 programadores. Fue su minuto en público más maduro hasta la fecha. "Las redes sociales son plataformas cerradas", dijo, caminando frente a la muchedumbre, canalizando su Steve Jobs interior. "Hoy, terminaremos con eso". Caminando a través del Design Center, Fetterman recuerda con una sonrisa. "Me sentí como una estrella de rock".

Objetivo: generar demanda

La revolución que vino después fue rápida. Al abrir su plataforma a contenidos externos, Facebook hizo que para los emprendedores de la web fuera rápido, efectivo y barato llevar sus ideas -buenas o malas- al público. Un ejemplo es el de iLike, basada en Seattle; una red para compartir música. iLike lanzó una aplicación en Facebook que le permite a la gente listar sus canciones y bandas favoritas en las páginas de sus perfiles; y que además genera ganancias al facilitar la compra de música a través de iTunes y entradas de concierto a través de Ticketmaster. Previamente, durante nueve meses en la red, iLike había tenido 3,5 millones de usuarios. En Facebook, sumó unos 5 millones en apenas 60 días.

Vital para Facebook es una función llamada News Feed, la cual comparte automáticamente información entre redes y grupos de amigos. Como resultado, "News Feed optimization", el arte y la ciencia de escribir atractivos anuncios en News Feed, se ha convertido en una industria en sí misma. "News Feed es tan importante para Facebook como AdWords o AdSense lo son para Google", dice el emprendedor y blogger Dave McClure, quien dicta el curso de Stanford.

Aprovechar el poder de News Feed, las nuevas aplicaciones y la creciente base de usuarios para generar ganancias para Facebook es la tarea del recién llegado vicepresidente de marketing de productos y operaciones, Chamath Palihapitiya. Zuckerberg lo trajo para que ayudara a resolver cómo beneficiarse de lo que los usuarios de Facebook llaman el "gráfico social" -los miles de "hilos" que conforman las conexiones con otras personas de un usuario- y crear un programa publicitario segmentado. Palihapitiya, de 31 años, es alto y delgado, de modos elegantes y una amplia sonrisa. Ex ingeniero eléctrico, nacido en Sri Lanka y criado en Canadá, dirigió el grupo de mensajes instantáneos de AOL y luego pasó al fondo de riesgo Mayfield. En parte es un tipo refinado y en parte un librepensador. El invierno pasado apareció en una película artística, haciendo comentarios sobre el "club de viejos amigos" de Silicon Valley.

Han pasado 67 días en el nuevo trabajo de Palihapitiya, cuando nos sentamos a conversar, pero él ya suena como un verdadero creyente. Aunque cauteloso con los detalles, no es tímido a la hora de hablar del potencial que ve en los comerciales segmentados para llenar las arcas de Facebook. Garabatea nerviosamente en su cuaderno de apuntes, dibujando una fina distinción entre la satisfacción de la demanda -para lo cual internet se ha vuelto bastante buena- y la generación de demanda -el cambiante conjunto de mensajes de marketing que conspiran para que un consumidor llegue a desear algo-. Allí, explica, es donde ven dinero de verdad sobre la mesa. "Los usuarios de Facebook están más involucrados entre sí", dice. "¿No es más probable que te intereses por lo que tus amigos están haciendo?". Google, cuyo enfoque es lejos la satisfacción de la demanda, es una compañía de US$ 160.000 millones. "Por cada dólar que se va a satisfacer, hay cientos que se gastan en generación", aclara Palihapitiya, especialmente por las grandes marcas. De modo que ¿cuánto es lo que vale Facebook? ¿Cinco veces Google? ¿Diez veces? "Puede ser", se ríe.

La atención que ha caído sobre Facebook no siempre ha sido tan brillante, y para la tripulación las críticas son muy duras. Cuando Zuckerberg incorporó a Palihapitiya, eliminó el cargo de director de operaciones, que por entonces era ocupado por Owen van Natta, y dividió las funciones entre los dos. El hecho fue visto como una degradación para Van Natta. Zuckerberg se enfada con esta interpretación, insistiendo en que sólo quiere mantener la organización lo más transversal posible. Su equipo más senior, compuesto de siete personas, le reporta directamente y las decisiones importantes las toman en conjunto. Van Natta, ahora vicepresidente de operaciones y director de ingresos, dice que el cambio fue "increíblemente efectivo. Ahora puedo enfocarme en ingresos a escalas internacionales".

Zuckerberg está enfocado a animar a los desarrolladores para que incorporen más programas en la plataforma. Incluso está dispuesto a darles dinero: en septiembre, Facebook anunció la formación de FbFund, el cual ofrece becas de US$ 25.000 a US$ 250.000 para programadores que tengan planes promisorios de desarrollar un negocio en la plataforma.

En lugar de preocuparse de cumplir con las expectativas de Wall Street como si fuera una sociedad que cotiza en bolsa -aunque es probable que su equipo esté pensando en una apertura allí-, Zuckerberg está disfrutando de aplicaciones como Scrabulous, la cual permite a los usuarios jugar Scrabble en red. Creada en una semana por dos hermanos de la India, prendió como un incendio forestal, con medio millón de usuarios registrados en las primeras 10 semanas. Zuckerberg fue uno de ellos. "Hizo que mis abuelos se inscribieran en Facebook", cuenta. "Les gusta jugar conmigo".